Cap 3 -Min-

153 17 1
                                    

Quienquiera que fuese, tenía que haber oído la mitad de mi conversación
telefónica, que fue más que suficiente para marcarme como una de las grandes
idiotas de nuestro tiempo. Se escuchó el tintineo y siseo de una cerveza siendo
abierta, luego me la ofreció. La luz del interior reflejaba la transpiración de la
botella, haciéndola brillar.
Gracias. Di un paso más cerca, lo suficientemente cerca como para ver
algo de él incluso con la poca iluminación, y tomé la cerveza.
Santa Mierda. Era él, Min Yoongi.
El momento cumbre de mi vida estaba oficialmente sobre mí. Así que, pude
haber tenido una o dos fotos de BTS en la pared de mi habitación cuando era adolescente. Bien, tal vez hubo tres. O doce. Lo que sea. El punto es que había
un póster de todo el grupo.
Cuántas veces después de un día de cuidar a mi madre y a mi hermana,
trabajando duro y haciendo lo bueno, lo responsable, me acostaba en mi cama y
miraba esa foto. Y ahora, aquí estaba.
Nuestros dedos se rozaron en la manera que es inevitable cuando entregas
algo. De ninguna manera pudo haberse perdido el temblor en mi mano.
Afortunadamente, no hizo ningún comentario. Hui de regreso a mi lugar por el borde, recostándome casualmente con la cerveza en la mano. La gente genial se recostaba. Parecían relajados.
Se rió suavemente, haciéndome saber que no engañaba a nadie. Luego se
inclinó hacia delante, apoyando los codos en sus rodillas. Su rostro entró
plenamente en la luz y quedé atrapada, cautivada. Mi mente en blanco.
No tenía duda sobre ello. Real y definitivamente, sin lugar a dudas era él.
—Soy Min Yoongi —dijo.
Tn: Lo-lo sé —tartamudeé.
Su sonrisa se intensificó.
Sg: Sé que lo sabes.
Huh. Mantuve la boca cerrada.
Sg: Parece que alguien tuvo un mal día.
Tn: No.
¿Por qué se encontraba aquí en la oscuridad? Lentamente, se estiró, levantándose de su asiento. Gracias, Señor. Él entraría y yo la libraría. No tendría que tratar de hacer conversación. Por suerte, dado mi repentino ataque de deslumbrada estupidez.
Sólo que no se fue.
En cambio, se acercó a mí, su cuerpo moviéndose con gracia descuidada. Era quizá entre doce o quince centímetros más alto que yo. Lo suficiente como para intimidarme.
Sg: ¿Cuál es tu nombre?
Tn: ¿Mi nombre?
Se puso de pie tan cerca que nuestros codos chocaron. Su codo desnudo, ya
que llevaba unos jeans y una camiseta Valentino, Min Yoongi me tocó. Nunca me bañaría de nuevo.
Sg: Siiii, tu nombre. El punto de decirte mi nombre, aun cuando ya lo sabías, era para que me dijeras el tuyo. Así es como
funcionan estas cosas.
Tn: ¿Sabías que sabía?
Sg: Los ojos locos te delataron un poco.
Tn: Oh.
Un momento después, se quejó.
Sg: No importa, esto está llevando demasiado tiempo. Sólo inventaré uno para ti.
Tn: Soy Tn
Sg: Ves, eso no fue tan
difícil.
Apreté los dientes e intenté sonreír. Lo más probable es que parecía una lunática. Una que pasó demasiado tiempo imaginándolo desnudo. Por Dios, qué vergüenza.
Suavemente, golpeó su botella de cerveza contra la mía.
Sg: Salud Tn. Encantado de conocerte.
Tomé otro sorbo, esperando que calmara el estremecimiento.
Sg:¿Qué te trae aquí esta noche?
Tn: Vine con Dan y Tori. Ellos me trajeron. Son mis vecinos. Viven en la
puerta de al lado.
Asintió.
Sg: ¿Eres amiga de Cassie?
Tn: Sí, bueno… Siempre he sido amable con ella. No quisiera presumir…
Quiero decir, no sé si diría que éramos amigas cercanas, exactamente, pero…
Sg: ¿Sí o no, Tn?
Tn: Sí
Sg: Sí, Cassie es una buena persona. Jungkook fue afortunado de encontrarla.
Tn: Realmente no tenía una mirada loca en mis ojos, ¿o sí?
Sg: Sí, la tenías.
Mierda.
Sg:¿Entonces eres amiga de Tn? Quiero decir, ¿no estás en la industria musical o algo así?
Tn: No. Trabajo en una librería a pocas cuadras de aquí.
Sg: De acuerdo. Así que ¿sobre qué se trataba esa llamada telefónica?
Tn: Nada.
Sg: ¿No?
Se acercó un poco a mi
Sg: ¿Qué le pasó a tu nariz?
Inmediatamente mi mano voló hacia arriba para bloquear su vista de mi
rostro. Era solo un pequeño bulto, pero aún así.
Tn: Mi hermana la rompió cuando
éramos pequeñas.
Sg: No la cubras. Creo que es linda. ¿Por qué la rompió?
Tn: Se enojó un día y me tiró un camión de juguete.
Sg: No cómo. ¿Por qué?
Tn: Ella quería un perrito y soy alérgica a los perros
—¿No pudieron conseguir un gatito en su lugar?
Tn: Quería pero mi madre dijo que no. Mi hermana todavía me culpa.
Sg: Así que nunca tuviste una mascota mientras crecías?
Sacudí mi cabeza.
Sg: Eso es jodidamente terrible. Todo niño debería poder tener una mascota.
Tn: Sí, bueno, es tiempo pasado y me repuse ahora.
Se paró, mirándome con una leve sonrisa. Así de fácil y estaba fascinada
otra vez. Mis labios se curvaron en una especie de vaga idiotamente esperanzada
media sonrisa por su propia voluntad.
Demonios, era hermoso. Mis hormonas largamente inactivas rompieron en
un baile de alegría. Algo definitivamente pasaba en mis pantalones. Algo que no
había pasado en mucho tiempo.
Sg: Ahí van los ojos locos de nuevo
Tn: Mierda.
Sg: Tus mejillas se han puesto todas sonrosadas. ¿Estás teniendo
pensamientos atrevidos sobre mí?
Tn: No.
Sg: Mentirosa. Estás completamente pensando en mí sin pantalones.
Totalmente lo estaba.
Sg: Eso es sencillamente asqueroso, amiga. Una masiva invasión a mi
privacidad.
Se acercó, su respiración calentaba mi oreja
Sg: Lo que sea que estés imaginando, es grande.
Tn: No estoy imaginando nada.
Sg: Hablo en serio. Es básicamente un monstruo. No lo puedo controlar.
Tn: Yoongi....
Sg:Prácticamente vas a necesitar un látigo y una silla para domarlo
Tn: Basta.
Sg: ¿Te parece bien?
Me cubrí la cara caliente con las manos. Sin soltar risitas. Ni un poco, porque
las mujeres adultas no hacían esa mierda. ¿Qué tenía, dieciséis?
Me estudió como si fuera una especie alienígena, una curiosidad que dejaron en su puerta de entrada. Su mirada se deslizó hacia abajo por mi cuerpo. No era como si pudiera ver algo conmigo vistiendo un abrigo, vaqueros y botas.
Pero ese conocimiento no ayudó en absoluto. Su vaga, apreciativa sonrisa hizo que mis rodillas chocaran. Le tomó por siempre a su mirada volver a mi rostro.
Demonios, era bueno. Fui profesionalmente ultrajada sin una sola prenda de ropa removida.
Sg: Tus ojos son de un agradable tono de… ¿Eso es azul?
Aclaré mi garganta.
Tn: Si. Azul. ¿Podrías por favor no hacer eso?
Sg: ¿Qué? —preguntó sonando vagamente ofendido—. ¿Qué estoy haciendo?
Tn: Me miras y me haces sentir toda tensa. No me gusta.
Sg: Tú me miraste primero. Aparte, estabas tensa mucho antes de que vinieras aquí afuera. Si tuviera que adivinar, diría que estás tensa en general. Pero no te preocupes, estoy aquí para ayudar. Vamos, dile al tío Min todos tus problemas.
Tn: Guau, eso es realmente considerado de tu parte. Pero estoy bien.
Se acercó más y me arrastré hacia atrás.
Sg:¿De qué hablabas en el teléfono antes?
Tn: Oh, tú sabes… cosas personales. Realmente no quiero hablar sobre eso.
Sg: Decías que tu amiga te robó y perderás tu apartamento, ¿verdad?
Tn: Correcto.
Lo dije restándole importancia para que no se de cuenta de cuánto me dolía.
Cuando mi mamá se enfermó, asumí la
responsabilidad, haciendo lo que necesitaba hacer. No hubo otra opción. Tn: Sí. Eso básicamente lo resume.
Sus ojos se abrieron alarmados.
Sg: Mierda. No llores. No soy Jungkook. No sé cómo lidiar con esto.
Tn: Cállate, no voy a llorar. Te dije que no quería hablar de ello.
Sg: No pensé que romperías a llorar. .
Tn: Entonces…
Estiré mi mano para sacudirla, esperando el contacto final, necesitando tocarlo apropiadamente una sola vez. Había estado colgado en la pared de mi cuarto en casa por años. Terminaría de conocerlo drogada aun si eso me mataba
Tn: Ha sido encantador conocerte.
Sg: ¿Estás tratando de deshacerte de mí? Preguntó, riendo.
Tn: No, yo…
—Deja de mirar sobre mi hombro. Mírame a la cara.
Tn: ¡Lo hago!
Sg: ¿Tienes miedo de hacerme otra vez los ojos locos?
Tn: Sí, probablemente. ¿Normalmente te
burlas de tus fans de esta forma?.
Sg: No. Nunca me di cuenta que podría ser tan divertido.
Mi mano se mantuvo en el aire entre nosotros. Estaba a punto de retractarme cuando la agarró. Lo miré a la cara, determinada a no enojarme esta vez. El problema con Min Yoongi era que era físicamente perfecto. Ni una sola imperfección lo echaba a perder, grande o pequeña. Sin embargo, si seguía
burlándose de mí, arreglaría eso por él.
Sg: ¿Qué significa esa mirada? ¿Qué estás
pensando ahora?
Mi estómago se precipitó y todos los pensamientos de violencia se hicieron a
un lado.
Tn: Nada.
Sg: Hmm. No eres una muy buena mentirosa.
Traté de sacar mi mano de su agarre. En cambio, la sostuvo con firmeza.
Sg: Una rápida última pregunta. Esta mierda con tu amiga, ¿esa clase de cosas
suceden a menudo?
Tn: ¿Qué?
Sg: Porque cuando estabas en el teléfono, hablando con tu otro amigo, sonaba
como si así fuera. Sonaba como si fuera un problema para ti, la gente usándote.
Tn: No necesitamos hablar sobre esto.
Sg: ¿Te diste cuenta que tu amigo te pidió un favor incluso sabiendo que estabas toda triste por tu otra amiga que te robó? ¿Cómo te hace sentir eso?
Di un tirón a mi brazo, pero lo sostuvo fuertemente. En serio, ¿qué tan
fuerte era este bastardo?
Sg: porque creo que fue una especie de movimiento bajo. Aquí entre nosotros, nocreo que tengas muy buenos amigos.
Tn: Oye. Tengo buenos amigos.
Sg: ¿Me estás jodiendo? Te roban y esperan mierda de ti cuando estás mal. En serio, amiga. Solo imbéciles harían eso.
Tn: Yoongi....
Sg: Pero lo peor es que los dejas. No entiendo eso.
Tn: No los dejo hacer nada.
Sg: Sí, lo haces. De verdad lo haces.
Tn: Buen Dios, ¿tienes un botón de silencio?
Sg: ¡Es aterrante! Estoy oficialmente aterrado —gritó, avisándole a todo el
maldito vecindario de mi vida—. ¡Esto debe terminar! No lo soportaré por más
tiempo.
Tn: Déjame ir
Sg: Tú, señorita Tb, eres un felpudo.
Tn: No soy un felpudo
Sg: Vamos, sabes que lo eres. Está justo ahí en tu rostro.
Sacudí mi cabeza, más allá de palabras.
Sg: Entonces acabo de decidir que  necesitas límites. Tn. Los. Límites. Son. Tus. Amigos. ¿Me oíste? ¿Está entendido?
Eso fue cuando me solté y empecé a gritar.
Tn: ¿Quieres límites? ¡Qué hay de
que te salgas de mi maldita cara! ¿Cómo está eso de límite, eh? Nada de esto es de
tu maldita incumbencia, imbécil desagradable.
Su boca se abrió para contestar pero lo acusé insensiblemente.
Tn: No sabes una jodida cosa sobre mí. ¿Y crees que puedes ponerte en mi cara y romper mi psiquis por diversión? No. Que te jodan, amigo. Que te jodan
fuerte.
Todo se quedó en silencio, incluso la música adentro. El mayor horrible
silencio reinaba. La gente nos miraba a través del vidrio con caras curiosas. La boca de Tori era una perfecta O.
—Mierda —murmuré.
Sg: ¿Tn?
¿Qué hice? Tori me invitó a esta bonita fiesta y me volví una psicópata
contra uno de los invitados. Era tiempo de marchitar y morir, lo podía sentir.
Tn: Por favor suelta mi mano.
Sg: Vamos Tn, mírame.
Nunca.
Sg: Vamos, dame tus ojos.
Lenta y cansadamente me volví hacia él. La más lenta de las sonrisas curvó
sus perfectos labios.
Sg: Eso fue jodidamente asombroso. Estoy orgulloso de ti ahora mismo.
Tn: Estás loco.
Sg: Nooo.
Tn: Sí. Si lo estás.
Sg: Solo piensas eso ahora. Pero dale algo de tiempo. Piensa sobre lo que dije.
Sacudí mi cabeza en silencio. Fue genial conocerte, Tn. Hablaremos de nuevo realmente pronto.
Dijo presionando un beso en mi mano antes de soltarla. Había una luz en sus ojos, una que no quería descifrar. Una en la que ciertamente no confiaba.

Contrato de Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora