Cap 20 - Acompáñame a la Gira-

65 8 0
                                    

Sg: He estado pensando.
Me miró, ojos intensos
Sg: Quiero que hagas algo por mí.
Tn: Bueno.
Sg: Necesito que vengas a la gira, al menos por un tiempo. Ver lo que puedes
manejar, ¿de acuerdo?
Mi corazón hinchado, básicamente reventó. Mi interior era oficialmente un
lío.
Tn: ¿Necesitas?
Sg: Sí, necesito.  Cosas están ocurriendo y sé que tienes preguntas, pero necesito que no las hagas ahora mismo. Sólo… te necesito conmigo. Afronto mejor las cosas cuando estás cerca.
Tn: ¿Cosas como el otro motivo por el que me querías cerca, ese que no
admitirías anoche?
La culpa se deslizó por su rostro.
Sg: Sí.
Tn: Vamos a tener que hablar de las cosas en algún momento.
Sg: Sí. Las tuyas y las mías, ambas.
Me congelé debajo de él, sin responder. Pero muy pacientemente esperó a
que salieran. Las palabras se atascaban dentro de mi pecho con el resto del
desbarajuste. Era difícil encontrarlas.
Tn: Tienes razón. Lo sé. Intentaré encontrar una solución sobre la gira.
El trabajo sobreviviría. Matt me lo debía. No le iba a gustar, pero seguro como el infierno que me lo debía. Entre los chicos nuevos mis turnos podrían ser cubiertos.
Sg: Gracias. Y está bien sentir algo. Lo entiendo.
Tn: ¿Entiendes? Qué alivio, porque todavía no sabía si yo lo hacía. Nunca
diría nada remotamente parecido a aquellas palabras.
Sg: Sí. No tienes que seguir barboteando sobre eso.
Tn: No barboteaba.
Sg: Sí lo hacías, pero está bien.
Sus dedos jugaron con mi cabello.
Sg: El momento no es el oportuno para mí, calabacita. No necesito la mierda volviéndose más complicada. Pero como dije anoche, vemos a dónde va esto. ¿Concuerdas?
Sonó como un plan sólido.
Tn: Sí.
Sg: Eres buena para mí. Me aceptas con cualquier humor con el que venga.
No tengo que estar siempre feliz o animado cerca de ti. Te adaptas mejor que nadie a cualquier mierda que digo y doy. No me permites mangonearte si no te conviene y no me has pedido que te compre una maldita cosa.
Arqueé las cejas y dije ohh.
Tn: Dios, soy tan lenta. Ni siquiera se me había ocurrido. ¿Puedo tener un Porsche?
Sg: Por supuesto. ¿De qué color?
Santa mierda, él también lo haría. Aunque fuera para fastidiarme. Tomé una profunda respiración y la dejé salir poco a poco, negué con la cabeza.
Tn: Nunca dudas cuando te pido algo.
Sg: No pides cosas con frecuencia. Imagino que si estás pidiendo, es algo que importa.
Mis ojos no lloraron de nuevo. Tenía alergia o algo, probablemente a los
sentimientos. Y tenías que saber, este hombre, me hacía sentir todas las cosas todas las malditas veces.
Tn: En realidad no necesito un coche deportivo. Pero gracias.
Sg: Hazme saber si cambias de opinión. Sonrió complacido, obviamente sabiendo que su acuerdo total y completo me volvería loca. Hombre astuto.
Sg: Cassie quiere organizar una cena esta noche con mis padres y todos nosotros ¿Estás bien con eso?
Tn: Claro. Son agradables y su lugar es hermoso.
Se quedó callado, analizando mi rostro. Sg: Sí, es agradable. Me alegra que te
guste. Significan mucho para mí.
Tn: Son personas estupendas.
En mi cuarto el despertador tronó a la vida, cantando a gritos algún tema olvidado de los setentas
Tn: Tengo que empezar a moverme.
Sg: ¿Tus piernas aún funcionan? Travesura brilló en sus ojos.
Tn: Creo que sí.
Sg: Llámame hoy. Quiero saber si estás bien lidiando con Matt y todo.
Tn: He estado lidiando con cosas por un largo tiempo. Puedo lidiar con el.
Sg: Oye, estuviste interesada en él por casi dos años. Tengo permitido sentirme un poco vulnerable e inseguro sobre ese imbécil. Deja de intentar atrofiar
mi desarrollo emocional, Tn.
Tn: Pensé que ibas a tratar de ser amable con él. ¿Y atrofiar tu desarrollo emocional? ¿Cómo siquiera se te ocurre eso?
Sg: Con él, no sobre él. Y es un don.
Dado que hacía su presencia conocida
una vez más contra mi cadera, amor y comprensión no era todo lo que él
buscaba
Sg: Tengo otro don para ti.
Tn: No tenemos tiempo para que me entregues tu don. Además, tu buena
amiga, mi vagina, necesita un descanso.
Su boca cayó en los bordes y él se levantó en sus brazos, sentándose de vuelta en el colchón. Se puso de pie y me ofreció una mano.
Sg: Llámame. No estoy intentando meterme con tus límites o algo. Sólo quiero saber que estás bien.
Fácilmente, me puso de pie.
Tn: Bien, te llamaré.
Sg: Gracias.
Tn: ¿Vas a llamarme si las cosas no están bien con respecto a tu cosa?
La pequeña línea apareció entre sus cejas. Ahora quizás apreciaba cuán duro
podía ser dejar entrar a alguien en ciertos lugares. Desvió la mirada, sacudió la barbilla.
Qué par que éramos. Por momentos parecía que necesitaríamos un milagro
para hacer que esto funcionara. Pero mi corazón, habitualmente cauto, ya se había encomendado.
Tn: Gracias.
Coloqué una mano en su pecho
Tn: No tienes que preocuparte por Matt.
Sg: Lo sé, lo sé. Él no es nada comparado a mi magnificencia.
Sus dedos acariciaron los míos y sus ojos se suavizaron
Sg: Pero sólo por curiosidad, ¿cómo te
sientes acerca de tatuar mi nombre en tu frente?

Contrato de Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora