Capítulo 17

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-¡Ah! Esas fueron las mejores hamburguesas que he probado en la historia- exclamó el pelirrojo recargando la espalda en el respaldo del gabinete dónde estaban sentados con las manos en su abdomen.

Habían ido al restaurante que Areli les recomendó que quedaba frente a Central Park y habían pedido un par de hamburguesas con un vaso de refresco cada uno. Y vaya que habían estado más llenadoras de lo que habían pensado.

-Y que lo digas, ¿Estás seguro de que podríamos dejar en bancarrota este negocio? Ya no podía con la mía- dijo Lucy dejando su plato, recargando los brazos sobre la mesa.

El chico rió y la señaló.

-Eso te pasa por robarte de mis papas, ya verás que sufrirás la furia de los arcontes por eso- bromeó el Fatui fingiendo un llanto con una mano sobre los ojos.

La pelinegra reía y se enderezó para tomar la mano que Childe tenía sobre la mesa.

-Apuesto a que los siete me adorarían tanto que nunca pasaría- decía ella con una sonrisa enorme.

El chico la miró desafiante.

-¿Conque sí, eh? Pues mira, cuando regrese a mi mundo te llevo con Zhongli o Venti para que lo compruebes tú misma- reía- aunque pensándolo mejor, mejor solo te llevo con Zhongli, el bardo aún no me da buena espina- dijo riendo y entrelazando la mano con ella.

Lucy dió una carcajada tapando su boca.

-¿Tan así es Venti? Y yo pensaba que sería más tranquilo por cómo lo veía- reía ella mientras la señorita traía la cuenta.

-Es tranquilo, pero huele a alcohol todo el tiempo, no creo que te agrade mucho eso- rió moviendo un poco sus dedos encallecidos sintiendo los suaves de la chica.

Ella miró sus manos unidas y se dió cuenta de unas cuantas cicatrices que tenía en ella. Con la otra pasó un dedo por las que se había hecho por haber golpeado el piso hacía semanas.

-Teyvat se oye bonito...incluso la gente,- dijo distraída mientras trazaba otra cicatriz más grande en el dorso de su mano.

Childe tuvo que aguantar un escalofrío y mejor concentró sus ideas en ella.

-Lo es bastante, he estado en casi todas las regiones y créeme que es más grande de lo que me enseñaste el otro día- dijo hablando con nostalgia recordando su hogar.

Lucy miró sus ojos que aún los tenía fijos en sus manos. Siempre algo le estrujaba el corazón cuando lo veía así. Incluso podía decir que notaba su tristeza.

-Nunca pensé que todo esto sería real, sólo pensaba que sería parte de la imaginación de una compañía de videojuegos...- dijo mirando su plato vacío- nunca pensé que siquiera podía estar aquí sentada contigo...

-¿Te imaginas que pudieras entrar a cualquier videojuego? ¿O incluso que cualquier personaje pudiera salir?- dijo Childe pasando sus ojos por el rostro de Lucy.

Adoraba observar sus fracciones, últimamente era una de sus actividades favoritas.

-Esto suena demasiado a Ready Player One,- dijo riendo antes de ver la cara de confusión del chico.

-¿Ready que? Esa no la hemos visto- dijo riendo.

-Deberiamos verla un día, aún así, no me gustaría pensar que cualquier cosa podría venir a este mundo de un videojuego- dijo retirando su mano de la de él cuando la señorita vino con la cuenta.

-Ahora que lo dices también lo pienso, no quiero imaginarme a Azdaha haciendo destrozos en esta ciudad- dijo viendo cómo la chica pagaba.

Ella reía. Al final, se levantó de su asiento y vino junto a él, ofreciendo su mano.

¿Podrías repararme? | Tartaglia | Genshin ImpactDonde viven las historias. Descúbrelo ahora