Capitulo 15

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Ya era noche cerrada cuando por fin la casa se quedó a oscuras y en silencio.

Durante horas, peones y vecinos no habian dejado de llegar para interesarse por la desaparición de Sarada o para traer información, pero no hubo nada que pudiera aclarar dónde podía estar la niña.

Cuando Sasuke comenzó a mostrar signos de cansancio, se insistió en que se acostara, pero se negó a hacerlo hasta que el sueño lo venció y acabó profundamente dormido sentado en una silla de la cocina.

Sabiendo que en la oscuridad no se podia hacer nada, Naruto mandó a todo el mundo de vuelta a casa y llevó a su esposo en brazos a su cuarto. Lo sostuvo con cuidado para no despertarlo mientras subía las escaleras despacio.

Se sentia exhausto y frustrado al no saber que más hacer. Tenía la sensación de que habia vuelto a fallar a su familia, primero al no haber podido impedir la muerte de su esposa e hijo, y ahora, por la desaparición de Sarada.

Tenía que haber hecho más. Debería haberse quedado con ellos, pero había insistido en mantenerse alejado de Sasuke para asegurarse de no volver a sentir. Y por ello, en recompensa, guardaba un dolor en su pecho que lo estaba destrozando y que le recordaba que no se le puede poner barreras al amor.

Porque si de algo estaba seguro que al mirar a su esposo dormido, era que sentia algo por el omega.

Una vez en el cuarto de Sasuke, lo dejó sobre la cama y acarició su rostro. Debía admitir que le parecía muy bonito, con su hermoso cabello negro y rebelde que se negaba a permanecer peinado.

Con cuidado, se sentó a su lado y se le quedó mirando pensativo.

El no tenia la culpa de haber aceptado la proposición de un hombre que ni siquiera sabia que existia, ni de haber tenido que casarse con un extraño que se negaba a dejarla entrar en su corazón, al creerlo roto por la pena.

El omega no tenía la culpa de que fuera un tonto y de que se negara a admitir lo que el pecho le decia cada vez que le veía.

-He sido un estúpido- dijo rompiendo asi el silencio -Ojalá pudiera retroceder en el tiempo y darte la bienvenida que te mereces.-

-Naruto- balbuceó el pequeño omega, adormilado.

-Shhhh... duérmete- susurró él para que volviera a dormirse.

Cuando Naruto se disponía a levantarse de la cama para marcharse y dejarlo descansar, Sasuke lo sorprendió al abrir los ojos y cogerlo de la mano.

-No te vayas-le pidió con palabras cargadas de súplica.

-Debo dejarte para que descanses-respondió Naruto, pero al intentar de nuevo levantarse, el omega volvió a insistir.

-Por favor, no me dejes.-

Aunque en la habitación solo se veia gracias a la escasa luz de la luna, Naruto advirtió en los ojos de Sasuke su angustia al no querer sentirse solo. Era más que evidente que buscaba el consuelo de sus brazos y seria un bastardo egoista si no se lo daba.

No cuando se había portado tan mal con el pequeño omega y le había negado tantas cosas hasta ese momento. Ahora, sin embargo, podía redimirse, mostrando a su esposo el cariño y el consuelo que merecía. Al fin y al cabo, solo le estaba pidiendo que no lo dejara solo, y podia perfectamente dormir esa noche a su lado.

-Está bien. No me iré-

Sabiendo que no lo abandonaría, Sasuke volvió a cerrar los ojos y dejó escapar la mano para que él pudiera levantarse y prepararse para ir a dormir. Pero antes, y lamentando despertarlo, Naruto lo sentó en la cama y le quitó sus ropas, protegiendo su vergüenza al dejarle puesta la ropa interior.

Mi esposo inesperado (Narusasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora