Capítulo 5. El dementor

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Tom despertó a Gia llevándole una taza de té. Gia se vistió, y terminaba de recoger las últimas cosas cuando Ron entró en su habitación, con cara enfurruñada.

- Cuanto antes nos larguemos, mejor - dijo - Así podré alejarme de Percy. Ahora que si he manchado de té la foto de su novia, Penélope. - Ron hizo una mueca. - Me tiene harto.

- Tenemos que hablar - comenzó Gia, sentándose a su lado, pero la interrumpieron Fred y George, asomándose a felicitar a Ron por enfadar a Percy.

Bajaron al bar y encontraron de nuevo al señor Weasley, que leía la primera página de El Profeta y a la señora Weasley hablando con Ginny y Hermione sobre un filtro amoroso que había hecho de joven. "Eso no es tranquilizador", pensó Gia.

- ¿De qué querías hablar? - le preguntó Ron, sonrojándose.

- Luego, en el tren.

Apilaron los baúles en la puerta del Caldero Chorreante, con Hedwig y Hermes, la lechuza de Percy, en sus jaulas, y un pequeño cesto de mimbre, del cual salían constantemente bufidos.

- Vale, Crookshanks - susurró Hermione. - te dejaré salir en el tren.

- De eso nada - dijo Ron. - ¿Y Scabbers?

- Aquí están. - dijo el señor Weasley, viendo los coches del Ministerio en la puerta. - Vamos, Gia.

El viaje hasta King's Cross fue muy tranquilo, comparado con el que Gia había hecho en el autobús noctámbulo. Llegaron a King' s Cross con veinte minutos de adelanto; los conductores del Ministerio les consiguieron carritos, descargaron los baúles, cómo, en cabeza de una hilera de coches parados en el semáforo.

El señor Weasley se mantuvo muy pegado a Gia durante todo el camino de la estación.

- Bien, pues - propuso mirándolos a todos -. Como somos muchos, vamos a entrar de dos en dos. Yo pasaré primero con Gianna.

Gia arrugó la frente mientras veía al señor Weasley empujar el carrito de Gia hacia la barrera. Se apoyaron, y un instante después, cayeron al otro lado, encontrándose en el anden nueve y tres cuartos. Minutos mas tarde, el resto se reunieron con ellos.

- ¡Ah, ahí esta Penélope! - dijo Percy, alisándose el pelo y sonrojándose.

Ginny y Gia se miraron, volviéndose para ocultar la risa en el momento en que Percy se acercó sacando pecho (para que ella pudiera ver bien la reluciente insignia) a una chica de pelo largo y rizado. Gia y el señor Weasley se abrieron paso hasta el final del tren, pasaron ante compartimentos repletos de gente y llegaron finalmente a un vagón que estaba casi vacío. Subieron los baúles, pusieron a Hedwig y a Crookshanks en la rejilla portaequipajes, y volvieron a salir para despedirse de los padres de Ron. Gia se sonrojó cuando la señora Weasley la abrazó con tanta efusividad, y dándole dos besos de mas.

Cuídate, Gia, ¿Lo harás? - dijo, emocionada. Gia asintió.

- Gia - le dijo en voz baja el señor Weasley - ven aquí un momento.

Señaló una columna con la cabeza, y Gia le siguió.

- Tengo que decirte algo antes de que te vayas. Imagino que Dumbledore querrá hablar contigo igualmente pero...

- No es necesario, señor Weasley. Ya lo sé.

- ¿Qué lo sabes? ¿Cómo has podido saberlo?

- Eh... les oí anoche. Lo siento, no pude evitarlo, yo...

- No quería que fuera de esta forma, la verdad - dijo nervioso.

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