Capitulo 11

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Un mes después

Habían transcurrido treinta días desde su boda con Sasuke, y aún no se había atrevido a tener esa conversación con su esposo.

Cada vez que lo intentaba, el pequeño omega lo miraba con tanto afecto y admiración, que se le hacia dificil comunicarle su decisión de mantener su matrimonio en un ámbito meramente platónico.

Lo único que fue capaz de hacer fue mantenerse a distancia, aunque a Sasuke no parecía importarle, pues siempre lo recibía con una sonrisa en su rostro.

Naruto sabia que era algo infantil tener que esconderse de su esposo en su propia casa, pero por el momento era lo único que se le ocurría. No queria que pensara que el omega no era suficiente para él o que creyera que no le resultaba atractivo. Era más que evidente que su aspecto fisico era algo que le incomodaba, aunque él no podia imaginar cómo habia llegado a esa conclusión, ya que era muy bonito.

De hecho, demasiado bonito para su gusto.

Suspirando, Naruto contempló a Sasuke, que se le acercaba. Esa mañana había optado por trabajar en el cercado de caballos, y al parecer, su esposo no tuvo ningún problema para encontrarle.

-Por ahí viene tu lindo esposo- le dijo Gaara, consiguiendo que los otros dos hombres que estaban con él alzaran la cabeza y contemplaran al pequeño omega que se dirigía hacía ellos.

Naruto sabia que por ese lugar escaseaban los omegas, pero no le parecía bien que se comieran con los ojos al omega. Normalmente, Sasuke no se acercaba al lugar de trabajo de él, y cuando lo hacía, era solo para verlo. Pero eso no impedía que a Naruto no le gustara la forma en que sus trabajadores dejaban de atender su trabajo para mirar al omega.

No es que estuviera celoso, ni mucho menos, pero deberían estar más pendientes de su tarea que del omega de otro.

-Ya me he dado cuenta. Es dificil no hacerlo cuando todos dejan de trabajar para quedarse embobados como tontos.-

De inmediato, los dos hombres apartaron la mirada de Sasuke y continuaron con su trabajo, mientras Naruto creyó ver un atisbo de sonrisa en la comisura de los labios de Gaara.

-Hola.-La voz de Sasuke hizo que algo en él se estremeciera. -He dejado a Sarada durmiendo con la señora Chiyo y se me ha ocurrido venir para ver qué estabas haciendo.-

Naruto sabía que Sasuke confiaba plenamente en Chiyo, pues desde que le presentó a la beta, ambos se habían hecho buenos amigos.

A Sasuke no pareció importarle que fuera treinta años mayor que el y que fuera una mujer entrada en carnes, pues nunca mostró desacuerdo o se quejó de el. Más bien al contrario, ya que Sasuke les había dicho a todos lo contento que estaba por tenerlo y la gran ayuda que representaba.

Esa era otra de las cosas que a Naruto le gustaba de el. Era como si viera el mundo con otros ojos y se asombrara de las pequeñas cosas con tanta intensidad como de las grandes. Para el omega parecía que todo era nuevo, y poder contar con ayuda lo consideraba un lujo que siempre agradecería.

-Estamos haciendo el recuento de los caballos y comprobando su estado fisico- le explicó Naruto.

-Parece muy interesante-contestó Sasuke, mientras se acercaba a la vaya donde albergaban a los animales y se apoyaba en ella.

-Es más bien monotono-dijo Naruto con algo de rudeza en su voz.

Pero Sasuke no pareció darse cuenta, ya que no borró la sonrisa de su rostro. Para el, Naruto estaba espléndido con sus ropas de trabajo y sudoroso. Un hombre rudo que era todo suyo, aunque todavía no había llegado el momento de intimar. Pero eso llegaría cuando se acomodara en el rancho y Sarada pudiera dormir sola. O por lo menos eso creia el.

Mi esposo inesperado (Narusasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora