• | E P Í L O G O | •

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|Narrador omnisciente|

Después de la ceremonia, en donde los dos jóvenes entrelazaron sus vidas, se dirigieron hacía la pequeña plaza de Storybrooke, donde sería su fiesta de compromiso. El vestido blanco de Sky había sido remplazado por otro mas corto, sencillo y color beige. E igualmente Peter ya no llevaba el traje blanco, ahora llevaba algo mas cómodo, unos vaqueros de mezclilla, y una camisa, como no, verde.

Peter pensó, cuando bailaron su primer vals como esposos, que le hubiese gustado que el tiempo se hubiera congelado justo en ese preciso instante, y quedarse así con Sky, con su esposa. Entonces, una vez terminado el vals, empezaron a fotografiarlos, Peter se sentía extraño, por no decir incómodo, jamás había hecho algo así, pero bastaron un par de fotos para que él se relajara, y que al final terminaran haciendo muecas graciosas frente a la cámara. Lo que les pareció un gesto adorable a los invitados por parte del castaño. Pasaron tres horas, en las que ninguno paro de sonreír, y por consecuencia sus mejillas se entumecieron.

Peter y Skylar se despidieron de  su familia, porque el castaño ya era parte de ella. Elizabeth, la madre de Sky, por poco y no la suelta, le era muy difícil aceptar que su pequeña estaba creciendo. Les dedicó una sonrisa de despedida a todos los presentes antes de situarse junto a su, ahora, esposo. Sonrió al solo pensar lo bien que se escuchaba en su mente, no imaginaba cuando lo dijera en voz alta.
Peter sonrió, ella se colocó frente a él, él castaño rodeó con sus brazos su cintura, ella, en cambio, rodeó su cuello, sin dejarse de sonreír. Y ante la mirada de todos, a ambos los envolvió una neblina verde, y finalmente desaparecieron.

¿A dónde la llevaba? Se decía a sí misma entre pensamientos.
Lo único que Peter le había dicho, era que iban devuelta a Neverland. Para su luna de miel. De sólo pensar en ello le ponía los pelos de punta, y hacía que su corazón latiera con una fuerza descomunal. Detuvieron su caminar, fue en ese momento cuando ella fijó su vista hacia enfrente, una cabaña se alzaba frente a ellos, unas pequeñas luces iluminaban el pequeño porche, y un camino estrecho de rocas llegaba hasta la puerta principal de ésta. Sky miró con estupefacción a Peter, quien le guiñó un ojo en respuesta. Juntos entraron a la cabaña, era pequeña, pero acogedora, tenía una sala de estar con sillones de cuero y una mesa de vidrio transparente en el centro, y una cocina espaciosa. Ella, con Peter siguiéndola por detrás, se adentró a un pasillo oscuro, ella estaba por encender el interruptor. Pero entonces unas velas, las cuales no había notado, se encendieron, iluminando un camino de pétalos de rosa que, probablemente la guiarían hacia alguna de las habitaciones, giró sobre sí, pero él castaño ya no estaba, su corazón empezó a acelerarse, respiró hondo y siguió el camino. Cuando llegó al final de éste, frente a una puerta de caoba. Trató de que su pulso volviera a la normalidad, sin éxito alguno. Giró la perilla y entró. El cuarto estaba iluminado únicamente por velas aromáticas, y más pétalos esparcidos por el suelo y unos pocos en los muebles, en el centro estaba situada una cama matrimonial, con frazadas blancas y almohadas del mismo color, dos muebles a cada lado, con lámparas, y una puerta en una de las paredes, supuso que
esa daba al baño. 

Se sobresaltó al sentir como unos brazos rodeaban su cintura, y su piel se erizó completamente al sentir unos  fríos labios sobre su cuello, de manera inconsciente cerró sus ojos. Y casi por instinto ladeó su cabeza. Ella dio media vuelta, y se sonrieron antes de unir sus labios en un dulce beso, el cual no tardó en intensificarse, y sus lenguas se unieron en una batalla. Sky desordenó el cabello de Peter y lo jaló un poco, causando que él oji-verde soltara un gruñido en respuesta. Las manos de Peter viajaron de la cintura de la oji-café, hasta su espalda alta, buscando el infernal cierre del vestido. Cuando horas atrás le había gustado como lucía el vestido en ella, ahora solo quería que desapareciera. Y después de unos gruñidos de desesperación lo encontró, y con una lentitud que, frustró a la castaña, lo bajó. Se separaron unos segundos para recuperar el aliento, y rápidamente volvieron a besarse con desenfreno. Sintiendo como todas sus emociones explotaban, y como la adrenalina recorría sus cuerpos. Deslizó el molesto vestido, hasta que cayó al suelo, Sky comenzó a desabrochar la camisa de Peter y se la quitó, para continuar con su pantalón. El castaño la recostó con suma delicadeza en la cama, con él encima, sujetando su peso con sus brazos. Continuaron besándose, hasta que Peter se separó y prosiguió con depositar besos húmedos por el cuello de su esposa. Ella mordió sus labios. Y con un movimiento, logró que él quedara debajo de ella, quien se encontraba sorprendido. Ella le sonrió con picardía, el terror que había sentido antes se había esfumado, y de esa manera fue dejando besos por el cuello del castaño, quien gruñó. Nuevamente Sky quedó debajo de él, se despojaron de sus últimas prendas, Peter le sonrió tiernamente y acarició su mejilla, la besó, y de manera lenta y cuidadosa entró en ella, sus gemidos fueron silenciados por los labios de Peter. Los dos sentían que en cualquier momento iban a explotar. Hasta que llegaron a la cima. Peter se dejó caer junto a ella, rodeó el cuerpo de la castaña, sintiendo su piel ardiente contra la de él, ella se recostó en su pecho, rodeando su cintura, y casi sin darse cuenta, cayeron en un profundo sueño.

Don't hurt me | Peter Pan |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora