No duermo mucho así que por la mañana, a primera hora me levanto de la cama. Las palabras de Lucca todavía hacen eco y me niego a verla levantarse e irse con él. La odio tanto, los odio a los dos. Así que con rabia salgo de la habitación con la misma ropa de ayer.
Cojo el ascensor con el mismo panorama de ayer. Los pasillos vacíos y las tiendas igual, vacías sin nadie dentro ni los trabajadores, pero están abiertas. Es como de autoservicio.
Subo por el ascensor de trabajadores hasta mi planta, abro la puerta y me voy directamente a la ducha. Siento todo mi cuerpo tenso, y sé quién tiene la culpa. Esa bruja de pacotilla, me tiene harto y cansado, ya que siempre acabo de la misma manera con ella, cansado, pero divertido y con ganas de más. Más acercamientos con ella y más muestras que me hagan sentir orgulloso.
Suelto una carcajada, y me pongo la toalla. Abro la puerta del baño. No muevo ni un músculo cuando Alyra se levanta de mi cama.
—¿Quién te ha abierto?— pregunto, ella clava su mirada en mi cintura y la toalla, hincho más el pecho y suelto aire con tanta rabia.
—¿De qué vamos, de ahora duermo contigo y luego te dejo sola sin despedirme?— se nota la rabia en el timbre de su voz, y esta vez no la puede esconder— Pensaba que eras un caballero, sin embargo eres un idiota más— suelto una risa, hasta insultando se ve elegante.
—Piensa lo que quieras— mi tranquilidad parece que solo la hace rabiar más, así que me dirijo hacia el armario y saco un par de prendas cómodas— Pero te voy a decir una cosa, ¿te da rabia cuando hago lo mismo que tú? Te recuerdo que tu empezaste a hacer estas tonterías, ahora me quedo y ahora me voy— expreso toda mi tranquilidad, a pesar de que tengo ganas de gritar.
—Ya te lo expliqué— frunce las cejas y parece que quiera matarme, así que solo sonrío.
—Vale, es que me importa poco la explicación. No me gustó, y parece que a ti tampoco porque vienes aquí, como si fueras no sé. ¿Importante?— la ira parecer estallar en sus ojos, se acerca a mí y aún teniendo rabia pasea sus dedos por mi torso, deseando que mi toalla se caiga.
—¿Crees que no soy importante para ti?— mi piel se calienta de rabia, por saber la magia que hace en mi, las reacciones de mi cuerpo cuando ella lo toca, pero yo no puedo saber que pasa en su cuerpo cuando yo la toco y eso me está consumiendo— Claro, que soy importante para ti, ¿Quieres que te demuestre lo equivocado que estás?— sus dedos se paran en cada lado de mi cintura y su ira no deja su cuerpo, levanta la barbilla y mis labios desean ajuntarse con los suyos.
—Vete— es lo único que puedo decir, ya que mis opciones son romperle el cuello o caer en la tentación— Vete. No te quiero aquí.
La rabia hace que resople, sale de la habitación dando un portazo, que casi tira la puerta. Me pongo un traje con corbata y me echo perfume. Espero no sé, por cuánto tiempo, y al final salgo de la habitación no quiero encontrarme con ella, así que evitó su habitación y me voy al bar Adam y Eva.
Me da rabia todo lo relacionado con ella. Me voy a la barra y me sirvo una copa. Vuelvo a mí sitio y me siento en el taburete de terciopelo con estilo barroco. Mi garganta quema con el primer sorbo, juego con el líquido del vaso, y tomo otro sorbo.
Siento unos brazos rodearme el torso, me tenso y miro para atrás los ojos de Nala me reciben, así que me relajo al instante. Intento poner mi máscara simpática aunque por dentro solo quiero matar a esa intrusa que entra por la puerta cogida del brazo de Lucca.
No siento que le guste a Nala, es coqueta con todos, sonríe, abraza y besa en la mejilla a todos. Es demasiado simpática, por ello no creo que le guste, todo lo contrario a Lucca que parece que le guste y se ve a leguas. Puedes irte a la luna y seguir notando esos horribles ojos casi siempre en el culo o en los pechos de Alyra. Esta parece que no se da cuenta, sin embargo yo sí.
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Crucero Sebican
Romance¿Quien no le gustaría un crucero por Europa o el Mar Atlántico incluso por el Mediterráneo? Sientes tantas ganas por que empiecen las vacaciones de verano, que ni si quiera piensas en nada más que en aboradar ese maldito crucero y disfrutar. Crucer...