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María leía uno de los libros de la biblioteca de su amigo.

Lleva leyendo desde ayer. Shadow no despertaba. Cuando regresaron de Angel Island, llego recostandose en la cama y ella tuvo que acomodarlo cuando se aseguro que estaba dormido.

Cerro el libro y se sumergio en sus pensamientos. Estaba segura de algo y es que ese erizo azul tenia fuertes sentimientos por su mejor amigo.

La super inteligencia era algo hereditario y no estaba ciega, pero obligar a Shadow a abrirse con respecto a sus sentimientos era como si quisieras prender un foco con la boca.

Además... Shadow parecía aun no tener claro los sentimientos humanos. Vio la portada del libro que había estado leyendo. Shadow tenia varios libros románticos.

—¿Crees que sólo leyendo sabrás lo que es?—

Penso en la eriza rosada, había visto su interacción, pura hermandad, al igual que Rouge.

Nunca hablaron de la orientación sexual, aún cuando ella sólo había leído cuentos de príncipes y princesas, era de mente abierta.

Y en aquel tiempo, parecía que Shadow también...

Escucho un pequeño quejido, elevó su vista, creyendo que el erizo había despertado, pero no fue así. Dejo el libro en el sillón y voló hasta el segundo piso, traspasando las paredes y el piso.

Shadow seguía dormido, había cambiado de posición. La idea de despertarlo era tentadora, a este paso cambiará por completo su horario de sueño, pero despertarlo siempre le rompía el corazón.

Recordaba cuando estaban en el ARK y tenia que despertarlo porque quería compañía cuando le tocaba sus estudios, era egoísta, pero tener a Shadow a su lado no la ponía tan nerviosa y casi siempre todo salía bien.

Unos golpes en la puerta la alertaron, sus manos fueron hasta sus labios, callando, pero luego se reprendio, era un fantasma, nadie (además de dos erizos) podía escucharla.

Volvió a bajar y se dirigió a la puerta, traspasandola. Aquel erizo azul seguido de la rosada estaban llamando.

—¿Estás segura que es aquí?— Sonic recibió un manotazo de Amy en el hombro. El erizo se quejo.

—Te dije que e venido varias veces.—

—Pero no atiende... —

Amy vio la puerta pensativa. Su palma se dirigía a la madera, tocándola. María soltó una exclamacion, le había atravesado el pecho.

—¿Ames?—

—Desde ayer que siento una extraña sensación en Shadow, como si estuviera acompañado.—

—¡Te dije que sale con alguien!— La eriza lo vio con el ceño fruncido.

—¡No esa clase de sensación!— Suspiró—. No debe de estar, vámonos.

—Pero...— Sonic la vio irse poco a poco, luego su esmeralda mirada fue a la puerta—. ¿No tienes llave o algo así?

—Sonic... No podemos irrumpir y no, no tengo llave.—

Sonic la vio con un puchero y se fue hasta ella. Maria curiosa los siguió.

—¿Porqué estas tan ansioso?—

—Es que... Quería entregarle esto.— Mostró el paquete que tenia en manos, Amy lo diferenció como una caja para repostería, había querido ignorarla, pero llamaba la atencion.

Maria voló hasta estar frente a ellos. Se habían detenido un poco lejos.

—¿Cocinaste?—

—N... No.— El rojo se plantó en la cara del erizo—. Los he pedido en su panadería favorita.

—¡¡Los hiciste tú!!—

—¡¡Amy!!—

Todo aquello era vergonzoso para el erizo por lo que emprendio de nuevo el paso, Amy lo siguió con una sonrisa burlona.

Maria los volvió a seguir, pero sintió un pequeño tirón y se detuvo, vio hacia la casa, luego hacia la pareja de erizos, no podía avanzar más.

—Entonces si tengo un límite...—

Una extraña compañía. (Sonadow/Shadonic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora