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Me desperté, me encontraba en una... ¿isla? ¿qué sucedió? ¿dónde estaba? ¿y mi madre? ¿y mi madrina? ¿y Henry? Esto no es Storybrooke, de eso estaba cien por ciento segura. Entonces los recuerdos me vinieron de golpe, Yo con unas compras, Félix llamándome Skylar Jackson, lanzándome un polvo morado y después todo fue oscuridad. La cabeza me empezó a martillear, solté un quejido de dolor y a duras penas logré levantarme, llevé mi mano derecha a mi cabeza, tratando, sin ningún éxito, que el dolor cesara, me adentré a la frondosa isla, tal vez encuentre a alguien que pueda ayudarme, aunque es ridículo ya que esta isla parece desierta, salvo por la flora y la fauna que predominan aquí. De pronto empecé a escuchar voces, gritos y risas, como si festejaran, sin pensarlo dos veces me dirigí lo más rápido que mis pies me permitieron hacia el escándalo, aparté unos arbustos que obstruían mi camino, era un especie de campamento, había cabañas hechas con ramas y troncos muy bien construidas, por cierto, también había un enorme árbol donde se encontraba otra cabaña, pero esta era más lujosa y más grande que las demás, así que suponía yo, era del líder. Había una fogata y alrededor bailaban y reían niños que, seguro no rebasaban los 17 años, y ahí entre todos esos niños se encontraba uno que a diferencia de los demás, estaba sentado tranquilamente en un tronco y tocaba una especie de flauta hecha de bambú, pero lo más extraño fue que no salía ni el mínimo sonido de esta y a pesar de eso los niños seguían bailando como si nada.
—¡Auch! — me quejé, cuando me empujaron y caí en la dura arena, volteé hacia arriba, estaba Félix con una sonrisa de victoria —Pedazo de idiota.
—Tranquila, preciosa— estoy segura de que lo dijo a propósito.
—Félix— escuche una voz demandante —¿Es ella?
No escuché que respondiera así que supongo que asintió, me levanté torpemente, sacudí mi ropa mientras mataba a Félix con la mirada, él me sonrió burlón. Entonces mi vista se centró en el chico que estaba frente a mí, alto, pero no más que Félix, unos preciosos ojos esmeralda, espalda ancha, delgado, pero con músculos, cabello castaño claro tirando a rubio, bastante guapo, no lo puedo negar, sin embargo, me daba muy mala espina.
—¿Qué? — espeté molesta e incómoda de que me mirara fijamente, sin parpadear, sonrió de una manera escalofriante.
—Así que... tu eres Skylar— dijo el chico mirándome de pies a cabeza —Te imaginaba rubia.
—¿Rubia? —hice una mueca, no tengo nada contra las rubias, sólo que nunca me ha gustado ese color de cabello, incluso una vez le dije a Emma que se tiñera el cabello, pero como se habrán dado cuenta, no me hizo caso.
—¿Qué? ¿Acaso con Félix no te es suficiente?
El antes nombrado rió entre dientes, había olvidado que seguía aquí, el chico rodó los ojos y me tomó del brazo con rudeza, me enojé y lo aparte bruscamente.
—No me toques.
—¡Vaya! Que delicada—exclamó el castaño con burla.
—¡Vaya! Que imbécil— dije imitándolo, de nuevo, Félix rió.
—Félix— dijo llamando su atención —Llévala a mi cabaña.
El oji-verde se elevó en el aire, cosa que me sorprendió y desapareció de mi vista, Félix tomó mi brazo con delicadeza, eso también me sorprendió y me guío hasta la cabaña que estaba situada en lo alto de un enorme árbol.
—Buenas noches, pequeña— dijo revolviendo mi cabello y sonriendo.
—Buenas noches a ti también, eh... Rubio— él se carcajeó ligeramente por mi intento de apodo, supongo y desapareció por el umbral de la puerta.
Aquí está el sexto capítulo, espero que lo hayan disfrutado y gracias por leer!!!
