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El alfa favorito de Jeon Jungkook llevó al omega de su corazón al cine, se había estrenado una película que ambos esperaban con ansias.

Después de la película Jungkook le pidió a su Hyung hablar, se sentaron en una de las bancas del centro comercial. El omeguita pelinegro quería guardar sus malos sentimientos solo para él, si la persona a quien quiere se entera que no es tan bueno como piensa, que es demasiado egoísta… ¿Le seguirá gustando?

Ha hecho esperar por mucho tiempo a su alfa favorito, si escucha que no le gusta como alguien más lo mira con amor, que solo anhela ser su centro, el núcleo de su mundo… ¿Lo perdonará? Perdonará el actuar tan impulsivo que lo llevó a arriesgar su propia rectitud o quizá le perdonará arriesgarlo a él, a la persona que Jeon tanto quiere, el alfa que lo cuida y mima.

Jeon Jungkook no puede perdonarse.

Se arriesgó, con la horrible afección de salir corriendo y evadir todo. Sus manos sudando, el corazón acelerado, palpitando de miedo. Expresó su error, la sonrisa tan hermosa que le daba el alfa poco a poco decayó, con ella las esperanzas de ser perdonado. La mirada de cariño de Kim Taehyung seguía ahí, con el entrecejo arrugado y una apagada mueca.

No, míralo como siempre, dale la sonrisa que le enamoró.

—Jungkook, yo te adoro —habló suave el alfa, no gritó, pero le dolía ese tono afable—, nunca te he dado motivos para dudar.

El omega de su corazón se quebró, porque sabe que tiene razón.

—Lo lamento.

Kim apaciguó su expresión, exhaló su enojo, y, se acercó a dar un beso a Jeon Jungkook en su mejilla. Se levantó de la banca.

—Vamos a casa.

Kim Taehyung llevó al omega de su corazón a casa. Un camino muy pesado, sin tantas palabras, sin algún otro comentario, solo un silencio que torturaba el corazón de Jungkook.

Cuando llegaron a fuera de la casa de Jungkook, Taehyung volvió a hablar.

—Concéntrate en tu examen, has estudiado mucho con nosotros, date vacaciones.

—¿No puedo ir a verte a la universidad?

—Por el momento descansa.

No, no lo mires así. No te atrevas a irte.

—No me odies —pidió, desesperado por hacerle llegar su miedo—.

El alfa favorito de Jeon Jungkook negó, eso jamás sucedería, nunca odiaría al omega de su corazón. Y eso le corroía aún más, no importa que hiciera su hermoso corazón, no podría dejar de amarlo.

Omega cordis mei Donde viven las historias. Descúbrelo ahora