Jeon Woo Jung Sung Kook heredero de la dinastía Jeon es contenido en un joyero por la hechicera del templo cuidándolo así de los soldados japoneses que atacaron el templo una noche y cada cierto tiempo -bajo ciertas condiciones - es liberado del joy...
Los días comenzaron a brillar más pasado el invierno y Busan llenaba sus playas cada vez más con nuevos turistas y los oriundos de la zona. No podía faltar pensar en la hermosa vista que tendría el lugar posterior a que las flores de las áreas verdes florecieran al fin.
El otoño parecía una fecha corta, un momento breve, casi inexistente en esta época y tan pronto como llegó, se fue. Las calles parecían ya despejadas de la humedad y la brisa marina ya no congelaba ya que ahora resultaba agradable bajo los rayos de sol que se hacían más cálidos con el paso de los días.
JungKook llevaba cinco meses viviendo con NaeMi y había esperado mucho para las preciadas vacaciones de medio año. NaeMi le había conversado de aquello para que fuera paciente y armaran un panorama increíble fuera o dentro de la cuidad, era momento de que él conociera mejor el mundo y NaeMi tenia tiempo para mostrárselo.
Era una mañana tibia, aun era perfecto para tomar un café cargado a las 10:00 am y los kilos de ropa que se solían usar para cubrirse del frio no eran más que un recuerdo viejo, hoy estaba perfecto para llevar una camisa delgada y disfrutar de la luz solar.
—¿Quieres ir a la playa primero o al museo?— NaeMi preguntó mientras se acomodaba su bolso en el hombro.
JungKook como todas las mañana tomaba su café al pie del ventanal mirando desde el edificio a la gente y el mar en el horizonte. Había escuchado a NaeMi pero no sabia que responder, desearía poder hacer más versiones de si mismo y disfrutar los diferentes lugares al mismo tiempo.
—Creo que al museo— respondió antes de chasquear los dedos y lucir una tenida más primaveral —¿Está bien esta camiseta o me cambio a una más gruesa?
—Por mi que fueras sin ella— NaeMi habló coqueta mirándolo de forma lasciva.
—¿Deberíamos salir después de darnos unos cariñitos?— JungKook comprendía esas miradas y en la mente de NaeMi vió cosas que deseaba replicar.
—¡No, debemos salir!— sonrió y este se acercó a ella para darle un abrazo por la parte posterior —No podemos estar siempre cogiendo entre estas cuatro paredes—rió al sentir un beso en su nuca.
—No siempre cogemos, a veces vemos peliculas, cocinamos juntos— pensando en las actividades que hacia en su rutina.
—¡Pero después cogemos!— NaeMi se giró hacia el joven y tomó su rostro entre sus manos —Tienes que conocer el mundo JungKook, tienes que ver lo mucho que ha cambiado desde la ultima vez que estuviste fuera del joyero—.
—¿Es posible que haya cambiado mucho desde el 1997?— la miró con sus pupilas negras exaltadas.
—¡Claro que si, yo era apenas un bebé!— acarició su pecho por sobre la camiseta negra que llevaba puesta. —Es mejor que no leas mi mente ahora mismo— rió.
—¿Por qué deseas que te muerda la oreja?— rió él extrañado de los deseos de NaeMi.
—¡Vamos ya!— le tomó la mano y lo arrastró hasta la salida.
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