Nadie podía creer la lealtad que le tenían los dragones a la última hija de Baelon, la hija de Saera, la niña bastarda era impresionante hasta para los que no la conocían y su belleza no tenía igual, su padre solo pudo estar con ella 5 años antes de...
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La llegada de Rheaenerys a su reino trajo alegría en su pueblo, la llegada de nuevas personas en el lugar que fueron bien recibidas y la fiesta para el pueblo en Essos puso a todos de humor.
Los recién casados pasaban demasiado tiempo en su cuarto de bodas, por lo que la mujer prefería no molestarlos, aunque su esposo no pensaba lo mismo.
Daemon se la pasaba hablando a su hija mayor para salir a todos los lugares posibles, y es que aunque su hija fuera esposa de su hijo Rhenaryos eso no le quitaba lo celoso.
- ¿A donde vas? - le preguntó su esposa al notar que se levantaba de la cama.
- Quiero hacer una visita a los establos y...
- Amor - ella se levantó completamente desnuda mientras el hombre tragaba saliva al notarla - Deja a nuestros hijos en paz.
El hombre tiró la bota a un lado de la habitación mientras se dejaba caer en la cama.
- Tendremos un día ocupado hoy por si eso te preocupa - levantó la vista para verla ponerse ropa - Mañana será la boda de Nyra y mi hermano.
- ¿Laenor donde está? - la chica le sonrió a su esposo mientras la veía arreglar su cabello en el mueble.
- Conociendo a mi sobrino, debe de estar entrenando con tus hijos y mi hermano - termino de arreglarse para caminar hasta donde el se encontraba - Nos vemos en la tarde amor mío.
Beso sus labios rápidamente para salir mientras el hombre se dejaba caer en la cama de nuevo.
Sus amigas la esperaban afuera del castillo, niños y niñas corriendo por todos lados mientras la mujer caminaba con la vista en todos lados buscando a alguien en especial.
- Mí querida sobrina - tomo a Helaena con ella para caminar hacia adentro del castillo - ¿Nos acompañarás hoy a un paseo de mujeres?
- ¿Es una orden? - la pregunta volvió a tensar a la adulta de cabello blanco, desde que la chica llegó era lo único que preguntaba.
- Mí pequeña - se acercó a ella parando a mitad del pasillo - Ayer y los días anteriores Nyra y yo hablamos contigo.
La pequeña bajo la cabeza algo apenada de lo que había preguntado.
- Puedes hacer lo que desees mientras no sea mandar un cuervo para decir donde estas - los ojos de la pequeña gritaron que eso era lo último que haría - Eres ahora una de mis hijas, hay reglas aquí pero ellas pueden hacer con su vida lo que deseen.
- ¿Como casarse con quien deseen? - la mujer sonrió para abrazarla, la niña era diferente, y los Hightower nunca recibieron bien lo diferente.
- Como eso pequeña - le dio un beso en la frente, para luego observarla - ¿Entonces irás con nosotras?
- Si - escucharon unos gritos fuera, seguido de los rugidos de los dragones.
La mujer no espero para salir corriendo hasta la entrada para encontrarse con las sombras de un dragón en los aires.
