Es mi hija

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El único sonido que llenaba el comedor era el de los palillos contra la cerámica de los platos y la TV con el noticiero a volumen medio. Todos miraban la pantalla, NaeMi, su padre y JungKook quien estaba en medio de los dos y había terminado de cenar.

"Ya son tres semanas de la desaparición de Kim Byeol y cinco chicas más que se suman a las personas que buscan el departamento de investigaciones y seguridad de Busan y Seúl de donde son las victimas y se suma una sexta chica desde la comunidad de Incheon. Su caso presenta características muy parecidas al de  las otras chicas de las que aún no se sabe nada."

"Tres de las chicas tenían en su poder una especie de broche o pin de abeja dorado que según los detectives vendría siendo una especie de localizador con el cual se sospecha que ubicaban a las victimas para posible secuestros."

— Mal nacidos— el padre de NaeMi dijo entre dientes con rabia —No quiero que salgas de casa— tomó la mano de su hija.

—Appa, estoy bien —  acarició con su otra mano el dorso de la de su padre y miró a JungKook —JungKook me cuida—.

—Por mucho que te cuide, él bajo cualquier peligro desaparecerá cayendo en ese joyero y para ese entonces estarás sola— miraron la pieza de color esmeralda que estaba en la mesa junto a ellos.

JungKook sin opinar nada acerca de lo que conversaban Nae y su padre, tomó el joyero en sus manos y lo miró con detención por todos los lados. Jamás se había dado cuenta que su prisión solitaria era tan hermosa y había perdurado tantos años.

—Tu appa tiene razón, NaeMi — dijo el Joven príncipe —Mis opciones de cuidarte son casi nulas si estoy sujeto a eso— mostró el joyero y lo dejó en la mesa.

—Vamos donde esa mujer de la playa, ella dijo que nos ayudaría— Nae miró a JungKook con angustia.

—¿Qué mujer de la playa?— el mayor miró a ambos jovenes con curiosidad.

—Una mujer se nos acercó un día que paseábamos por la playa de Busan y al parecer nos reconocía de algún...— se quedó entre sus pensamiento, perdida en la información que creía tener pero no tenia.

—Ella dijo que sabia como ayudarme a revertir el hechizo del joyero— JungKook habló hacia el mayor buscando aprobación —Realmente es nuestra última esperanza—.

—¿Y le crees a una mujer desconocida?

—Supo de mi sin tener que demostrarle nada, supongo que si debo creerle— miró el joyero —Además sabía de los dibujos de NaeMi—.

—¿Soo Jin, la psicóloga?— dijo casi en un susurro, miró a su hija con asombro —Ella después de tu caso dejó su trabajo para irse a un retiro espiritual y no volvimos a saber de ella— se rascó la cabeza algo confundido —No volvimos a someter a NaeMi a ninguna de esas terapias alternativas porque ella la ayudo bastante para luego desaparecer—.

—¿Crees que debo verla otra vez, appa?— NaeMi lo miró buscando una respuesta certera.

—Y eso te hace sentir bien, debes hacerlo— él miró a JungKook como una victima del mundo —Y si puedes ayudarlo a él es mucho mejor para ambos—.

Todos se levantaron de la mesa, sólo JungKook y el padre de NaeMi se quedaron en la cocina mientras ella se daba un baño. El padre de NaeMi miraba a JungKook como si fuera algo irreal, casi atemporal que no podía comprender, no sabia nada de él ni de su existencia y en parte le daba inseguridad de que su hija estuviera en compañía de él.

El Deseo del Rey - Jeon Jung Kook (+18) Completa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora