Nos encontrábamos en camino.
Nadie dijo nada y el silencio me estaba matando.
En la prisa por entrar, Yoongi no se quedó sentado a mi lado. Una lástima; podría haber hecho un poco de agarre de manos.
Tn: Eso fue emocionante
Msg: La mayoría de ellos están contentos con sólo mirar. Pero de vez en cuando
se dejan llevar. No dejes que te asusten.
Nadie volvió a hablar.
Ella me besó la mejilla antes de bajar de la limusina, una vez que llegamos al
hotel. El ánimo de la cena no cambió. Me quedé mirando a Yoon, deseando que me
mirara. La necesidad de besarlo, para cubrir la distancia entre nosotros, hizo que mi corazón se acelerara.
Tn: ¿Estás bien?.
Sg: Sí. ¿Tú?. Lo siento por la escena en el restaurante.
Tn: Estoy bien. No es gran cosa.
Se frotó el rostro con las manos. Eso pasa.
Tn: La comida estuvo maravillosa. Gracias por invitarme.
Sg: Mmm.
Tn: Tus padres son encantadores. Realmente me gusta tu mamá.
Sg: Genial.
Tn: Tu papá fue muy amable, también.
Él asintió, mirando a la nada.
Tn: No, en serio. ¿Qué pasa?
Teníamos que ir a casa y volver a la
bañera. Las cosas fueron mejores allí.
Sg: Nada.
Esta conversación apestaba. En algún momento, las cosas se volvieron una
mierda y no tenía idea de cómo salvarlas. Me faltaban habilidades.
Quería tanto ir a sentarme a su lado, pero algo me detuvo. Por alguna razón,
no estaba segura de ser bienvenida. Esta noche debía ser la gran noche, piel contra piel, sexo sudoroso, y todo el asunto. Ahora ya no estaba tan segura. No era sobre si lo deseaba o no, porque lo hacía, la necesidad que tenía por él me hacía un jodido desastre. Simplemente no quería ser la única que lo sintiera.
Afuera, comenzó a llover.
Sg: Voy a ir a tocar por un rato. Te dejaré de vuelta en el apartamento primero.
Tn: ¿Hay una sesión de práctica esta noche?
Su sonrisa ni siquiera se acercó a sus ojos.
Sg: No. Solo siento ganas de tocar.
Tn: ¿No querías venir a casa conmigo?
Pregunté, y él sabía a lo que me
refería; tenía que saberlo.
Yoongi se encogió de hombros. Oh, no. De ninguna manera. No se limitó a encogerse de hombros sobre nosotros finalmente teniendo sexo. Esta no era una situación donde la ambigüedad
podría considerarse genial de ninguna manera, forma o tamaño. La limusina se
detuvo en el tráfico nocturno, esperando la notificación de nuestro destino, sin
duda.
Yoongi sacó su celular y comenzó a pasar las pantallas. Crucé mis brazos sobre
mi pecho. Bien, si esa era la manera en que quería jugar.
A la mierda; si realmente quería ir y tocar la batería que fuera. Obviamente,
no se hallaba de humor para tener compañía. Abrí mi boca para aceptar el plan, pero no salió nada. Esto no funcionaba. La verdad era que ser una perra testaruda y cachonda realmente no me sentaba bien. Podría ser mejor si tuviera un poco de espacio.
Tn: ¿Puedes pedirle que se detenga? Quité un mechón de cabello color
zanahoria de mi rostro
Tn: No hay necesidad de que te salgas de tu camino. Hallaré mi propio camino a casa. Te veré más tarde.
Sus ojos se entrecerraron.
Sg: No te dejaré en una esquina con la lluvia. Te llevaré a casa.
Tn: Bien. Gracias.
Abrió su boca e inmediatamente volvió a cerrarla.
Sg: ¿Qué?
No dijo nada.
Ugh, evasión. Lo conocía muy bien. No podía seguir exigiéndole que se
abriera conmigo cuando yo no tenía intención de derramarle toda mi triste historia. Nadie necesitaba escuchar eso.
Aun así, éramos mejor que esto. O deberíamos serlo.
Tn: Que se joda esto -murmuré.
Sg: ¿Qué dijiste?
Tn: Que. Se. Joda. Esto.
Crucé al asiento junto a él. Luego lo hice mejor, subiendo a su regazo, a
horcajadas. Parpadeó, sus manos flotando sobre mis caderas como si no supiera dónde ponerlas. Su celular cayó a un lado, aparentemente olvidado. Gracias a Dios usaba una falda. Era corta y hecha de un material elástico, útil para muchas ocasiones pero particularmente para ésta.
Sg: Tn.
Tn: Min.
Sg: ¿Qué está ocurriendo?
Tn: La noche no va a terminar de esta manera. No lo permitiré.
Me miró como si hubiera empezado a hablar en otro idioma. Lo cual en
realidad era una excelente idea, dado que no tenía idea de cuál era el problema
aquí. Deslicé mis manos alrededor de su cuello. Ahora entendía por qué él
siempre hacía esto, la piel era tan suave y cálida allí. Con toda honestidad, no sabía qué decir; besarlo haría que tuviera mucho más sentido que decir algo impulsivo que pusiera las cosas mal nuevamente. Rocé mis labios contra los suyos. Su rápida ingesta de aliento era música para mis oídos. Dada la
oportunidad, podría haberle rendido homenaje a sus labios toda la noche. Labios de puta. Ningún otro hombre era así de besable.
Tn: Odio verte triste.
Nos miramos el uno al otro, nuestros rostros muy cerca. Lo que sea que
pasaba con él, lastimándolo, necesitaba alejarlo del aquí y ahora. Yoongi y yo nos
habíamos ganado este momento. Él sólo lo olvidó en algún lugar en el camino,
desviándolo. Por suerte para él, yo no lo hice.
Tn: Sea lo que sea, déjame arreglarlo. Sólo por un rato...
Me incliné y lo besé, trazando mi lengua por sus labios. Sabía maravilloso.
Mis caderas ya se movían inquietas en su regazo, buscando más. Me encontraba en
llamas y todo era su culpa, así que él simplemente tendría que lidiar con ello. Con un gemido se rindió y abrió su boca. Joder, amaba la sensación de su lengua, su sabor dulce. Fue directamente a mi cabeza, mareándome.
No dudó. Sus manos se deslizaron por mis piernas, bajo mi falda, yendo
directamente a matar, Dios lo amaba.
Sg: ¿Necesitas algo?
Preguntó, sus dedos acariciando mis muslos.
Tn: A ti.
Sg: Joder. Tn
Su boca persiguió la mía, empujando por más, más profundo. Y santo infierno, era feliz dándoselo. Las puntas de sus hábiles dedosnacariciaron la entrepierna de mis bragas, haciendo que cada rincón en mí se encendiera en respuesta. Si algo nos detenía esta vez, no sería responsable de mis acciones.
Tn: Sigue haciendo eso -jadeé, tirando el elástico de su cola de caballo para
soltar su cabello.
Sg: ¿No quieres esto en su lugar? -La yema de su pulgar se presionó contra
mi clítoris, moviéndose en pequeños círculos.
Tn: Oh, Dios. -Mi cabeza cayó, la sensación recorriéndome. Me hallaba tan excitada que era vergonzoso. La tela húmeda de mis bragas contaba la historia. Pero tuvimos días y días de juego previo, de verdad. Mucho antes de que lo conociera, ya lo deseaba, aunque la realidad superaba mis expectativas. Min Yoongi era mi sueño hecho realidad. La maratón de besos en la casa de Cass y Jk, estar despierta extrañándolo anoche, esas cosas ya me habían empujado hasta
el borde. Maldita sea la seguridad y lo prudente. Conseguiría tanto de él como
pudiera en todo el tiempo que tuviera.
Sg: Eso es.
Empujé contra su mano, buscando más. Acunó la parte posterior de mi
cráneo, levantando mi cabeza para poder verme.
Sg: Eres tan jodidamente hermosa. ¿Te lo he dicho?
Ni idea. Y si esperaba que respondiera, estaría esperando un rato.
Sg: Debería habértelo dicho.
Sólo lo miré fijamente, aturdida. Él era, sin duda, el hombre más hermoso
que jamás vi. Las elegantes líneas de su rostro me hacían querer escribir mala
poesía. Y el sonido de su voz, sus palabras, todo era tan perfecto y bueno. Pero entonces mi interior se apretó, y no había nada allí para agarrarse. Me sentía tan horriblemente vacía que dolía.
Sg: Necesito...
Tn: Olvídate de hablar.
Empecé a desabrochar la hebilla de su
cinturón en su lugar, arrancando el botón y la cremallera de sus vaqueros. Los músculos de mis muslos quemaban donde él los agarraba y si el auto se detuviera de repente, estaría en serios problemas.
Sg: Puedes tener lo que sea que quieras. Sólo pídelo.
Tn: Te quiero.
Sus dedos trazaron la unión de mi sexo, haciendo que mi cabeza nadara.
Sg: ¿Cómo me quieres? -preguntó, su mano persuadiendo un gemido de mí.
Apoyé mi mejilla en la suya, mis pulmones luchando por aire.
Tn: Dentro de mí.
Las palabras eran una molestia y también lo era su cremallera
Tn: Por favor... deja de jugar conmigo.
Sg: Pero te gusta que juegue contigo.
Sostuve su rostro entre mis manos, mi boca rígida.
Tn: Basta.
Menos mal que me encontraba sentada, de lo contrario su sonrisa me habría
hecho caer. Bastardo arrogante y hermoso.
Sg: De acuerdo.
Sacó su mano de debajo de mi falda. Podría haber llorado por la pérdida de la encantadora presión. Mucho más importante, no obstante, lo tendría dentro de mí tan pronto como fuera humanamente posible.
Sg: Espera un segundo
Me levantó a un lado y empujó hacia abajo sus pantalones y ropa interior,
sacó un condón de su bolsillo. Me detuve en seco al ver su polla, sobresaliendo
grande y fuerte. Necesitaba más tiempo para mirar. ¿Cuán loco sería si tratara de
sacarle una foto? Por supuesto, sería puramente para mi uso personal.
Sg: Tn. Bragas fuera. Ahora.
Tn: Cierto.
Mi falda ya se agrupaba alrededor de mi cintura. Enganché mis dedos a cada lado y las bajé, pateándolas hasta mis tobillos junto con mis botas al mismo tiempo. No era coordinada y ágil, pero sólo desnudarme de la cintura para abajo importaba.
Abrió el envoltorio del condón con sus dientes y lo rodó sobre él.
Sg: Vamos.
Grandes manos agarraron mis caderas, jalándome de regreso a su regazo. Agarré sus hombros para mantener el equilibrio y miré su rostro, memorizándolo. Este momento tenía que pasar a la historia con cada detalle impreso para siempre. Desde la curva de sus pómulos y la línea de su mandíbula a la pequeña caída de su labio superior que moría por besar y lamer, no quería olvidar ni una cosa.
Deslizó un dedo dentro de mí, y mis músculos convulsionaron con sorpresa
por la intrusión.
Sg: ¿Estás bien?
Asentí.
Tn: Sólo me tomó por sorpresa.
Lentamente, fue más profundo, haciéndome retorcer. Siempre tan
habilidoso me trabajó más y más alto. Su pulgar frotó mi clítoris mientras
acariciaba algún dulce lugar dentro de mí. Alguien en algún lugar renunció a los
secretos de mi coño; el hombre lo sabía todo. No podía recordar alguna vez a
alguien excitándome tan fácilmente.
Sg: Joder, te sientes bien, mis dedos están en el cielo.
Tn: Yoon por favor...
Ni siquiera sabía lo que pedía. Quería sus dedos, su polla, su boca, todo. El hombre me ponía codiciosa.
Su dedo salió de mí, jugando sobre mis labios, extendiéndome suavemente.
Mi pelvis se movió por su cuenta, frotándosee contra su mano. Mis gemidos eran tan fuertes que el conductor tuvo que escucharlos a pesar de la división. ¿Me importó? Nop.
Sg: Estamos listos.
Ahí íbamos.
Con una mano agarró mi cadera mientras la otra movía su polla en posición.
La presión de él deslizándose contra mis labios me hizo ver las estrellas. No sabía
cómo iba a sobrevivir mucho más. Lentamente, con firmeza, me hundí en él. Sus fosas nasales se dilataron cuando lo tomé profundamente. No paré hasta que me senté encima de sus muslos desnudos.
Sg: Aquí vamos.
Su enfoque en mí era completo, su mirada buscando mi rostro, tomándome entera. No me dejó lugar para esconderme. Un problema, dado
que tenía el impulso más estúpido de romper a llorar o algo así.
¿Desde cuándo el sexo significaba tanto?
Tn: Quiero moverme
Pero sus manos en mi cintura me sujetaban. La sensación de él llenándome no podía describirse. Esto ya pasaba a ser demasiado.
Sg: Espera. Sólo dame un minuto.
Jodidamente perfecto. He estado esperando sentirte por siempre.
Me sacudí contra él, más allá de desesperada. Seguíamos vestidos arriba, pero oh hombre, las cosas que hacíamos abajo.
Tn: Yoon. Ahora.
Sus dedos se clavaron en mi culo, subiéndome en su dura longitud antes de
moverme lentamente hacia abajo, dejando que me acostumbrara a la sensación debsu gruesa polla. Ese mismo movimiento, una y otra vez, una y otra vez, era el cielo.
El desliz de él dentro de mí hizo que mi sangre corriera al rojo vivo. Lento era
demasiado bueno. Derritió mi mente.
Poco a poco, empecé a encontrar el ritmo, sus manos ayudándome. Más
rápido y más duro, lo monté. Nada podía compararse al sólido calor de él
arrastrándose a lugares dulces dentro de mí, volviéndome líquida. Golpeé su dura
erección, ambos trabajando en un frenesí. El sudor cubría nuestra piel. Mi columna se estremecía; todo mi cuerpo temblaba de necesidad. Esta era la vida y la muerte y un billón de otras cosas que ni siquiera sabía que existían. La tensión dentro de mí creció hasta exquisitas y enormes proporciones. Su pulgar se deslizó hacia atrás y adelante sobre mi clítoris y el mundo entero se abrió de golpe. Mis caderas se resistieron y escondí mi rostro en su hombro cuando me vine duro, mordiendo su hombro.
Un bocado de algodón intentó amortiguar el ruido escapando de mi
garganta. Siguió y siguió hasta que quedé flácida contra él, perdida, encontrada y todo lo demás.
Yoongi jadeó, sujetándome en su polla. Gruñía algo. Podría haber sido mi
nombre, en ese caso apreciaba el sentimiento. En el momento que pudiera, me aseguraría de darle las gracias.
No quería moverme nunca. Nunca jamás. O al menos, no hasta la siguiente
ronda. Nos sentamos en el asiento trasero de la limusina en silencio. Sudor y fluidos corporales pegados a nuestros muslos y sexos. Cada músculo en mí
temblaba. Santo jodido infierno. Esto fue épico.
Sg: ¿Estás viva?
Preguntó después de un rato, colocando mi cabello detrás de mí oreja.
Lo miré, con mi mandíbula floja y ebria por follar. El mejor sentimiento de
todos.
Tn: Estuvo bien, supongo.
Mierda, mis palabras se arrastraron. Mi lengua se había vuelto gruesa y
pesada.
Sg: ¿Sí?
No se molestó en contener la sonrisa.
Sg: Estoy segura que lo intentaste muy duro.
Tn: Aprecio el voto de confianza.
Como que le gruñí de una manera completamente impropia de una dama,
sin energía.
Sg: ¿Pastelito? ¿Calabacita? Gritaste tan fuerte que mis oídos siguen pitando.
En realidad, no puedo escuchar la mierda que estás diciendo ahora mismo. Dime más tarde luego de conseguir un par de puntos de sutura en mi hombro.
Se rió, el sonido retumbando a través de su pecho de la manera más agradable
Sg: Mordedora y gritona. Y pareces una chica tan buena y tranquila. Estoy
sorprendido.
Empujé el cuello de su camisa a un lado, inspeccionando su hombro.
Tn: No estás sangrando. A lo máximo habrá un moretón.
Sg: Lo llevaré con orgullo.
Maldición, olía bien. La limusina debería seguir rodeando la ciudad así yo
podría seguir respirándolo. Sexo, sudor y hombre.
Tn: ¿Aun quieres ir a practicar?
Deseaba mantenerlo todo para mí con mis brazos alrededor de su cuello en algo
parecido a un estrangulamiento. Pero si él quería ir, iría. Los orgasmos tendían a
dejarme en un estado de ánimo bastante benévolo.
Sg: Joder, no
Tn: ¿Joder, no?
Resopló, sus labios se curvaron como si yo estuviera loca.
Sg: Casa. Cama. Ahora.
Tn: Lo tienes.
Sonreí.
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Contrato de Amor
RomanceEstá es una secuela de Locura de una noche en dónde nuestro adorable Suga es el protagonista. Suga necesita sentar cabeza a sus 32 años sus padres ya están pidiendo. Tn a Sido tratada como una alfombra por la persona que ella consideraba su mejor am...