Capitulo 17

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Los dos dias siguientes fueron un infierno..

Sasuke exigió estar informado de forma constante de todo lo que ocurría, y Naruto trató de mantenerlo en la casa por su seguridad. Mientras, las horas pasaron sin que pudieran encontrar una pista o huella que delatara el escondrijo del indio o de Kabuto.

Naruto sospechaba que algo iba mal, pero no lograba deducir qué podía ser. De lo único de lo que estaba seguro era que no permitiría que Sasuke fuera al encuentro de ese hombre, por mucho que el omega se lo pidiera.

Hacia poco que Naruto se habia dado cuenta de lo mucho que le importaba Sasuke y de cómo había cambiado su vida.

Aún no queria reconocer que sus sentimientos por el omega eran más profundos de lo que asumía, y tampoco que no soportaba la idea de perderlo. Preferia creer que se preocupaba por el como un buen esposo, у no porque su corazón asi se lo exigiera.

Por su parte, Sasuke estaba convencido de que lucharía con todas sus fuerzas por su nueva familia. Había rezado por un hogar, un marido y un hijo durante años, y ahora que Dios los había puesto en su camino, no estaba dispuesto a perderlos.

El omega sabia muy bien que ese indio podria matar a Naruto si él acudia en su lugar, y no iba a permitir que eso sucediera. Esa certeza era lo único que impedía que sus remordimientos por mentirle lo carcomieran. Lamentaba el engaño de no revelarle el sitio de reunión en el barranco, pero esa era la única ventaja que tenia para poder escabullirse esa noche y llegar al sitio señalado.

Por eso, antes de dormirse habia preparado todo para salir a hurtadillas y poder llegar a su cita al amanecer. Había conseguido ropa de muchacho y asi pasar por un peón del rancho y no llamar tanto la atención. También habia dejado una silla de montar escondida entre unos arbustos, cerca de donde los caballos pastaban.

Lo tenia todo planeado, excepto un detalle. Tenia que hacerle creer a Naruto que estaba enfadado con él y que no queria verlo en toda la noche. Algo que no le resultaría dificil, pues llevaba dos días siendo más su carcelero que su marido.

-¿No vas a dirigirme la palabra?- le preguntó Naruto una vez que estuvieron sentados a la mesa para cenar.

-Te recuerdo que me dijiste que no teníamos nada más que decirnos. -le contestó el omega, sintiéndose mal cuando vio la cara de tristeza de su marido.

-Lo hago por tu bien.-

Sasuke dejó de comer al no poder tragar nada. Quería decirle que lo comprendía y que el también lo estaba engañando por el mismo motivo, pero tuvo que mantenerse en silencio, aunque le doliera.

Naruto sentia un nudo en la garganta. Queria confesarle que estaba aterrado por la posibilidad de perderlo, como había perdido años atrás a Boruto. Sin saber cómo, su corazón tomó el control y comenzó a hablar.

-No soporto la idea de perderte.- El silencio cubrió la estancia. -Hace años perdi a mi esposa y a mi hijo en un accidente. Me he sentido culpable por no haber estado a su lado cuando eso ocurrió o por no haberlo impedido. Ahora siento que todo vuelve a empezar de nuevo y no quiero cometer el mismo error.-

-Naruto. -Sasuke notó una fuerte opresión en su pecho. -Siento que perdieras a tu familia y que te sintieras culpable por sus muertes. Pero los accidentes suceden, y no puedes hacer nada para evitarlos.-

-Puedo impedir que salgas de esta casa mañana.-

Sasuke negó con la cabeza. Sabia que le resultaría imposible convencerlo, y además tenia que conseguir que se enfadara. Aunque le dolia tener que hacerlo cuando se estaba abriendo ante el.

-Y si no voy y el indio le hace daño a Sarada, ¿podrás vivir también con esa culpa?-

Naruto se mordió la lengua. Sabía que Sasuke tenía razón, pero no dejaria que el omega también se pusiera en peligro.

-Que tú vayas al encuentro no significa que Sarada vaya a quedar a salvo. Es más, estarías a solas con ese hombre y así os tendría a los dos en sus manos.-

Los ojos de Sasuke se agrandaron.

-No tiene por qué ser asi.-

-Nada nos garantiza que él te entregue a Sarada sin más.-

Sasuke sabia que Naruto estaba en lo cierto, pero no podia dejarlo. ocuparse de esto. No si queria poder mirarse al espejo cada mañana. Por ello, decidió poner fin a esta conversación y asegurarse de que se enfadara con el.

-Sé qué haces todo esto por tu anterior familia, Los remordimientos te impiden pensar con claridad y te aferras a impedir que yo vaya por miedo a perderme. ¿Pero qué pasa con Sarada? Sé que ella no es tu hija, pero no podemos darle la espalda.-

Sus palabras fueron cuchillos afilados en su corazón. Naruto respiró hondo con esfuerzo. Se le había formado un nudo en el estómago mientras se preguntaba por qué Sasuke pensaría asi. El omega no tenia derecho a juzgarlo o hablar de sentimientos cuando los desconocía.

-No digo que le demos la espalda- le respondió. -Y además, tú no sabes lo que siento por esa niña, como tampoco sabes lo que siento por ti.-

Sasuke se quedó boquiabierto tras escucharlo. Se encontró lamentando su tono, pero sobre todo, sus duras palabras. Pero era demasiado tarde para retractarse. Ya no podia hacerlo si queria que todo saliera como lo tenía pensado. Y por el brillo en los ojos de Naruto, sabia que habia conseguido que él se enojara.

-Si me disculpas, voy a ir a acostarme. Mañana va a ser un día muy duro- le dijo el omega.

Naruto tragó saliva mientras miraba a Sasuke, y un profundo suspiro escapó de sus labios. Asintió notando que todo se le escapaba de entre las manos. Entendía el enfado de Sasuke y que pensara que él la había. defraudado. Durante esos dos dias, no habia encontrado nada que le dijera donde tendrían que reunirse y, conforme las horas iban pasando, más se desesperaba.

- Sasuke-lo llamó y le detuvo cogiéndolo de la mano cuando pasó por su lado.

Pero él no supo qué decirle, y su nombre acabó convirtiéndose en silencio.

Sasuke, conmovido, le apretó la mano, pero sin atreverse a mirarlo. Le hubiera gustado pedirle que se acurrucara esa noche junto a el, pues estaba asustado y lo necesitaba, pero no lo hizo.

Con toda seguridad, esa noche seria la más oscura de su vida, y lamentaba no poder compartirla con él.

Sin más, Sasuke se alejó de la única persona que podia darle consuelo y se dirigió a su cuarto. Tenía un plan que seguir y debía empezar a ejecutarlo cuanto antes.

Naruto se quedó a solas por unos segundos. El amargo sabor del arrepentimiento llegó a su pecho, pero no sabia qué hacer. Sasuke queria estar solo esa noche y lo comprendía, pero no podia evitar pensar que sus palabras y su negativa a que fuera al barranco le habían herido.

Cuando no soportó más estar entre cuatro paredes y la opresión de la soledad se hizo asfixiante, cogió su sombrero y salió afuera. Esa noche no podria estar cerca de la casa, pues estaba convencido que acabaria yendo al cuarto de Sasuke para estrecharlo entre sus brazos.

Mi esposo inesperado (Narusasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora