Capítulo 4

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Mientras iban de camino a la reunión, se pusieron a hacer planes para ponerse de acuerdo de cuándo se habían conocido, que cuánto llevaban como pareja y cosas por el estilo. Childe estuvo encantado de usar su carta de novio falso para que sus padres se sintieran un poco más cómodos con él, hasta crearon un apellido y un origen de ese planeta. Por supuesto, Lucy confiaba en que iban a tener muchas preguntas sobre el pelirrojo, pero el chico le dijo que eso se lo dejara a él. Cuando estacionaron, Lucy se asustó un poco al ver el restaurante tan elegante. Siempre le habían asustado ese tipo de lugares, pero tenía que lograr impresionar a sus padres. Siempre lo había querido.

Estaba de pie mirando la puerta cuando sintió una mano cálida en su espalda. Ella se asustó un poco y miró al fatui pelirrojo junto a ella sonriendo.

—Vamos, Lucy, podemos hacer esto, es solo sonreír y saludar— la animó.

—Lo sé...— ella respiró profundamente.

La acercó un poco más y pudo sentir como sus hombros se relajaban. Parece que esto sería más difícil para ella de lo que pensó, debía empezar a usar su faceta de fatui. Tenía que devolverle el favor de ser tan atenta y ayudarla con su familia.

Cuando ingresaron al lugar, la chica que atendía la entrada se les acercó. Y, por supuesto, sus ojos puestos en Childe eran muy obvios. Lucy tuvo que aguantar las ganas de poner los ojos en blanco.

—Buenas noches jóvenes, ¿Tienen reserva?— preguntó sonriendo lo mejor que pudo.

—Uh, sí, vinimos con Madeleine Pendragon— dijo Lucy.

—Oh, ya están aquí, vengan conmigo por favor— dijo guiando a la pareja a una de las grandes mesas al final del restaurante.

Todo el lugar era demasiado ostentoso. Se lo imaginó, porque su hermana al ser de clase, querría comer en uno de los mejores lugares de Nueva York. Se sentía rara ahí y esperaba que la ropa que usaba fuera suficiente.

Con cada paso que daba, los latidos de su corazón aumentaban sobre todo cuando encontró la mesa donde estaba su familia. Se sentía como caminar hacia su muerte. Su mamá, su papá, su hermana, su esposo alemán Emmett y dos amigas de su hermana estaban allí. Candace hizo contacto visual con Lucy, casi todos en la mesa se volvieron hacia ella. Y, por supuesto, notaron al chico pelirrojo que la seguía de cerca con su brazo al rededor de sus hombros.

—No puedo hacer esto...— murmuró.

El pánico que sentía quería hacer que sus piernas la llevaran lejos de ahí. Nobile sonrió y apretó un poco su hombro a modo de consuelo.

—Solo sonríe, Lu, puedes hacerlo— dijo hasta que estuvieron frente a la mesa.

Toda su familia los miró. La primera en levantarse fue su mamá. Una mujer de edad avanzada, cabello rubio entrelazado con alguna que otra cana, la nariz respigada y ojos verdes. Sus ropas iban al más puro estilo inglés de la corona británica, cosa que siempre había admirado mucho su madre a lo largo de los años.

—Lucy, qué sorpresa que llegaras tan temprano— dijo su madre cruzando los brazos —Porque nosotros llegamos hace apenas unos minutos— le dijo su madre con una pequeña sonrisa.

Lucy hizo lo mismo y dijo:

—Oh mamá, es que no podía llegar tarde a una reunión tan importante— dijo ella con su mejor sonrisa.

Su mamá le dió un pequeño abrazo.

—Está bien, me alegro de que lo reconozcas— respondió e inmediatamente se giró hacia el chico.

Sus ojos se posaron en Childe, quien simplemente sonrió ampliamente.

—¿Y-y quién es este joven tan apuesto?— dijo su madre, sonriendo un poco.

¿Podrías repararme? | Tartaglia | Genshin ImpactDonde viven las historias. Descúbrelo ahora