Feliz verano

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¿El humano es egoísta por naturaleza? 

Desde mi punto de vista, no todo es blanco o negro. Durante mi vida he podido ver, leer, y presenciar la compasión, la rabia, la pena y el egoísmo en cada persona. La sociedad, los animales, los seres humanos, todo el mundo es manipulable. 

Hay humanos que llevados por la rabia se pierden, otros por orgullo y otros harían hasta lo impensable para llevar a cabo sus planes. 

Anna me preguntó, ¿soy egoísta por querer que todo el mundo desapareciera?

No sabía qué responder, cómo su profesora, debería de explicarle que no, que nadie es egoísta y todos son amables. Pero, ¿por qué mentir?

—Anna, sí eres egoísta, yo lo soy, tu madre lo es, todo el mundo es egoísta, pero para encajar en la sociedad tienes que ocultar lo que piensas y tu egoísmo. Nadie quiere a una bruja que piensa solo en ella, a pesar de que todos lo hacen. 

Mientras decía eso le acaricié el pelo y le indiqué que saliera del aula. Pronto son las vacaciones de verano y si no me doy prisa perderé el crucero. 

Recojo los utensilios de las mesas de los pequeños y limpio la pizarra antes de cerrar la clase. La sala de profesores es un poco más sobria que las aulas de los pequeños, pero hay un ambiente tranquilo, hasta que me empiezan a analizar. 

Llevo un año en este colegio, pero sigo siendo la nueva para ellos. Intentan sonreír y reír conmigo, pero siempre con cierta precaución. Siempre que eres nueva entre un grupo de personas, primero eres examinada y luego valorada. Si tu apariencia no encaja con tu personalidad te ponen en la lista de las raras. 

Pero si tienes una apariencia amable y tu carácter lo es, eres una más del grupo. Cometí el fallo de ser yo misma y me gane estar en la lista de las raras. Dicen que los adultos y los adolescentes son diferentes, sin embargo son iguales, los mismos grupos, los mismos cotilleos. Todo es lo mismo. 

—Alyra, ¿te apetece tarta?— Calia es una compañera que no me desagrada, es fácil de manipular, apenas es egoísta y solo sonríe, sin embargo está en la lista de las raras— Marie cumple años y ha hecho una tarta de helado, está muy bueno. 

—No debería, estoy a dieta, pero no le haré el feo— me acerco a la tarta y me pongo un poco— Hay muy pocos profesores por lo que veo, ¿tan rápido se han ido?

— Sí. ¿Quién quiere quedarse en el trabajo un día antes de las vacaciones de verano?

La sonrisa nunca deja su cara y a veces me pregunto si ella es así siempre o cuando llega a su casa desbarata la sonrisa y despotrica de todos. Si fuera una persona normal, entonces sería la segunda opción. 

—Debo irme si no quiero perder el crucero— miro el reloj— Tú también deberías irte a casa, hoy ha sido un día intenso, los niños estaban ansiosos. 

—Que tengas un feliz verano. Vete yo le daré tus felicitaciones a Marie. 

Asiento y salgo del colegio con mi bolso. Se nota a leguas que está pretendiendo ser amable, nadie puede ser así de feliz. Llego a casa, recojo un poco y miro la hora. 

Tengo todavía un poco de tiempo, así que me visto con un vestido veraniego, rosa palo y me preparo el pelo y el maquillaje. Salgo con las maletas y cierro la puerta. 

—Señor Walle, me voy por unos días— le explico al casero— No puedo encargarme de su gato— horrible gato— Sí pasa cualquier cosa llame a la policía, que yo no podré acudir— el señor medio sordo, muy mayor solo asiente, puede ser viejo pero me recorre la mirada por toda mi espalda descubierta. 

Solo me doy la vuelta y sigo mi camino, paro a un taxi me sube las maletas y nos encaminamos hacia el puerto. Para mi este es el mejor mes del año, junio. Es una palabra que transmite verano en cada una de sus sílabas. 

Crucero Sebican Donde viven las historias. Descúbrelo ahora