El deseo del rey

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NaeMi llegó a su apartamento algo desmotivada, con una emoción extraña en el cuerpo y algo de asco del cual no se pudo deshacer posterior a esa reunión con el profesor Choi y Byeol. Era bastante obvio que entre ellos había algo prohibido y retorcido. Era muy probable que él supiera la historia de Byeol y se aprovechara de ello, Byeol con su mente frágil calló en las garras del lobo, un lobo encantador y engatusador que se alimenta de su inocencia.

Jung Kook se asomó desde la cocina a ver como NaeMi ingresaba al apartamento. Hoy había sido un día largo para él debido a que extrañaba su presencia y también necesitaba hablar sobre lo que había sucedido en el baño de la universidad.

—¡Hola Guapa!— sonrió y caminó hacia ella para abrazarla.

Sentir su cuerpo contra él despertó algo, un deseo profundo de no soltarla. JungKook creía que se trataba de él pero no, era solo un deseo puro de corazón que provenía de NaeMi y él solo respondía a ello de forma natural.

—¿Todo bien?— él besó el inicio del cabello de la chica y se quedó ahí oliendo el aroma de su cabello.

—No lo sé, no me siento con la seguridad de responderte eso— suspiró contra su pecho oliendo su perfume.

NaeMi se preguntó de forma extraordinaria si en sus otras vida él olía así de bien, si siempre fue así y por qué aquello le resultaba tan reconfortante. De pronto en sus brazos comenzó a olvidar lo que había sucedido hoy en la universidad y su corazón pesó menos.

—Hice pechuga de pollo con champiñones y crema— susurró a su oído —Y sin magia— sonrió —Quiero que lo pruebes— parecía muy orgulloso de ello.

—Gracias, traigo mucha hambre— dejó un beso en la manzana de adán del joven Jeon y caminó a la cocina.— Huele delicioso— cerró los ojos.

—Hice lo mejor que pude— la miró darle una probada a la crema.

La forma en la que introducía la cuchara en su boca despertó un instinto primitivo en JungKook, deseó hacerla suya o al menos que su miembro reemplazara aquella cuchara de madera que lamia con placer.

—¿Tienes mucha prisa por comer?— la miró a los ojos buscando comunicarse, ella lo miró y sonrió como una niña pequeña.

—¿Qué quieres decirme con eso?—susurró acercándose a él para apoyarse en la encimera frente a frente.

—Creo que quedarías muy bien aquí en la encimera— acarició la superficie —Sentada aqui con tus piernas abiertas como el paraíso ante mi— su respiración se hizo pesada y su voz profunda —Y recogería la miel que sale entre ellas con mi boca— se relamió los labios.

—¿Quieres tener sexo?— dijo de forma seca y firme dejando la cuchara en el mesón —¿Quieres que me abra de piernas para ti?

JungKook, cansado de juegos rodeó la encimera y se colocó tras de ella inclinándola sobre la superficie de madera. Miró sus curvas relamiendo sus labios, acarició las nalgas de NaeMi sobre la tela del pantalón que llevaba mientras NaeMi comenzó a desabrocharlo desde el frente y los bajó ante él.

—Sé que eres un encanto en estas cosas pero hoy necesito que seas rudo—suspiró —Tómame duro y lo más firme que puedas sin detenerte hasta acabar— gimió de solo pensarlo.

—No quiero lastimarte— dijo mientras acariciaba la piel tersa de las nalgas de ella —No podría 

—Entonces mójame lo más que puedas y luego hazlo

JungKook hizo que NaeMi se volteara y la subió a la encimera. Deslizó sus pantalones y la ropa interior por sus piernas y las abrió de par en par, se hincó frente a ella para comenzar a lamer su zona V  con hambre, sed y deseo. Era torpe pero eso no impedía que fuera delicioso, la piel de los brazos y muslos de Nae se erizaron al llegar al orgasmo y liberó mucho  lubricante haciendo que la barbilla de JungKook se humedeciera.

El Deseo del Rey - Jeon Jung Kook (+18) Completa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora