Capítulo 19| Un corazón y una mano rota.

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Los siguientes días no mejoraron.


Peter y yo discutíamos cada 5 segundos y de no ser por Félix y los niños, ya nos habríamos degollado el cuello el uno al otro.

Él y la zorr... quiero decir, Wendy, siempre andaban muy cariñosos, y ¿Para qué negarlo? Me dolía.

¿Cómo es que había olvidado todo de la noche a la mañana? Se que fueron muy pocos los días que estuvimos verdaderamente juntos, pero para mi había sido más que suficiente.

Pero supongo que sólo fui una más en su lista...

Supongo, que sólo fui un juego.

Suspiré. Estiré mis músculos y escuché mi espalda crujir.

-Buenos días, Bella durmiente- Félix entró con un tazón de frutas, un jugo de naranja y cereal.

-Dejemos lo en días- tomé una cucharada de cereal y lo introducí en mi boca.

-¿Mala noche?- preguntó mordiendo una manzana. Yo sólo me límite a asentir -¿Qué sucedió?

Dejé de comer y no me atreví a mirarlo, su pregunta me había tomado desprevenida ¿Qué le diría?

«¡Hey, Félix! ¿Qué crees? Creo que Peter solo jugó conmigo, y ahora está en la que creía era nuestra habitación con Wendy, haciendo vaya a saber qué cosas. Pero descuida, sólo estoy imprimada de él, nada importante».

No.

Félix es capaz de ir a partirle la cara, y aunque en estos momentos me gustaría que lo hiciera, no puedo dejar que su amistad se arruine por mi culpa. Tengo que enfrentar esto sola, todo esto es mi culpa, ya sabía desde un principio cómo iba a terminar. Y esto, señoras y señores, es lo que pasa cuando escuchas a tu corazón y no a tu cerebro.

-Nada- contesté al fin -No sucedió nada.

Félix asintió no muy convencido, pero no preguntó nada más. Cuando terminé de desayunar, me cambié con ropa de los chicos, ya que el espejo estaba en la cabaña de Peter y ni drogada vuelvo a entrar a ese lugar, llevaba unos vaqueros de una tela desconocida por mi de un chico de 14 años, que me quedaban bien. Y opté por una camisa verde de Félix. La cual me quedaba enorme, pero me gustaba. Amo la ropa de chico.

Salí e inmediatamente saludé a los mas pequeños desordenándoles el cabelloy después a los mayores. Me dirigí al bosque, tenía tiempo sin transformarme, y la verdad lo extraño un poco.

-¡Sky!- me di la vuelta y miré a Luke correr en mi dirección.

-¿Qué sucede, pequeñín?- pregunté desordenando su cabello.

-¡No estoy pequ...!- soltó un suspiro de pesadez -...No importa, quería saber a donde ibas.

-Al bosque...- respondí obvia. Él rodó los ojos.

-¿A transformarte?- sip ellos ya sabían sobre mi "alter ego" hace unos días se los había dicho, al principio no me creyeron, pero Peter los convenció de que lo que yo decía, era verdad... Peter...

«¡Ya deja de pensar en él!»

Sacudí mi cabeza para alejar esos pensamientos, y le asentí a Luke, contestando su pregunta. Él sonrió abiertamente, algo quiere este niño. Rodeé los ojos.

Don't hurt me | Peter Pan |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora