La noche ya había caido cuando el sheriff Kakashi Hatake llegó a Rosebud.
Cansado de su larga caminata, notaba como le dolian todos los huesos de su cuerpo. Por milésima vez, pensó que ya era demasiado viejo para ese trabajo y que pronto debería retirarse y cederle el puesto a su joven ayudante Sai
El problema era que Sai no era muy listo y se le podía engañar con facilidad. Unas cualidades que nadie apreciaria en un sheriff de una tranquila y próspera ciudad de Montana.
Dejó escapar un suspiro y se dijo que por el momento se conformaba con llegar hasta su oficina, y una vez se asegurara de que todo estaba en orden, se iría a su casa, se comeria un buen bistec y dormiria durante horas.
Con esa decisión tomada, entró por la calle principal sin que se cruzara con muchos transeúntes. Algo que no le extrañó al tratarse de un día laborable y de que ya era una hora avanzada de la noche.
Saludó a algunos de ellos colocando su mano sobre el ala de su sombrero y aceleró el paso de su caballo para llegar cuanto antes a su destino.
-Sheriff, me alegro de que haya regresado.- La voz de Shikamaru hizo que detuviera su montura e hiciera una mueca. Estaba deseando llegar, y mucho se temia que este encuentro lo retrasase.
-Yo también me alegro de estar de vuelta.
-¿Trae noticias?
Kakashi se subió el ala del sombrero y se quedó mirando muy serio a Shikamaru.
-Traigo muchas cosas, muchacho, entre ellas, unas ganas enormes de sentarme tranquilo a tomar un café.
Shikamaru bajó la cabeza con un gesto de pesadumbre.
Kakashi lo conocía desde que nació, y verlo ahí parado ante él, le recordó las veces que lo había regañado por hacer una travesura junto a su amigo Naruto.
-¿Por qué no me dejas descansar una hora y luego vienes a la oficina para ponerte al dia?
La cara de Shikamaru volvió a alzarse y sonrió a Kakashi, agradecido.
-Me parece bien. Iré a mi casa a decirle a mi esposa que regresaré tarde y luego iré a por Naruto. Seguro que él también querrá escuchar lo que haya averiguado.-
-Claro. Y trae si quieres a medio maldito pueblo- dijo en voz baja Al fin y al cabo, para qué querría descansar.
Sin añadir nada más, kakashi continuó su camino mientras Shikamaru aceleraba su paso para llegar cuanto antes a su casa.
Una vez frente a su oficina, Kakashi agradeció que la luz estuviera encendida. De esa manera, solo tendría que preguntarle a Sai si había sucedido algo interesante durante su ausencia, asi como informarle de que no habia tenido suerte en encontrar al matrimonio que supuestamente eran los padres de la niña abandonada. Sobre todo, por si al enterarse de su Ilegada, Naruto se presentaba alli en busca de noticias.
La verdad es que se extrañó que las pesquisas no dieran sus frutos, ya que había sido el mismo pastor quien lo puso tras la pista. Se dijo que cuando al dia siguiente se despertara, su primera tarea seria visitarlo y preguntarle más ampliamente por la persona que le habia dado esa información.
Su instinto le decía que había algo que no le gustaba en todo este asunto, aunque no lograba entender por qué alguien habria de mentirle sobre los padres de esa niña.
Pero se sentia demasiado cansado para pensar con claridad, por lo que ató su caballo al poste como hacia cada dia, y se dirigió hacia la puerta de la oficina.
Cuando giró el pomo y la encontró cerrada, frunció el ceño, extrañado.
¿Por qué Sai echaría la llave y dejaria la luz encendida?», se preguntó.
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Mi esposo inesperado (Narusasu)
RomanceSasuke, un omega que necesita escapar de su opresiva madrastra. Desesperado, contesta al anuncio de un ranchero que busca esposo, sin saber que él no lo ha publicado. Ilusionado abandona todo y se marcha en busca de un marido y una nueva vida. Narut...