La Zarina caminaba de lado a lado frente a su trono, pensando y pensando algo que la atormentaba. Sus guardias la miraban preocupados y Pietro estaba empezando a cansarse de verla ir y venir todo el tiempo.—¿Por qué no ha regresado? ¿Qué acaso no entendió lo que le dije?— dijo la Zarina moviendo los brazos.
—Ah...mi señora...— trató de hablar uno de los guardias.
—¿Qué tan difícil debe ser ir y venir de un mundo a otro? Ya es como para que viniera corriendo y suplicando que lo perdone...¡Ugh!— exclamó dando un pisotón.
—Mi lady...— habló entonces Pietro.
—¡¿Qué quieres?! Digo...¿Si?— dijo componiendose.
Pietro suspiró y puso las manos sobre la cabeza del bastón que llevaba.
—Mi señora, creo haberle dicho que al mundo al que lo mandaría era un mundo complicado— dijo cerrando los ojos —No es un mundo como el de nosotros reinado por las líneas Ley y Celestia...
—¡Pero si viste toda la tecnología que tienen! No puedo creer que no haya manera de regresar— dijo cruzando los brazos y sentándose en su trono molesta.
—Mi señora, tienen mucha tecnología pero no creo que exista algo que pueda traer a Tartaglia de regreso a no ser que usted vaya por él... en ese mundo no existe la magia ni las líneas Ley— explicó Pietro suspirando.
La Zarina suspiró, apoyando la mejilla sobre su mano en el trono. Pensó que eso sería de unos días y ya, pero ya llevaba bastante tiempo desde que había mandado al Fatui a ese mundo humano.
—Sigo molesta porque no pudo cumplir lo que le pedí...pero necesito que vuelva...y se lo dejaría demasiado fácil si voy yo por él, quiero que aprenda— dijo pesadamente, acomodando con la mano libre la seda de su vestido.
—Usted sabe que eso será imposible, tanto por el tema de su familia y porque ese chico no es lo que usted cree...no va a regresar de ninguna manera si usted no lo trae— dijo el fatui mayor, muy serio.
La Zarina suspiró pesadamente y con un movimiento de su mano, abrió un pequeño oráculo donde podía ver un poco de lo que pasaba en el lugar donde había aparecido Tartaglia la vez que lo mandó.
Lucy estaba sobre un tapete de yoga mientras terminaba unos ejercicios que le había puesto Childe. Cómo hacía poco él le había recomendado hacer un poco de ejercicio, ella le pidió que si le ponía algunos que pudiera hacer en el departamento después de todo el día de paseo. Mientras ella hacía eso, Childe hacia la cena y platicaba con ella de vez en cuando.
—¿Y cuándo me ibas a decir que tenías competencia después de la fiesta de Halloween?— decía ella sentándose en el tapete, mirando el cabello alborotado del chico desde atrás.
—Ah, se me había olvidado con todo lo que hicimos hoy, pero ahora que lo sabes...— dijo girando con dos platos listos con la cena y caminando hacia ella— Vas a ir a verme ¿Verdad, Luchy?
A ella le brillaron los ojos con la comida y más al ver qué era lo que había preparado. Se apresuró a recoger el tapete antes de ponerse de pie.
—¡Eso es más que obvio! Ya verás que nadie va a gritar más que yo en la competencia— dijo cruzando los brazos y cerrando los ojos orgullosa.
—Ah, tendré que lucirme más si harás eso, no puedo decepcionarte— dijo el fatui entregándole su plato.
—No tienes que hacerlo, ya lo haces muy bien, ya verás que ganarán con tu ayuda— dijo ella muy sonriente, tomando asiento en el sofá.
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¿Podrías repararme? | Tartaglia | Genshin Impact
Fanfiction"Creo que las coincidencias no existen, creo que el destino es quien nos maneja y si el destino me puso en tu camino, tal vez eres lo que necesito. ¿Podrías repararme?" Una pequeña historia de las aventuras de Childe cuando aparece en la habitación...