Nadie podía creer la lealtad que le tenían los dragones a la última hija de Baelon, la hija de Saera, la niña bastarda era impresionante hasta para los que no la conocían y su belleza no tenía igual, su padre solo pudo estar con ella 5 años antes de...
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El barco tenía mareada a la Reina de Essos mientras se sostenía del brazo de su hermano, los barcos nunca tuvieron ese efecto en ella y ciertamente fue extraño para ella, su prometido la acompañaba con un malestar algo similar.
- No te ves bien - Rheaenerys miró a sus hijos correr y jugar por ahí mirando a su prometido y el padre de su hija mayor.
- Tú no te ves tan bien querido Kilar - ambos se sonrieron, Kilar había aceptado casarse para poder estar con su hija y vivir lejos de su familia hasta morir, no le quedaba mucho según los Maestres - Deben haber sido los postres de la noche.
- Si o tal vez las múltiples fresas, el pastel de calabaza, los mariscos, la carne roja o el pescado que comiste - todos alrededor de ellos rieron.
- Basta - la mujer fijó la vista a su padre el cual no se veía mejor que ella, recordó la pelea por sus hijos.
Tarde en la que Daemon tuvo que irse.
- No puedo creerlo de tí, te has dejado mansillar por un incompetente y traidor!
- ¡No hables así de él! - llevaban mucho tiempo discutiendo.
- Y ahora tu hermano se atreve a tocar a mi hija.
- Ellos no hicieron nada, les creo.
- Pues tal vez debería creer en las palabras de Otto ya que resulta que tienes dos hijos de él, no solo uno!
- ¡Son míos igual! - la respiración de ambos los delataba de lo enojados que estaban - Pero nadie les puede decir Bastardos porque ellos no lo serán jamás.
- Está casado.
- Con alguien a quien tú le impusiste para poder tomar el trono.
Actualidad.
- También el mar no ayuda, me temo que parece estar molesto - el barco se movió demasiado brusco haciendo que Rheaenerys se sostuviera de su futuro esposo - Tranquila, no te dejaré caer.
- ¿De que tanto hablarán esos dos? - los celos de su hermano se hicieron presentes haciéndola reír.
La llegada a Driftmark los tomó con un cuervo de las tierras de Arryn, la esposa de Daemon estaba muerta y Nherida debía viajar para ver a su familia.
- No te ves bien, ¿Son malas noticias? - el Rey preguntó a su hija la cual tenía la vista fija en el papel.
- No, solo noticias inesperadas padre.
El camino era un completo silencio, los niños iban en otro carruaje con sus guardias y damas por lo que no se preocupaba mucho.
Las puertas del enorme castillo fueron abiertas y no hubo nadie que los recibiera por lo que Rheaenerys se enojó, su sobrino Laenor se encontraba ahí, sabía de sus gustos y le informó a su hermana de todo.