Capitulo 9

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No llevaban mucho tiempo de viaje cuando Naruto se percató de que Sasuke se habia quedado dormido. Aun asi, seguia rigido en su asiento y sostenia con fuerza el cuerpecito del bebé, bien sujeto a el.

Fue ese detalle el que le indicó la clase de persona que era su esposo, pues, aun dormido, protegia a la pequeña.

Por su parte, Naruto solo esperaba no haberse equivocado. Sasuke parecia buena persona, y aunque no pudiera enamorarse de el, estaba convencido de que seria agradable vivir a su lado.

Era evidente que era un omega tranquilo, educado e inteligente, pues todos los acontecimientos de la mañana no lo habían alterado.

Estaba convencido de que otros omegas en su lugar se habrian abrumado e incluso habrían acabado llorando o con un ataque de nervios. O por lo menos eso habría esperado de un omega que, por sus modales. peinado y ropas, aunque muy usadas, demostraba que era de buena familia.

Naruto se preguntó cual seria su historia para haber acabado con un marido al que no conocía y en un lugar completamente extraño.

De todas formas, no importaba lo que le contara, pues estaba convencido de que lo mejor para ambos era un matrimonio de conveniencia. El problema era cómo planteárselo antes de que llegara la noche de bodas para que no sufriera la desilusión de no ver aparecer al novio en su alcoba.

Naruto suspiro y se percató de que el tiempo se le acababa a cada segundo que pasaba, y maldita la gracia que le hacia tener que afrontar esa conversación.

"¿Cómo es que siempre acabas metido en problemas, Naruto Uzumaki?". se dijo a si mismo mientras contemplaba el rancho a lo lejos y su omega se removía en el asiento.

Diez minutos después, sí que estaba metido en problemas.

Habia parado el carro frente a la entrada de la casa, pero su esposo aún seguia dormido, al igual que Sarada.

Había intentado despertarlos carraspeando con fuerza, pero a aparte de hacerse daño en la garganta, lo único que habia conseguido era que esta le doliera.

Luego se habia girado en el asiento como si estuviera buscando algo, llegando incluso a rozar la pierna de Sasuke con la mano. Pero aparte de ponerse colorado como un tomate, tampoco había logrado nada.

Cada vez estaba más desesperado y no se le ocurría qué hacer para que el omega se despertara de forma casual y no se sintiera avergonzado por haberse quedado dormido.

Pero al ver que los peones lo miraban y Gaara se le acercaba con el ceño fruncido, Naruto supo que el tiempo se le agotaba.

De pronto, se le ocurrió la idea absurda de que tal vez estaba fingiendo, pues no era posible que alguien tuviera el sueño tan profundo.

Naruto lo miró fijamente con curiosidad. Sasuke tenia la cabeza ladeada hacia él, por lo que le resultó fácil observarlo con detenimiento.

Al estar tan cerca, pudo apreciar la blancura de su piel y un lunar muy pequeño debajo de su oreja. Aunque, para ser sincero, Naruto no estaba seguro de si era un lunar o una pequeña mancha, por lo que la estudió con más atención.

Y entonces, todo pasó de repente.

Naruto se percató que su esposo había dejado de respirar. Cuando él alzó la vista, vio unos preciosos ojos negros que lo miraban. Acto seguido, se apartó, en el mismo instante en que el omega daba un respingo, sin duda, asustado al no esperar encontrarse con una cara tan cerca de la suya.

Naruto se sentia un poco confundido ante su propia reacción. Los ojos de Sasuke lo habían impresionado, pero era una tonteria, puesto que ya habia mirado el rostro de su esposo en más de una ocasión y no habia sentido nada parecido.

Mi esposo inesperado (Narusasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora