Capítulo 7🔥

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Al terminar su conversación con Anya, Lexa escuchó el aletear de un ave y supo que Raven estaba llegando a su punto de encuentro. Cuando lo hizo, tras presentarse ante sus ojos, chillar y mover sus alas suspendida en un mismo lugar, el cuervo bajó al suelo y Raven volvió a su forma humana.

—¡Mierda! No me acordé de que iba a cagarme de frío aquí...—expresó Raven, frotándose los brazos tras la transformación, mientras su cuerpo humano desnudo tiritaba por completo.

Lexa sonrió de lado por el burdo comentario de la sheriff, muy común en ella, y sin perder tiempo, se quitó la larga chaqueta de cuero y se la lanzó para que se cubriera la desnuda y bien formada anatomía humana. Un cuerpo que Lexa, en secreto, siempre había admirado, ya que Raven poseía uno muy atlético, musculoso y algo tentador para sentir sexualmente hablando. Asimismo, nunca le atrajo al punto de insinuarle algún que otro encuentro más íntimo, aun cuando fuesen sin compromisos sentimentales. Además, sabía que Raven estaba en pareja con ese antropomorfo, o mascota de cuatro patas, llamado, Scooby, o bien, en su forma humana, oficial Kyle Wick. La verdad es que nunca entendió esa rara relación entre un cuervo y un perro doméstico, pero como fuese, Lexa se dijo que no era de su incumbencia, ni tampoco de su interés, siquiera para preguntar al respecto. Lo único que la unía a Raven Reyes era simple y pura amistad de mucho tiempo.

—Gracias, Lexa. Oye, esta chaqueta está tan buena, ¿dónde...? —se pronunció Raven tras ponérsela, sintiendo el agradable abrigo que la prenda de cuero le brindó a su tembloroso cuerpo.
—Me la vas a devolver en cuanto terminemos, y sin plumas, gracias.
—Ya, dime, ¿qué quieres, Lexa?
—Ya lo sabes, no hace falta que te lo diga. ¿Y por qué no me avisaste que contactarías al FBI? Sabes que esa atención no nos conviene, ya tenemos suficiente con esos malditos crímenes, que tú y tu gente no han sabido...
—No empieces a quejarte y a criticarme. He hecho todo lo posible para descubrir quién está detrás de esas muertes, y déjame decirte que, aunque me has asegurado que no ha sido tu gente, esas marcas son de colmillos de vampiros, ¿así que dime tú cómo me explicas eso? Y sí, decidí contactar al FBI para que descubran pronto quién es, así se termina la atención en este pueblo.
—Ya te lo he dicho y te lo repito, no ha sido mi gente, y lo he consultado con otros líderes de clanes cercanos y desconocen cualquier miembro que haya venido a esta zona. Si es un vampiro, no es de acá o del país.
—Como sea, Lexa, un vampiro o un demente que se cree ser uno, estoy muy segura de que Clarke va a descubrirlo muy pronto, es una de las mejores agentes en lo referente a asesinos seriales. Pero imagino que no es lo que deseas saber...
—No juegues conmigo, Raven, no tengo tiempo, así que dime lo que quiero saber.
—No he podido estudiarla aún, pero no voy a negarte que tiene algo especial, algo que ella misma desconoce, y que es muy poderoso en su interior. Tendría que verla mi abuelita Clara para decir qué es exactamente.
—Pues llévala a que la vea, necesito que descubras qué es, porque los malditos lobos están muy interesados en ella. Y me llama la atención, porque no he percibido que sea una licántropa no desarrollada, además, es muy grande para que no lo sea aún. Pero tiene una extraña atracción y conexión con esos perros que me desagrada bastante.
—¿Y por qué no le preguntas a tu viejo amigo, Roan?
—No estoy para bromas, Raven. Sabes bien que Roan no es mi amigo, solo nos entendemos como los líderes que somos, y ambos queremos que este tratado de paz continúe, tanto como nuestras existencias, nada más. Además, no creo que quiera decirme por qué le interesa esa mortal. Por eso es preciso que lo averigües cuanto antes, siento que se trae algo entre manos y no me gusta. Si Roan está planeando algo a mis espaldas, necesito saberlo o te aseguro que todo este maldito lugar va a sufrir las consecuencias.
—¡Mierda, suenas muy dramática, Lex! Bien, una cosa más... ¿Has sido tú la que le abrió la ventana y revisó su maleta anoche para que dudara de Niylah y no quisiese quedarse ahí?
—Esa bruja es otra que se ha interesado enseguida en la mortal, por eso es que debes averiguar qué es, o qué tiene en su interior no revelado, que tantos se interesan en ella.
—Ahhh, no creo que sea más que una atracción humana normal con Niylah. Sabes que ha estado sola por bastante tiempo y pues...
—¡Raven! No seas ingenua, eres más inteligente que eso. Esa maldita bruja no se fija en cualquiera de esa manera, está detrás de algo, y hasta no me extrañaría que tuviese que ver con esas muertes, o en un complot con los mismos licántropos para que parezcamos los culpables.
—¿Niylah, asesina? Nah... eso no lo creo. Lo del interés particular que tenga en Clarke, no lo sé, pero que esté detrás de esas muertes para joderte y a tu gente...
—En verdad que a veces me sorprende tu ingenuidad, Raven. Usa tu instinto animal un poco más, y no te fíes de la generosa humanidad de Niylah, sabes que posee dos caras, así que no la descartes en la lista de posibles implicados. Y yo que tú pensaría dos veces antes de seguir desayunando en su cafetería...
—No hagas eso, no me hagas dudar de lo que pongo en la boca. ¡Mierda, Lex! Su tarta de manzanas es la mejor del condado.
—Pues mejor ni te cuento los ingredientes, además de las manzanas tan especiales que usa...
—¡Cállate! ¡NO! No lo quiero saber. Y deja de reírte, sé que te estás riendo por dentro. Eres malvada, Alexandra Woodson. —Lexa contuvo la risa, aunque no pudo evitar que sus labios se curvaran. —Bien, lo voy a investigar, y también deja de criticar mi inteligencia. Ah, antes de que me olvide, Clarke está en Trikru y va a hacerse pasar por una reportera, además de ser una prima lejana mía. Por favor, cuídala, te aseguro que ella va a ayudarnos, Lex.
—Sé que está en el club, Anya ya me ha avisado que ha llegado. No te preocupes, la protegeremos, pero tú descubre qué es. Mañana llévala de visita a ver a tu abuela Clara, no pierdas tiempo.
—Aguarda un puto minuto... Esto no me lo creo, Alexandra Woodson, ¿te has enganchado con la bonita federal?
—No hables tonterías, Raven. Dame la chaqueta y échate a volar de una vez.
—En serio, Lex, no me trates de idiota. ¿Acaso me vas a decir que juegas con los automóviles de todos los que pasan por la carretera? Porque has estado detrás de su pequeño accidente, el que casi la...
—La salvé de que sea la cena de los malditos licántropos, eso fue todo, y, además, solo por simple interés. No quiero que aparezcan más humanos muertos en mis tierras, y mucho menos una agente del FBI. Pero no sé por qué mierda te estoy dando explicaciones...
—Porque soy tu única amiga y porque te gusta la rubia.... ¡Hay! No puedo creerlo, jamás, desde que nos conocemos, te he visto así con una humana. Pero como gustes, Lex, si quieres negarlo para sentirme mejor, pues bien, por mí. Al menos sé que la vas a cuidar, por lo que sea. Te doy un dato extra, aunque seguro que lo sabes, pero acaba de terminar una relación con un pedazo de idiota, y no está como para...
—¡No me interesa! Dame la chaqueta y vete ya, Raven. No quiero enojarme contigo, pero juro que pones a prueba mi paciencia, y meditar sobre el por qué permití que fuésemos amigas.
—Oh, ya deja de quejarte, te estás poniendo vieja... Bueno, en realidad lo eres, ¿cuántos años tienes exactamente?
—No importa. Tú solo procura averiguar qué demonios es Klark, y avísame en cuanto lo sepas.
—Oh, me gusta como pronuncias su nombre... Klark... Está bien, toma la chaqueta, gracias por el préstamo. En cuanto lo sepa te aviso, no te preocupes, también veré lo de Niylah.

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