Una omega para mi cachorra (Chaelisa)

5. Haciendo un trato.

Lisa pasó todo el fin de semana pensando en la proposición que la rubia le había hecho, quería contarle a Sorn pero, ¿como lo haría? su amiga era muy protectora y la cuidaba a ella y al cachorro, sentía que la traicionaba, su automóvil había decidido no encender y Sorn se ofreció a revisarlo así que tomó el bus, llega a la parada antes de llegar al kindergarten, baja y camina pensativa, hasta que percibe ese delicioso aroma a pino que ya reconocía.

-Vaya usted es muy madrugadora.- Dice Lisa sin girarse con solo percibir el aroma sabe que Rosé ya está casi a su lado pero sin evitar estar sorprendida de que hubiese llegado a la escuela antes que iniciaran las clases.

-La estaba esperando.- Responde Rosé igual de sorprendida de que supiese que era ella.
-No, no quiero verme como una loca acosadora.- Se justifica.
-Pero me gustaría saber que pensó.

-Creo que usted es quien debería pensarlo, Roseanne, no me puede marcar nada más así, ¿sabe lo que podría ocurrirme si encuentra a su alma gemela? Usted podría seguir con una omega nueva pero yo, para los omegas es peor alejarse de su alfa una vez es marcado, y yo, yo tengo que pensar en mi pequeño.-Dice Lisa, se había torturado pensado en eso de todo el fin de semana, aunque sonaba una oferta tentadora, al fin era una omega con un cachorro, ¿que haría cuando tuviese que ir a la escuela? Siempre su cachorro estaría desprotegido por solo tener una omega de madre y sin haber sido marcada, si, su cachorro sufriría mucho, era una oferta que cada vez le parecia más lógica de aceptar.

-Lisa, sabe que es una opción para darle estabilidad a su cachorro, le doy mi palabra de alfa, no lo dejare, a ninguno de los tres.- Dice Rosé parando a la castaña.
-Se que debería aceptar, por la misma razón que yo lo hago, por nuestros cachorros.- Dice Rosé y Lisa piensa que todo lo que ha dicho es cierto, si lo hace es por su pequeño.

-Bien, acepto, seré su omega.- Dice Lisa casi convenciéndose a ella misma.

-Se que suena loco, pero créame que no se arrepentirá, me gustaría que primero conviviera más con la cachorra y yo con su cachorro, adaptarlos y ver como nos reciben, se que su pequeño no tendrá tanto problema en aceptarme, es un cachorro de meses.- Dice Rosé y Lisa asiente.
-Y mi cachorra, ella siente mucha admiración por usted así que no creo tenga problemas, solo unas semanas en lo que nos adaptamos, y después se mudarán con nosotros, yo, yo puedo ayudarla a cuidar al cachorro cuando trabaje.- Se ofrece Rosé.

-¿Usted? Cuidando a mi cachorro?- Pregunta Lisa en tono incrédulo.

-¡Si claro! Yo me encargaba de mi cachorra recién nacida mientras trabajaba, puedo cuidar un cachorro de tres meses sin problema, ademas nos ayudaría a crear y fortalecer nuestro lazo, creo que debería dejar el trabajo una vez nos mudemos, se que le gustaría más cuidar a Leo, en lugar de perderse la mitad del día con el, y después pasar tiempo con ambos, Noa y Leo.- Dice Rosé y Lisa asiente, no supo en qué momento Lisa ya no cargaba sus cosas, Rosé llevaba todo, y habían llegado a su salón.

-Si, sería, muy bueno.- Dice Lisa sonando tranquila pero Rosé nota la emoción en su voz.

-Paso por ustedes a las 3:30, y podrá ir por Leo, así lo conozco, una tarde con los cachorros, podemos ir a comer y por una nieve.- Dice Rosé.

-Me parece bien, adiós señora Park.-Se despide Lisa.

-Rosé, llámame Rosé.