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Jeon Jungkook decidió luchar por su alfa favorito. Lo buscó después del día de su examen en la universidad, Jimin le dijo de antemano donde se hallaba.

El omega pelinegro llegó con la esperanza de ser quien declarase un amor infinito. Pero en su lugar vio a su alfa abrazando a otra omega, quiso creer en Taehyung, por ello, a pesar del martirio de caminar, un pitido molesto en su oído, unas punzadas tormentosas en su pecho y una mirada que se negaba a enfocar ese plano angustiante.  Llegó cerca, lo suficiente para que se olieran unas feromonas tristes, reconocibles para Kim Taehyung. Por inercia soltó a Kwon para mirar al dueño de su corazón.

No, no es lo que crees.

—Jungkook…

Jeon, sonrió amargo, elevó el rostro para ver mejor a Kim. Jeon Jungkook tenía sus ojitos hinchados, pintados en rojo, sus mejillas se cubrieron de lágrimas. No quiere llorar, pero no es tan fuerte.

Kim Taehyung de inmediato abrazó al omega de su corazón, su lobo en él encendió su instinto protector.

«No llores, no llores, mi Jungkookie no llora. Mi amor, mírame y deja de llorar…»

Un lamento desgarrador salió desde lo más profundo del corazón de Jungkook, se dejó oír por un quejido que le hizo intentar hablar, sin poder dejar de llorar.

—Tú, tú, ya, no me, me quieres —tartamudeó un poco, refugiando su cabeza en el hombro de su Hyung—. Alfa, ya, ya no me quiere.

Taehyung, abrazó más el cuerpo de Jungkook, quería cubrir sus males, hacerlo olvidar. Si tuviera la oportunidad de fundirse, volverse un escudo que lo cubra del dolor, con placer se sacrificaría para salvaguardar el bienestar de su corazón.

—Alfa te adora —respondió bajito, susurrando como si su omega fuera un cachorro esperando ser arrullado—.

El omega de su corazón volvió a llorar más fuerte, Kim lo llevó a sentar a una banca para relajarlo. Lo hizo sentarse en medio de sus piernas, ahí, en su lugar seguro, lo consoló.

El llanto fue apaciguando poco a poco, Jeon Jungkook aspiró, sorbiendo los mocos creados de tanto llanto. Kim Taehyung sacó el pañuelo que guarda para situaciones así, se lo acercó a la nariz del menor y le pidió que se limpiara.

Estando más calmado el omega azabache habló.

—Te gusta el invierno y el otoño, al enfermar eres un mimado, no te gusta el café, no te gusta el picante, amas las fresas. —Oh, quizá esto es un dejavu—. Ves el mundo diferente, amo eso, tu sonrisa, tus lunares, todo lo que significa Kim Taehyung, todo lo amo.

Kim Taehyung dejó caer una pequeña lágrima y sonrió al instante.

—Amo, adoro a mi alfa favorito, a mi alfa —Jeon se acomodó, sentándose mejor para tomar las mejillas de Kim —, mi alfa, eres mi alfa, por favor no te vayas.

Los ojos aún delicados por el llanto anterior, se iluminaron por un nuevo esplendor. Las preciosas luces hipnotizaron al pobre mortal que nunca salió del encanto de ellos. El alfa se envolvió en la calidez y amor que Jeon le daba.

—¿Soy tu alfa?

Jungkook asintió, luego se acercó a dejar un beso en la mejilla de Taehyung.

—Aceptame de nuevo en tu corazón Hyung.

Ay.

—Nunca te fuiste, solo estás tú —correspondió el amor—. Me has atrapado, te he pertenecido sin que tú supieras que ya me tienes, soy devoto en alma, fiel en cuerpo y leal de corazón.

Ya, suficiente Kim Taehyung, esta es la declaración de Jeon Jungkook. No digas cosas que hacen a su corazón emocionarse, no opaques lo mucho que le costó decir su amor en palabras.

Pero… gracias por amarlo tanto, él también te ama.

—Perdón Jungkookie…

—Yo también lo siento Hyung...

Omega cordis mei Donde viven las historias. Descúbrelo ahora