Capítulo 18

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Childe estaba sentado en uno de los bancos fuera de la piscina. Estaba piense y piense en todo lo ocurrido. Tan obvia era su preocupación que Damián lo notó cuando se acercó.

-Hey, ¿Por qué tan pensativo, Childe?- preguntó sentándose a su lado.

Suspiró antes de responder.

-Pues pasaron un par de cosas...primero Lucy me besa y luego se aleja cada que hay gente cerca...¿Cómo puedo entender qué quiso decir si se porta así?- dijo pasando una mano por su cabello.

Damian lo miró sorprendido.

-¿Lucy te besó?- dijo incrédulo- Y yo que pensaba que tú harías eso primero.

-No me lo recuerdes...la cosa es que ahora está muy rara...no sé...- dijo con pesar- Una parte de mí me dice que ella siente lo mismo que yo por ella...pero ahora está algo distante y evita mucho que nos vean juntos en público...- dijo encogiendo los hombros.

Estaba demasiado confundido y más por el beso que seguía atormentando su cerebro. Que en parte él mismo lo repetía en su mente una y otra vez. El moreno lo miró confundido.

-¿Cómo que distante? ¿Se pelearon o algo?- preguntó con una mano bajo la barbilla.

Childe negó con una cara preocupada.

-No, no, para nada, solo que de un día para otro empezó a estar más callada...y hoy no quiso desayunar...- dijo soltando un quejido volviendo a tomar su cabello- Ya no entiendo nada...

-Eso es raro...quien sabe, quizá está pensando en lo que pasó y si sus sentimientos son correspondidos, ¿No lo crees?- preguntó el moreno- Lucy es nueva en estas cosas, quizá debas darle tiempo a que piense bien lo que quiere, pero lo que sí puedo decir es que no te agobies, seguro al rato volverá tan animada como siempre- lo tranquilizó palpando su espalda.

El Fatui suspiró tomando de su botella de agua.

-Espero que tengas razón...me inquieta tanto...y no sé porqué- dijo poniéndose de pie.

-Porque la quieres y tienes miedo de que nada vuelva a ser igual,- dijo Damián siguiéndolo a las regaderas- pero no te preocupes, ya verás que todo estará bien.

El pelirrojo esperaba que si. Había una tensión extraña en casa y tenía mucho miedo de que pudiera haber hecho algo para que Lucy estuviera así. Y todo empezó hace un par de días.

Unos días atrás, Childe estaba preparando el desayuno mientras veía el reloj. Eran más de las ocho y Lucy no había salido de su habitación. Se empezó a extrañar porque aunque se tardaba años en vestir y arreglar, siempre salía a tiempo.

-¿Se habrá quedado dormida?- se preguntó.

Quería darle tiempo, quizá no se decidía por la ropa de ese día, pero sus ansias no lo dejaron esperar. Apagó la estufa y fue a su puerta tocando un par de veces.

-Luchy...¿Ya despertaste?- dijo abriendo lentamente.

Trató de echar un vistazo con cuidado de que no estuviera cambiándose, pero en vez de eso la vio mirando su celular con la camiseta a medio poner. Entrecerró los ojos con media sonrisa.

-Luchy...vas a llegar tarde- le llamó tratando de no fijarse mucho en su espalda.

Eso la sacó de su trance haciéndola saltar y girar la cabeza hacia él. Cuando lo vió, soltó un gritito poniéndose colorada y señaló la puerta, cubriéndose con la camiseta.

-¡Childe! ¡Ya te dije que no entres así!- le gritó, lanzandole toda la ropa que encontraba.

-¡Ey! ¡Ya, perdón! ¡Es que no salías!- dijo el chico atrapando cada objeto y saliendo de ahí, cerrando la puerta.

¿Podrías repararme? | Tartaglia | Genshin ImpactDonde viven las historias. Descúbrelo ahora