Capítulo 17 | Es difícil no sonreír cuando estoy con él.

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Estos días habían sido los mejores de toda mi vida.
Peter era muy atento conmigo, siempre se aseguraba de que desayunara, almorzara y cenara, y no me dejaba ir hasta que lo terminara todo.
Nunca antes alguien había sido así conmigo, a parte de mi madre y Henry, este sentimiento era nuevo, desconocido, y la verdad me asustaba un poco, jamás, en todo mi corta vida me había sentido de esa forma, sentía que estaba en las nubes, un hormigueo constante recorría todo mi cuerpo cuando estaba cerca de él. Me sentía como... como si me hubiesen anestesiado, no sentía dolor, a pesar de estar alejada todo este tiempo de mi madre, lo dije y lo vuelvo a repetir, es como si tuviera anestesia, Peter es mi anestesia.






-Peter...- reí, traté de apartar sus manos que obstruían mi vista, pero él no me lo permitía. Había dicho que me tenía una sorpresa. Llevaba puesto un vestido de color negro, tirantes gruesos de encaje, la falda igualmente negra con flores color salmón claro y hojas verdes, y zapatos bajos negros. Llevaba varios minutos caminando a ciegas, con Peter guiándome en todo momento.

Cuando quitó sus manos, mi corazón se aceleró, y por un momento olvidé cómo respirar.

No... puede... ser...

«Sorprendente ¿No?»

Él... ¿Lo hizo para mí?

«No... ¿Cómo crees? Lo hizo para Henry

-Es...- no tenía palabras -... es precioso, Peter.

-Lo sé- dijo Peter orgulloso, después su rostro se suavizó -Lo hice para ti, Preciosa.

Sonreí con las mejillas enrojecidas. Volteé a verlo, y él también volteó, y lo besé. Me tomó de la mano y me guío hacia el hermoso picnic que él había organizado, una manta, en la que cabían dos personas perfectamente, estaba tendida en el suelo, tenía un estampado de muchos cuadros de distintos colores y diseños, había una cesta, en la que deduje que había comida, pequeñas velas encendidas alrededor de la manta que emanaban un olor a chocolate y fresas, platos, cubiertos, y vasos de cristal, ¿Qué podía decir? Estaba anonadada. Para ser sincera, no creí que Peter fuese a hacer algo así, ya que al principio parecía ser un chico carente de sentimientos, ahora que lo pienso me siento culpable al recordarlo, no debí de haberlo juzgado, ahora que hemos pasado más tiempo juntos me he dado cuenta de que su apariencia de demonio sin sentimientos, es sólo una máscara, tal vez lo lastimaron en el pasado y solo tiene miedo de volver a salir herido, es algo que muchas veces nos pasa a todos, sin que podamos evitarlo, levantamos una barrera ante lo desconocido, para evitar salir heridos de alguna forma, yo he pasado por eso... y no es agradable, y menos si no tienes a nadie que este ahí para apoyarte, es por eso que soy muy apegada a mi madre.

Pasamos el resto de la cita charlando, comiendo y conociéndonos más, Peter tenia muchas facetas y todas, absolutamente todas me gustaban, si... hasta su faceta de Soy-el-rey-de-toda-la-isla-así-que-arrodíllense-ante-mi.
Es gracioso ver lo egocéntrico que es Peter cuando quiere, y lo terco y obstinado igual, y lo muy cabezota e idiota que podía llegar a ser, pero es así y no podía hacer nada. Una vez terminamos de cenar, Peter se levantó y me extendió su mano, y sin dudarlo la tomé, entrelazamos con cuidado nuestras dedos y nos sonreímos mutuamente, caminamos durante unos minutos en silencio hasta que él se detuvo y mi curiosidad no tardó en aparecer.

-¿Qué hacemos aquí, Peter?- pregunté, mirando el gran árbol que estaba frente a nosotros, en verdad era enorme, nunca había visto un árbol tan grande en toda mi vida. Peter colocó un dedo en sus labios y susurro un: "Shhhhh" y yo obedecí.

-Aguarda unos segundos- asentí, un humo verde rodeo las palmas extendidas de Peter, y cuando el humo se dispersó, pude ver la flauta de Peter, aquella a la que yo no lograba escuchar, intentara lo que intentara. Fruncí mi entrecejo.

Él empezó a tocar su flauta, me sentí un poco decepcionada porque no podía escucharla, y según los chicos él toca la flauta increíble, me gustaría poder escucharla. Un tintineo proveniente del enorme árbol, me hizo voltear a verlo detenidamente, miré a Peter, quien como pudo me sonrió, ya que tocaba la flauta, un brillo resplandeciente salió del árbol, seguido por... miles y miles de puntos brillantes dorados, azules, rosas, violetas, verdes, naranjas, de todos colores, seguramente luciérnagas... ¿Mutantes?, pero descarté esa idea cuando uno de esos puntos brillantes se me acercó lo suficiente como para verlo detalladamente, tenía un diminuto, pero desarrollado, cuerpo humano de mujer, un vestido que parecía fabricado de pétalos de flor, el cabello le llegaba a los pies, color chocolate y ojos violeta, era una hada, una preciosa, ella me sonrió abiertamente y yo le regresé la sonrisa emocionada, me sentía como una niña en Disneyland, las hadas eran y son mis criaturas mitológicas favoritas, desde niña coleccionada figurillas de porcelana de tan increíbles criaturas. Varias de ellas comenzaron a girar a mi alrededor, ocasionando que el brillo que portaban cayera sobre mi, de repente me sentí ligera, como si mis pies no tocaran el suelo, y en efecto, mis pies no tocaban la tierra, estaba flotando a unos centímetros de esta, un cosquilleo inundó mi cuerpo por completo, una mano se situó en mi cintura sobre saltándome, levanté la vista. Encontrándome con los verdosos ojos de Peter, él sonrió, lo que me hizo sonreír automáticamente, tomó mi otra mano, la extendió y me acercó suavemente a él, de pronto el tintineo se convirtió en musica para mis oídos, y junto a Peter comenzamos a balancearnos al son del melodioso tintineo de las hermosas hadas, no aparté la vista de la de Peter y él tampoco, era una guerra de miradas, a la que yo no pensaba perder y él mucho menos, Peter se fue acercando lentamente, como si quisiera torturarme.

«¡Maldito!» Gritó mi conciencia al descubrir su malignas intenciones, él pareció notar mi molestia y sonrió satisfactoriamente, así que fui yo la que tomo la iniciativa y lo besé... y yo olvidé mis preocupaciones, a mi madre, a Henry, a todos, pero no de él, y como nuestro primer beso, iniciamos lento y calmado, un beso dulce y demostrando todo lo que sentíamos en esos momentos, el beso fue aumentando, aunque nos separamos cuando nos quedamos sin aire, y por un momento deseé no tener unos inservibles pulmones que no aguantaban nada, unimos nuestras frentes y sonreímos, últimamente era bastante difícil no sonreír cuando estoy con el. Y eso me gusta.



DaughterOfZeus⚡





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Don't hurt me | Peter Pan |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora