Leyendo mentes

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NaeMi se removió entre la sábanas una vez que sintió los rayos de luz colándose por la ventana. Parecía haber contraído mucho cuerpo al dormir ya que le dolía mucho al estirarse. Cuando sus ojos se abrieron al fin miró el techo suspirando, hoy tenia examen y un poco de dolor de cabeza por haber tomado con su amiga la tarde de ayer.

Su teléfono sonó y no era la alarma, era HyeYoon. 

—Dime que la cabeza te punza también— habló a penas la otra chica por la linea telefónica, parecía estar en las mismas que NaeMi.

—Hye, prométeme que no me llevarás a tomara  ese lugar, tuve un sueño muy extraño 

NaeMi se incorporó quedando sentada a un costado de la cama, bebió del vaso de agua que tenia en la mesita de noche y la pastilla... que no recordaba haber dejado anoche. Miró entrañada su cuarto y restregó sus ojos con uno de sus dedos.

—¿Qué sueño? Quizás tuvimos el mismo— rió  HyeYoon —Yo soñé que me atacaba un mono, uno de esos de trasero rojo y yo corría pero me alcanzaba y me jalaba el cabello y todo, fue horrible—.

—No, el mio fue más raro que el tuyo, Hye— cerró los ojos para recordar —Me había duchado luego de llegar al apartamento y luego apareció un chico en la sala que decía ser un hombre mágico que salió del joyero que compré ayer en la tienda esa— NaeMi se sentía tan incoherente al relatar el hecho fantasioso.

—¿Era un hombre guapo al menos? 

—1.80 aprox. cabello negro, ojos grandes, labios finos, vestía como de los 90's  pero eso no importa, yo creo que lo soñé—.

NaeMi abrió los ojos de par en par al ver el envoltorio del chocolate que había soñado comerse y comenzó a pensar que quizás no era un sueño.

—Quizás no llegaste sola a casa y como estabas algo borracha no recuerdas que te acostaste con un chico— HyeYoon parecía estar lavándose los dientes por lo extraña que sonaba su voz.

—No Hye, no estaba tan borracha como para imaginar todo eso— Se levantó de la cama y caminó hacia la puerta y la abrió con lentitud.

Caminó por el pasillo a pies descalzos hasta llegar a la sala donde lo vió. 

—¡Hye, el chico está aquí!— dijo susurrando algo preocupada —¡Hye no es un sueño, el tipo se quedó acá anoche!

—Y si por mágico se refería a ser como Magic Mike, esos vedetos de la pelicula que vimos aquella vez...

—¡Está sin polera!—susurró acercándose al susodicho con cautela.

JungKook estaba dormido boca arriba con el rostro hacia el respaldo del sillón, sus pies descalzos descansaban en el apoya brazos contrario al que sostenía su cabeza y su camiseta estaba apoyada en su pelvis. Tenia el cabello algo desordenado y los labios entre abiertos, lucia pálido a la luz del día que entraba por la ventana y tenia uno de sus brazos marcado con tatuajes.

—¿Hacemos videollamada?— Hye interrumpió a NaeMi de la examinación que le daba al muchacho que dormía tranquilamente en su sillón.

—No, yo veré como resuelvo esto, nos vemos en la clase— apagó el teléfono, lo dejó en la mesa de centro y se acercó al sillón para ver al chico de más cerca.

Acarició con uno de sus dedos el sinfín de dibujos que decoraba su brazo derecho. Su piel era suave y tersa. NaeMi parecía impresionada con lo relajado que lucia y algo en ella le pedía quedarse ahí mirándolo por horas.

JungKook estaba sumergido en un profundo sueño donde, después de muchos siglos volvía estar entre los jardines del templo caminando con la doncella hechicera.

El Deseo del Rey - Jeon Jung Kook (+18) Completa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora