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Kim Taehyung, se preparaba para salir de casa, acompañado con los ruidos matutinos de un esposo gruñón, dos niños y una bebé de un año. Su casa era un caos, juguetes de un lado, su pequeña hija Myeong correteando a su mellizo Holangi, Jeon Jungkook llamando la atención de los niños, ya qué, se les hacía tarde y todavía no desayunaban como infantes decentes.

El alfa se sentó a un lado de la pequeña Nari y empezó a darle su papilla, ya que es lo único que podía hacer en momentos como esos, o, podía intervenir y salir regañado también él, si, alimentar a su pequeña hija sonaba mejor.

—¡Kim, no me vas a ayudar! —gritó Jungkook— ¡Te recuerdo que yo di a luz!

Y obviamente su alfa estaba más que agradecido.

—Tengo que ir con papi Jungkook —Comenzó a hablarle a Nari, y ella le miraba con ojitos grandes y bonitos, pareciendo entender a su papá—, tus hermanos mayores son un desastre, por suerte tu eres tranquila como yo.

—¡Taehyung!

Kim Taehyung se levantó y caminó rápido para atrapar a Myeong y llevarla a un asiento del comedor, la niña pataleó y se movía intentando liberarse, pero falló.

—Desayuna tranquila si un día quieres superarme en fuerza.

—Papá —se quejó cuando la puso en la silla vigilando que no se fuera a ir—.

Su Jungkook, con el entrecejo arrugado miró a su otro hijo quien se sentó con propia voluntad en la silla a lado de su hermana menor, viendo como la bebé lo veía feliz, hasta estiró sus manos para agarrar a su hermano, balbuceando cosas inentendibles propias de su edad. Holangi suspiró, ella era tan afortunada, no tenía que ir a la escuela.

—No entiendo porque se comportan así. —Comenzó a hablar el omega después de sentarse, para él también desayunar en paz—.

—Es difícil papá, en la clase de manua… —el Jeon pequeño se quedó pensando.

—¿Manualidades? —intentó adivinar su padre alfa y Holangi asintió.

—No me salió el dragón ¿Sabes lo estresante que es?

—¿Sabes qué significa estrés? —preguntó el adulto pelinegro—.

No, no lo sabían, pero sabían que muchos pacientes de su padre Taehyung llegaban por esos motivos, debe ser algo horrible y muy preocupante para que le paguen a su papá para hablar con él de eso. Ellos no entendían porque le pagaban a su padre por hablar con las personas, con su familia habla gratis.

—Obvio papi, papá nos mantiene del estrés de las personas.

—Es algo más complicado que eso —Intentó explicar, pero su hija comenzó a hablar—.

—Mari la última vez nos presumió que su conejo de arcilla era más lindo. —Su hermana coincidió, inflando sus mejillas molesta por el recuerdo de ese día.

Él junto con su hermana en un gesto igual, estuvieron de acuerdo que la clase de manualidades no debería ser obligatoria. En cambio, sus dos padres se miraron mutuamente sin entender el “estrés” de sus hijos.

Por el amor a la luna a penas van el kinder.

—Si la tal Mari te vuelve a decir algo, solo golpeala Mye.

—Jungkookie, ya hemos hablado que esa no es una solución

•••

En el camino al trabajo, Jeon Jungkook manejaba la camioneta para dejar a Kim Taehyung en el suyo, ya que le quedaba de paso, y después él se iría a la escuela donde laboraba. Era un trato que tenían, como solo tenían un vehículo, se turnan para usarlo.

—Te toca recoger a Nari de la guardería, después pasa al super porque pronto se va a acabar el papel de baño y los pañales, al rato te mando mensaje de que más debes comprar. —Ese es su lindo Jungkook recordando el itinerario del día—. Yo llevaré a Myeong y Holangi al dentista ¿Alguna duda?

—Hermoso, no soy uno de tus alumnos —respondió con una sonrisa—, pero si, si entendí.

—No te trato como un alumno, solo te recuerdo que debes hacer.

•••

En la noche, cuando habían terminado las labores del día, los niños ya habitaban dormidos en sus habitaciones. Los esposos pudieron hablar con calma de su día antes de dormir.

—Mañana tenemos reunión de padres. —Avisó Jeon Jungkook—. ¿Crees que debamos proponer que quiten las manualidades?

Su alfa favorito carcajeó y él le siguió.

—Nuestros hijos deben lidiar con su estrés si no queremos que ahora le hagan ganar dinero a otro colega.

El omega volvió a reír, sus niños eran tan lindos que era divertido molestarlos.

—Pero tal vez debamos conocer a los padres de su compañera Mari, sólo para asegurarnos como son —propuso Jeon—.

—Holangi, ha tenido problemas con un niño que le roba su plastilina, sería bueno que también veamos cómo son sus padres.

La pareja estuvo en un acuerdo mutuo. Al acostarse, Kim Taehyung rodeo con un brazo la cintura de Jeon Jungkook, aspiró para oler el aroma a mimosa y algodón, y, nuevamente, como su vago recuerdo de su encuentro, se deshizo ahí.

—Omega de mi corazón.

—Cuándo me cambiarás ese apodo —dijo adormilado, relajado por las caricias y el aroma de su alfa favorito.

Su alfa dejó un besó la nuca del omega de ojos hermosos, y, gracias a la genética, la pequeña Nari adquirió tan bellos orbes.

Los cónyuges se rodeaban de un aroma de ellos, la mezcla única de sus fragancias.

Kim Taehyung y Jeon Jungkook van camino al deseo y profundo anhelo de un joven alfa, uno que es muy ambicioso. Cuando un joven chico fue rechazado y es el momento en que codició ser como la pareja de ancianos que un día vio.

Poco a poco se acerca a su sueño.

Fin

Omega cordis mei Donde viven las historias. Descúbrelo ahora