Nadie podía creer la lealtad que le tenían los dragones a la última hija de Baelon, la hija de Saera, la niña bastarda era impresionante hasta para los que no la conocían y su belleza no tenía igual, su padre solo pudo estar con ella 5 años antes de...
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La última cabeza fue colgada afuera de los muros en YIA, había sido más fácil con los dothraki tomar las demás ciudades.
Como el puerto de IBBEN, donde los dejaron entrar sin lucha, Kayakayanaya fue igual, en todos mataron a los líderes y siguieron avanzando, en Samyriana y Bayasabhad fue más difícil y hubieron algunas muertes inesperadas pero nada que aquel enorme y peligroso ejército no pudiera detener.
QARTH y Faros junto YIA se habían unido para hacer una fortaleza en las fronteras pero había sido imposible detener el ejército que vestía de negro, con dos enormes sombras sobre ellos que traían consigo fuego y muerte.
Rheaenerys caminó hasta la entrada mientras la bandera de la casa Targaryen era extendida en los muros, el negro y el rojo realzado.
- No veo las horas de irnos a casa y besar a Lorien - la peli blanca sonrió, pero bajó lacabeza con triste que su amigo no dejó pasar - ¿No te ha contestado?
- No, no lo ha hecho y no pienso rogar una respuesta - su discusión con Daemon había parecido nada al principio pero ahora le asustaba.
- Ambos se comportan como niños, creo que Therdarys y los niños serían más maduros que ustedes - soltó un suspiro tomando de los hombros a su amiga, cubiertos de sangre y tierra se miraron - Es tu esposo y la persona que tú escogiste para tener junto a ti en todo este camino, eres lista y sé que se aman así que arréglenlo, es estúpido esto llevan 7 lunas sin hablar y si él no pone de su parte dime y le rompo la cara.
- ¿A quien debemos golpear? - Silver pasó su mano por la espada quitando la sangre con sus dedos - ¿Esto es todo?
- Así es, ahora debemos ir a casa de nuevo y beber vino hasta que no sepamos ni cómo caminar o hablar - los tres se rieron mientras se encaminaban de nuevo hacia la salida.
El ejército había tenido la orden específica de permanecer fuera una vez que todo terminara, ya era momento de volver a casa y los Dothraki habían decidió irse con ellos a donde sea que la Reina fuera.
- Es momento de ir a casa Dharko - el comandante de los Dothraki asintió hacia su reina mientras levantaba la espada y todo gritaban por la victoria.
Y así fue, avanzaron mientras Onyx y Strexa volaban sobre ellos, caminaron sin parar ni un poco hasta que llegaron a su destino, el hermoso palacio se veía de lejos, junto a los dragones que volaban sobre él.
De la nada tres dragones comenzaron a acercarse, el color los delató, Therdarys, Rhenaryos y Rhaeradys venían sobre ella una vez que se bajaron de sus dragones, corrieron cual niños pequeños hacia su madre con lágrimas en los ojos.
- Mamá - Therdarys cayó sobre la mujer junto a sus hermanos mientras los soldados miraban con una sonrisa el reencuentro - No te vayas más por favor.
La mujer sonrió con lágrimas en los ojos mientras besaba sus cabezas, el rugido extraño del dragón rojo se hizo presente mientras volaba hacia ellos, Onyx rugió junto a Strexa mientras el dragón bajaba.
