Omega

52 10 0
                                    

Jeon Junhong, después de haber llegado a casa para ver a un alfa derrumbado en su sillón y enterarse por una nota que dejó dicho alfa de nombre Kim Taehyung, que su hijo entró en celo en los baños de la universidad. Como la primera vez, cuidó del joven y subió a verificar el estado de su hijo.

Al tercer día, encontró a Jungkook más calmado y permisivo para dejar entrar a su padre a la habitación. Junhong se sentó en la cama de su hijo, le miró con el cariño propio de un padre, sonrió y se acercó a dejar un beso en la frente del omega. Cuando se separó, sus ojos cambiaron completamente.

—¿Qué pasó con tu botiquín de emergencia?

Jeon Jungkook, preocupado y a penas teniendo pequeños escenarios lúcidos en su mente, tocó su cuello lo más disimulado que pudo y suspiró aliviado al no sentir la marca que creía sería su salvadora. Estando un poco más seguro y estable, correspondió la mirada de su progenitor, temeroso.

—Qué boti…

—Jeon Jungkook ¿Por qué no usaste tus supresores? —Sonó severo, como pocas veces era con su hijito adorado—.

El omega pelinegro agachó la cabeza. Le costaba admitir que se guío por un impulso.

—Los tiré a la basura. —dijo lo más bajo que podía, en un balbuceo impropio de un joven como él—.

Su padre, desprovisto de aquella confesión, preguntó la razón de tan deshonorable actuar. Escuchó a su hijo, casi llora al ver qué falló en parte de su educación. Cómo padre soltero era difícil hablar de esos temas, él no entiende que su cachorro se sintió amenazado por una omega.

Si el padre de Jungkook viviera sería más fácil cuidar de él.

—Jungkook, entiendo que te ayudaron, pero la voz de mando de los alfas sigue siendo una desventaja. No debiste hacer eso, tu no eres así.

—¡Crees que no lo sé! —gritó, confundido por su exaltación—. Yo no soy así, no sabía qué puedo ser así. —Apretó las cobijas desesperado, queriendo liberar los malos sentimientos que guardaba—. No quiero que haya alguien más que yo, solo tiene que verme a mí, darme dulces a mi, no a Sohyun. ¿Por qué debo compartir a mi alfa?

Ups. Sonó más egoísta en voz alta que en su propia mente. Ah, joven e inexperto Jeon Jungkook, omega del corazón de Kim Taehyung, eres un torpe de amores.

El padre intentó seguir apacible, a pesar de la revelación, se resignó a dejar que el curso de la vida siguiera.

—Habla con Kim.

Jungkook se negó ¿Cómo podría? Hizo algo que puso su integridad en peligro, también hizo que Taehyung consumiera medicamento en exceso, Diosa Luna, él se equivocó por unos celos desmedidos.

—Él no entenderá.

—¿Crees que no lo hará? —cuestionó, sintiendo lástima por el alfa joven—. Taehyung soportó tus citas con otra alfa, vió como vino a pedir mi permiso para que fueras su pareja. ¿Crees que no sabe que es estar celoso?

El omeguita calló.

—Pídele perdón, porque aunque él entiende tus sentimientos, Kim jamás te puso en peligro.

¿Peligro?

—Papá, no crees que estás exagerando.

—Kim tomó exceso de supresores. Tú mejor que nadie sabe los efectos secundarios, te he contado de personas que sufren paros respiratorios, taquicardias o en extremos, hay casos mortales.

Oh. El omega del corazón de Kim Taehyung sintió sus ojos pesados y de repente sintió un poco de agua en su mejilla. Estaba llorando.

—Kim solo tiene somnolencia excesiva, pero antes de cometer imprudencias piensa en las posibles consecuencias a las personas que quieres.

El señor Jeon se levantó de la cama, y, pese que su corazón dolía al ver a su hijo llorar, no podía cubrir los errores, no cuando sabe que debe aprender.

—Piensa en lo que te dije.

Omega cordis mei Donde viven las historias. Descúbrelo ahora