Una extraña compañía. (Sonadow/Shadonic)

26

Sonic.

Gire nuevamente, esperando a mi acompañante a un par de metros lejos.

"Dame un minuto"

Es lo que había dicho Shadow, que parecía ir y venir de entre el limbo y la realidad. Ahora mismo, se había colocado un audífono y parecía hablar por el comunicador de G.U.N.

Crei que tenía un año sabático...

Espere un poco más y lo observe detenidamente. Parecía más relajado como si estuviera contento y eso ya lo había visto anteriormente.

¿Qué será tan bueno que no me quiere contar?

O... Tal vez... ¿No me toma importancia?

Escuche su suspiró y como volvía a caminar, rápidamente me compuse y le sonreí.

—¡Shadow!— El azabache mi miró y por un momento vi un brillo juguetón en sus ojos rubi—. ¿Todo bien?

—Te cuento en un momento, ¿Hacia donde vamos?—

Es cierto... Había "secuestrado" a Shadow para que se despejaras un rato... Y ver si le podía sacar algo...

—Eres lento, lo sabrás con facilidad.— Escuche el gruñido del híbrido, sonreí divertido y me fui de ahí rápidamente.

Escuche los cohetes de los Air Shoes de Shadow y luego vi como estaba a mi lado, reía por algo, no sabia si por la situación o porque me alcanzo, pero su sonrisa era grande, no pequeña como normalmente me demostraba.

—Sí querías que te pateara el trasero en una carrera, debiste sólo pedirlo.—

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Vi nuevamente al cielo, comenzaba a oscurecer.

Y faltaba poco para que la luna llena apareciera...

Suspire, era algo que había querido ir contando paulatinamente, Tails era un gran apoyo, y era quien me había estado animando, además... Cree que si le cuento un secreto a Shadow, el podría hacer lo mismo.

—¿Desde cuando conoces este lugar?— Volví a Shadow, que miraba maravillado el prado frente a él. Sonreí.

—Desde hace mucho. Me gusta venir aquí cuando son estas fechas.— Shadow parpadeo un par de veces, agitó una oreja y me miro extrañado.

—¿Estás fechas?—

—Quiero mostrarte algo.— Retrocedi un par de pasos y el iba a avanzar pero rápidamente alce una mano—. No, es un poco doloroso, mejor toma distancia.

La preocupación rápidamente se mostró en sus rasgos y se detuvo, retrocediendo el paso que había dado, sus ojos vagaron un poco al rededor hasta estar otra vez en mi y sentí una ligera presión en mi cabeza. De un momento a otro la olvide cuando comencé a sentir el característico dolor de mis huesos creciendo y acomodándose al igual que mis músculos.