Épsilon

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Jeon Jungkook hacía pequeños gestos que enamoraban a su mayor. Sabía que no tenía tiempo para preparar su almuerzo, como también sabía que sus padres le daban dinero para que comiera cualquier cosa que fuera comestible, pero vamos, eso no es alimento, no según los estándares del omega. Sabiendo eso, se tomaba la molestia de llevar un almuerzo extra, lo entregaba cuando abordaban el metro y Kim Taehyung le agradecía con cumplidos, a veces con abrazos y un día le dió un beso en la mejilla, lo permitió porque sabía que el alfa es mimoso.

El pelirrojo artificial ahorraba ese dinero que no gasta en comida, cada que tenía suficiente lo invertía en obsequios o en salidas destinadas a ser citas tacitas con el pelinegro.

Cómo se mencionó anteriormente, Jungkook siempre ha sido bueno. Es buen estudiante, bueno en deportes, es amable y es hermoso. Todas las virtudes acumuladas en un preciado ser humano. Tales atributos no son ignorados, pero Jeon rechaza a todo aquel que se le propone. Un día le preguntaron su tipo ideal de pareja, él no contestó nada, porque no hay nadie que sea su tipo ideal.

El lindo omega siempre enamora a Taehyung, aunque también lo llega a lastimar un poquito.

Omega cordis mei Donde viven las historias. Descúbrelo ahora