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- No dejaré que vayas tú sola y me dejes aquí como si no sirviera para esto! - los gritos alertaron a Nheron que se encontraba fuera de la alcoba de los esposos

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- No dejaré que vayas tú sola y me dejes aquí como si no sirviera para esto! - los gritos alertaron a Nheron que se encontraba fuera de la alcoba de los esposos.

- No lo hago porque no sirvas entiende!

- No soy una esposa bonita que dejas en casa cuidando a los niños - Daemon peleaba con su esposa.

- ¿Y yo sí? - Therdarys miró a su tía Lorien esperando que supiera algo pero ella negó - No me quedaré, esta guerra no es tuya es mía!

- Es nuestra desde que nos casamos - Rheaenerys estaba molesta, pero Daemon más, su esposa le había dicho que no iría con ella a Braavos ya que prefería que cuidara a sus hijos - No dejaré que vayas sola.

- Estaré más tranquila si te quedas aquí, entiéndelo - la mujer perdía la poca paciencia que tenía - No quiero que a nuestros hijos les pase algo y siendo el padre sé que no dejaras que nada les pase.

- Rheaenerys escúchame por los siete - la mano de su esposo paró en su cara haciendo que lo mirara - No puedo dejarte ir sola, no quiero perderte.

Sus ojos se encontraron mientras la mujer sentía su corazón vibrar de ternura.

- No lo harás amor mío - sus ojos lilas empezaron a querer quebrarse - Te hice una promesa de que seguiría de pie a tu lado y eso haré.

- Siempre amor mío.

- Siempre amor mío - descansó su frente en la de él mientras la pelea terminaba.

- Mi Reina todo está listo - la voz de Nheron la hizo mirar la puerta y volver la mirada a su esposo.

- Voy en un momento - se acercó a Daemon y le dió un beso corto sin dejar que se alargara - Es un beso de nos vemos después, no me despido.

- Eso espero o te prometo que te iré a buscar a dónde sea que los dragones vayan al morir - la sonrisa de su esposa lo hizo caminar a la salida junto a ella - Debo admitir que esa armadura en tí me pone muy caliente - susurró en su oído poniéndola tan roja.

- Podría dejar que me lo quites cuando regrese - su sonrisa coqueta salió sola.

- Puedes apostar por eso - Silver y Karl hablaban de espaldas a ellos cuando escucharon las puertas.

- Karl, ya sabes que hacer.

- Si mi Reina, nada de mujeres en el castillo o salidas a las casas de placer, matar a Caraxes y eso sucede y llevar a los niños a dónde solo sé yo - su esposo abrió los sin saber si se sentía ofendido o con mucho miedo.

- Bien, Therdarys ayuda a tu padre con tus hermanos, apartir de ahora eres mi mano derecha hija mía - su mano fue a la mejilla de su hermosa hija - Estoy orgullosa de tí.

- Gracias mamá, prometo que todo estará bien - su hija se dejó besar la gente por su madre.

- Mis mellizos, espero que ninguno haga un desastre hasta que vuelva, cuiden a las trillizas y asegurense de darle de comer a los dragones - Rhaeradys río.

𝐓𝐡𝐞 𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝 𝐎𝐟  𝐓𝐡𝐞 𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧 / ᵈᵃᵐᵒⁿ ᵗᵃʳᵍᵃʳʸᵉⁿ🐉 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora