Cap 2 -Fiesta-

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No podía hacer esto.
Cassie y Jk vivían en un condominio. El lugar era muy extenso, ocupando la mitad de la última planta de un edificio Debe haber sido surrealista para Cassie pasar de nuestro diminuto edificio, con corrientes de aire, de pared delgada a este tipo de esplendor.
Felizmente, Cassie parecía encantada de verme. Un momento potencialmente
incómodo anulado. El esposo de Cass, la estrella del kpop, alzó la barbilla en señal de saludo mientras hice lo posible por no mirarlo fijamente. Moría por pedirle que me firmara algo. Mi frente serviría.
Ca: Sírvete algo de la cocina. Hay un montón de bebidas y las pizzas deben estar aquí pronto.
Tn: Gracias.
Jk:¿Vives al lado Tori y Dan
Preguntó Jungkook, hablando por
primera vez. Dios mío, su pelo oscuro y cara esculpida eran impresionantes. La
gente no debería ser tan codiciosa; ¿No era suficiente que fuera increíblemente
talentoso?
Tn: Si, Solía ser vecina de Cassie y soy cliente habitual en el café donde trabaja
Ca: Todas las mañanas sin falta, una dosis doble de latte desnatado con un poco de caramelo sale enseguida.
Jungkook asintió y pareció relajarse. Pasó un brazo por la cintura de su esposa y ella le sonrió. El amor le sentaba bien. Esperaba que duraran.
Había amado, realmente amado a cuatro personas en toda mi vida. No todos fueron amor romántico, por supuesto. Pero les confié mi corazón a todos ellos. Tres me fallaron. Así que pensé que existía una posibilidad de un veinticinco
por ciento de éxito.
Tomé una cerveza de la cocina y me enfrenté a la gran sala de estar con renovada determinación. Totalmente
podría hacer esto. La socialización y yo estábamos a punto de ser mejores amigas.
Una docena de parejas se encontraban esparcidas por el lugar. Vi algunas caras entre la multitud que reconocí; la mayoría pertenecían a gente a la que nunca me atrevería a aproximarme. Tomé un sorbo de cerveza para humedecer mi garganta reseca. El ser la única sin pareja en una fiesta es una especie única de tortura. Teniendo en cuenta los acontecimientos de hoy,
me faltaba el coraje de iniciar una conversación. Con mi talento para escoger en quien confiar, probablemente le preguntaría al único asesino en serie de la habitación por su autógrafo.
Tori gesticuló para que me uniera a su derecha cuando mi celular
empezó a vibrar en el bolsillo trasero de mis pantalones. Mi nalga vibró,
estremeciéndome. Hice señas a Tori y saqué mi celular, caminando rápidamente hacia el balcón para escapar del ruido y la charla. El nombre de Matt apareció en la pantalla mientras cerraba las puertas del balcón.
Tn: Hola
M:Mi cita me canceló.
Tn:Es una lástima.
M: ¿Qué estás haciendo?
Tn: Estoy en una fiesta. Vas a tener que entretenerte tú solo. Lo siento.
M:¿Una fiesta? ¿Qué fiesta?
Tn: Una a la que no fui exactamente invitada, así que no puedo invitarte.
M: Maldita sea. —Bostezó—.
Tn: Buena idea. Debo ir a ser social.
M: Suenas apagada. ¿Qué pasa? 
Tn: Hablamos mañana en el trabajo
M: Hablemos ahora.
Tn: Más tarde, Reece. Tengo que poner mi cara feliz e ir a enorgullecer a Tori
M: Tn, déjate de tonterías. ¿Qué está pasando?
Tn: Skyler se fue.
M: Bueno. Ya era hora. ¿Te pagó?
Dejé que mi silencio hablara.
M: Jodeeeer. ¿En serio?
Tn: Lo sé.
M: ¿Qué te dije? —gruñó—. No te dije…Tn: Matt no vayas allí. Por favor. En ese momento, pensé que hacía lo correcto. Era una amiga y necesitaba ayuda.
M: Sí, podías. ¡Estaba jodidamente usándote!
Tn: Tenías razón, me equivoqué.
Murmuró una larga serie de improperios mientras esperaba mayormente
paciente.
M:¿Cuánto necesitas?
Tn:¿Qué? No. No voy a aceptar dinero prestado de ti, Conseguir más
deudas no es la respuesta.
M: Sabes, para ser alguien quien siempre está ayudando a los demás, eres una mierda aceptando ayuda para ti misma.
Tn: Ya se me ocurrirá algo.
Tn: Voy a colgar ahora. Aquí tienen cerveza y pizza. Estoy bastante segura que si me esfuerzo lo suficiente puedo encontrar mi lugar feliz.
M: Vas a perder el departamento, ¿no es así?
Tn: Es probable que tenga que mudarme, sí.
M: Quédate conmigo. Puedes usar mi sofá.
Tn: Eso es dulce de tu parte. Pero stoy bastante segura que has hecho cosas
innombrables a muchas, muchas personas en ese sofá. No creo que alguien pueda dormir allí.
M: ¿Crees que esta embrujado por los fantasmas de las folladas pasadas?
Tn: No me sorprendería.
M: Mi asqueroso sofá está allí si lo necesitas, ¿de acuerdo?
Tn: Gracias. De verdad.
M: Llámame si necesitas algo.
Tn: Adios
M: Oye Tn.
Tn: ¿Si?
M: ¿Puedes trabajar el domingo? A Marie se le presentó algo. Le dije que tú la
cubrirías.
Tn: Paso los domingos con mi hermanita,lo sabes. Lo siento.
M: No hay problema. Hablamos luego.
Y me colgó.
Guardé mi celular, tomé otro trago de cerveza, y fijé la mirada afuera en la
ciudad. Oscuras nubes flotaron a través de la luna creciente. El aire parecía más
frío ahora, haciendo que mis huesos dolieran como si fuese una anciana.
Necesitaba beber más. Eso resolvería todo, esta noche por lo menos. Sin embargo mi cerveza estaba casi terminada, pero vacilé en regresar al interior.
Ugh.
Basta de esto.
Una vez que la bebida se terminó, mi solitaria fiesta de autocompasión se
acabó. Renunciaría a rondar en las sombras, sacaría la cabeza de mi trasero y me dirigiría adentro, mientras estaba en ello.
—¿Quieres otra? —preguntó una profunda voz, sobresaltándome. Mi
barbilla se levantó, ojos abiertos ampliamente. Pensé que estaba sola, pero un hombre se sentaba encorvado en la esquina. Cabello negro, largo y hasta los hombros brillaba débilmente, pero el resto de su cuerpo permaneció en la sombra.
Guau.
No. No podía ser él.

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