Tus deseos son mis deseos

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La calidez del cuerpo de JungKook y su olor evitaron que Nae siguiera dormida. Nunca imaginó sentirse tan cómoda con tanta fuerza sobre ella ya que él la abrazaba como si se fuera ir de su lado.

No buscaba separarse de él pero necesitaba acomodarse, por lo tanto, hizo que este se recostara sobre el colchón empujándolo con cuidado hacia el otro costado. Su cuerpo robusto, sin ser exuberante, descansó y se extendió a lo largo de la cama. NaeMi se inclinó a verlo. Vio su rostro dormido y su respiración alzando su pecho de vez en cuando acobijado bajo su camiseta blanca y deseó despertarlo.

JungKook estaba plácidamente dormido refugiado en sus sueños, lugar donde podía encontrarse con HyeShiWoo, el único lugar donde creía ser feliz hasta después del beso de anoche con NaeMi.

  —Este año los lirios tienen un color diferente— El joven príncipe se inclinó sobre uno de los brotes cerrados de su flor de nacimiento.

La doncella hechicera y el príncipe caminaban por el jardín como todas las mañanas hasta que el sol se posaba en lo alto, antes de que anunciaran el almuerzo.

Toma — JungKook extendió el capullo sobre la mano de la doncella y esta lo miró.—Hazla florecer para mi, quiero ver su color— sonrió mirando atento a la magia.

Sus deseos son mis deseos joven Jeon— en su mano la flor fue abriéndose lentamente dejando ver su intenso color anaranjado y pistilos de puntas negras alzarse —Aquí tienes— se la acercó.

Es para ti— la reverencia hecha por el joven príncipe alertó a su padre que lo miraba por la ventana del templo que daba hacia los jardines.

¡JungKook, acá ahora!— alzó la voz y dos guardias fueron a escoltarlo.

Las miradas entre la doncella y el príncipe se entrecruzaron como si se dijeran un secreto a través de ellas, este vió como ella llevó la flor a su pecho haciendo que se volviera polvo dorado y entrara en su pecho como una promesa de amor entre la magia y la cruel realidad.

NaeMi recostó su cabeza en el pecho del muchacho pelinegro y escuchó su corazón latir hasta que una de las manos de este último se posó en su hombro.

—Buenos días Nae— la vibración de su pecho la sacó de sus pensamientos.

—Buenos días— alzó su rostro para verlo a los ojos y se detuvo en ellos.

—¿Dormiste bien?— JungKook se acomodó en la cama recibiendo la cabeza de Nae sobre su pecho y la abrazó nuevamente.

—Muy cálida, no te apartaste de mi en toda la noche—.

—Prometí que no lo haría, en tu mente solo deseabas que te abrazara— él intentó abrazarla con más fuerza hasta que en su mente un pensamiento nuevo apareció —Bueno y eso de acariciarte también era algo muy recurrente— rió y besó el cartílago de su oreja.

—¡Hey chico mágico, baja las revoluciones!— lo apartó y se acercó a su teléfono —Tengo que salir hoy a la universidad...

NaeMi quedó confundida al ver que el teléfono arrojaba que era domingo, un domingo cualquiera. Ella estaba segura que ayer había sido domingo pero no le dio mayor importancia porque, como ayer había nevado e hizo mucho frio, caía la posibilidad de que aquello le hubiera evitado salir como cualquier sábado.

—¿Sucede algo?— JungKook preguntó acariciándole la espalda.

—No, nada, cosas mías— sonrió y volvió a sus brazos —¿Crees que nos podríamos quedar en la cama así hoy?

El Deseo del Rey - Jeon Jung Kook (+18) Completa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora