Capítulo 6

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—Hola señor Han— dije con una sonrisa y me acomodé en el cajón de madera que ese hombre mantenía cerca de la mejor selección de frutas y verduras que vendía.

Era parte de mi rutina ir a verlo cuando tenía hambre, mi papá llevaba desaparecido dos días y en casa no había nada a excepción de un refrigerador vacío, sabía que, si trabajaba un poco ayudando a las señoras en el mercado, el señor Han me invitaría el desayuno, por eso me adentré en su negocio.

—Muchacho ¿Qué demonios te pasó? — preguntó tomándome por los hombros para mirarme el golpe de la mejilla, resté importancia a su gesto y evadí su toque escabulléndome para cargar una caja.

Él me la arrebató e hizo que volviera a sentarme, sacó de las bolsas de su mandil un pequeño tubito de ungüento y me pidió que alzara el rostro.

—Hace tres días que lo tengo, no me duele nada.

—Esta mancha morada es horrible, no hay forma de que no duela ¡¿Lo hizo tu padre?! Ese hombre está loco, lo denunciaré con las autoridades infantiles.

—Ya tengo 12, no soy un niño. Además, estoy acostumbrado— me encogí de hombros y él unto esa cosa en el lugar donde mi padre me dio un puñetazo, el muy ebrio me había culpado por un dinero que tenía desaparecido y pese a que le grité varias veces que yo no tomé nada, él insistió.

—Jaekyung, muchacho. No puedo hacer mucho más por ti que invitarte la comida, pero creo que es mi deber como ciudadano denunciar a tu padre con las autoridades.

—¡No quiero! — me aparté—. Van a llevarme a esos lugares de niños sin padres, no quiero eso, prefiero soportar a papá y seguir buscando a Dan.

—Él no va a volver.

—La abuela amaba sus verduras, ella no podía cocinar si no las compraba con usted, estoy seguro que ella volverá algún día y podremos preguntarle dónde viven ahora— expliqué ilusionado, con la absurda idea de que volvería a ver a mi mejor amigo, con la idea de que él y yo volveríamos a ser los mismos de antes.

Noté la negativa del señor Han y trajo para mí un plato lleno de kimchi.

—Anda come— estaba delicioso así que me llené la boca y saboreé, el señor Han se acomodó a mi lado para beber refresco y me pasó una mano por el hombro buscando que hiciéramos contacto visual—. Escucha muchacho— me dijo con seriedad—. Dan y su abuela no van a volver, ellos ahora tienen dinero, deja de buscarlo, eres un niño y puedes hacerte de otros amigos.

—No soy un niño— le respondí ignorando su comentario y me quedé pensando... ¿No volver a ver a Dan?

Él era mi amigo, el mejor amigo que tuve en la vida, el único que me escuchaba, el único con el que podía correr cuando mis padres peleaban...Dan que siempre tenía para mí una sonrisa amable y la idea de hacer algo nuevo, deseaba volverlo a ver, pero la posibilidad parecía cada vez más lejana.


Ante ese innecesario recuerdo abro los ojos e intento recordar lo que pasó.

Me quedo mirando el techo de mi habitación en casa de mi tío, reconozco el edredón de mi cama y escucho el sonido de los pájaros que suelen ponerse a cantar en el árbol que da a mi ventana.

¡La casa de mi tío! ¿Qué demonios hago aquí?

—¿Cómo te sientes? — mi tío está a mi lado. Me incorporo de golpe e intento responderle sin éxito.

No sé cómo llegué aquí, tampoco sé que es lo que pasó después de la llegada de la policía. Mi último contrincante no soportó que iba perdiendo frente a mí, un supuesto principiante y rompió las reglas que serían de ayuda para mantener el orden.

El camino hacia ti (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora