Capítulo 12

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Mi abuela me pide que cierre la puerta y se acomoda en el pequeño sofá que tiene junto a la cama, le gusta sentarse ahí para leer y desde hace unos años se convirtió en su lugar favorito, varias veces la vi mientras dormitaba en lugar de ir a la cama.

Todavía me tiemblan las piernas y siento como si quemaran todas las partes de mi cuerpo donde estuvieron las manos de Jaekyung, por su mirada debo suponer que todavía tengo la cara roja y que si no se apresura en hablar es porque intenta darme tiempo para recuperar la compostura. No sé ni qué fue lo que me pasó, no sé por qué reaccioné todavía más impulsivo que cuando lo besé en la habitación del instituto, no sé siquiera por qué sugerí que traerlo a casa sería una buena idea.

Estoy contrariado y he empezado a recriminarme por mis decisiones, creo que hubiera sido mejor que dejáramos el primer beso en el olvido, estoy seguro que, de haber huido la otra noche con mi abuela, nos hubiéramos encontrado el lunes por la mañana sin necesidad de tocar el tema.

—¿Qué está pasando con Jaekyung? — pregunta mi abuela y no lo hace en un tono de voz amenazante, mucho menos uno que denote su molestia o supuesta desaprobación, sino que más bien, se la escucho siendo amable. Igual de confundida que yo por lo que ha visto—. ¿Me equivoqué al enviarlo a tu habitación? ¿Fue una mala idea pensar que podías ayudarlo a mejorar?

—Abuela— se me hace un nudo en la garganta, retuerzo los dedos de mis manos y trato de inventar un buen pretexto, no hay nada. No se me da lo de mentir. Me siento frente a ella en la orilla de la cama y la miro para buscar en sus ojos la comprensión que necesito—. Nada de lo que tú haces sería un error.

—Se estaban besando, tocando. Dios sabe qué estaban por hacer.

—No haríamos más que eso. ¡No! Ni siquiera sabíamos lo que hacíamos— sueno como un mentiroso, uno que no sabe ni qué decir.

—¿Lo hacen seguido? Eso...— se pone nerviosa y carraspea la garganta—. Besarse.

—¡No! — ¿Qué hago alzando la voz? No es sorda y en lugar de lucir tranquilo y confiado, no hago más que sentirme acorralado por mis propias acciones—. No sé por qué lo hice abuela— admito mi derrota, no puedo mentir, tampoco puedo sacarme una historia improvisada para darle sentido a lo que vio con sus propios ojos. Abatido, bajo la cabeza y arrugó con fuerzas el edredón de su cama, dejo de alzar la voz y esta vuelve a ser más baja—. Estoy muy confundido, no pensé que mi primer beso sería con Jaekyung— esto me sabe a palabras amargas, en serio estoy confundido pues luego de que las cosas empezaran a mejorar, me esforcé en pensar que entre nosotros estaba resurgiendo una amistad del pasado, una relación que se dio por finalizada el día que me mudé y no volví a contactarlo.

—Creí que te gustaba ese otro muchacho, Choi Heesung.

Me pierdo en mis pensamientos y las imágenes de Heesung junto a las de Jaekyung coexisten dentro de mi cabeza, soy un desastre imaginando, así que no puedo siquiera pensar en mi correspondiendo a un beso de Heesung porque nunca pasó y ahora sé que nunca pasará, yo no le gusto a él, al menos no como él me gusta a mí. Un momento ¿Todavía me gusta?

—Me gusta— le digo con más dudas que certezas—. Es que no sé. Abuela...

—Creo que lo único que puedo hacer desde mi posición como abuela y directora, es cambiar a Jaekyung de dormitorio. Ustedes son adolescentes, las hormonas están hechas una locura y no sé lo que eso podría provocar. Mi niño— se acerca para tomar mis manos y me acaricia el rostro, sus manos están frías y noto que tiene ojeras como si no hubiera dormido nada la noche anterior—. No quiero que nadie te haga daño y si debo intervenir para ayudarte a que vivas tu primer amor como algo natural y que no tenga que verse influenciado por la convivencia diaria, voy a hacerlo.

El camino hacia ti (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora