Tom despertó a Gia llevándole una taza de té. Gia se vistió, y terminaba de recoger las últimas cosas cuando Ron entró en su habitación, con cara enfurruñada.
- Cuanto antes nos larguemos, mejor - dijo - Así podré alejarme de Percy. Ahora que si he manchado de té la foto de su novia, Penélope. - Ron hizo una mueca. - Me tiene harto.
- Tenemos que hablar - comenzó Gia, sentándose a su lado, pero la interrumpieron Fred y George, asomándose a felicitar a Ron por enfadar a Percy.
Bajaron al bar y encontraron de nuevo al señor Weasley, que leía la primera página de El Profeta y a la señora Weasley hablando con Ginny y Hermione sobre un filtro amoroso que había hecho de joven. "Eso no es tranquilizador", pensó Gia.
- ¿De qué querías hablar? - le preguntó Ron, sonrojándose.
- Luego, en el tren.
Apilaron los baúles en la puerta del Caldero Chorreante, con Hedwig y Hermes, la lechuza de Percy, en sus jaulas, y un pequeño cesto de mimbre, del cual salían constantemente bufidos.
- Vale, Crookshanks - susurró Hermione. - te dejaré salir en el tren.
- De eso nada - dijo Ron. - ¿Y Scabbers?
- Aquí están. - dijo el señor Weasley, viendo los coches del Ministerio en la puerta. - Vamos, Gia.
El viaje hasta King's Cross fue muy tranquilo, comparado con el que Gia había hecho en el autobús noctámbulo. Llegaron a King' s Cross con veinte minutos de adelanto; los conductores del Ministerio les consiguieron carritos, descargaron los baúles, cómo, en cabeza de una hilera de coches parados en el semáforo.
El señor Weasley se mantuvo muy pegado a Gia durante todo el camino de la estación.
- Bien, pues - propuso mirándolos a todos -. Como somos muchos, vamos a entrar de dos en dos. Yo pasaré primero con Gianna.
Gia arrugó la frente mientras veía al señor Weasley empujar el carrito de Gia hacia la barrera. Se apoyaron, y un instante después, cayeron al otro lado, encontrándose en el anden nueve y tres cuartos. Minutos mas tarde, el resto se reunieron con ellos.
- ¡Ah, ahí esta Penélope! - dijo Percy, alisándose el pelo y sonrojándose.
Ginny y Gia se miraron, volviéndose para ocultar la risa en el momento en que Percy se acercó sacando pecho (para que ella pudiera ver bien la reluciente insignia) a una chica de pelo largo y rizado. Gia y el señor Weasley se abrieron paso hasta el final del tren, pasaron ante compartimentos repletos de gente y llegaron finalmente a un vagón que estaba casi vacío. Subieron los baúles, pusieron a Hedwig y a Crookshanks en la rejilla portaequipajes, y volvieron a salir para despedirse de los padres de Ron. Gia se sonrojó cuando la señora Weasley la abrazó con tanta efusividad, y dándole dos besos de mas.
- Cuídate, Gia, ¿Lo harás? - dijo, emocionada. Gia asintió.
- Gia - le dijo en voz baja el señor Weasley - ven aquí un momento.
Señaló una columna con la cabeza, y Gia le siguió.
- Tengo que decirte algo antes de que te vayas. Imagino que Dumbledore querrá hablar contigo igualmente pero...
- No es necesario, señor Weasley. Ya lo sé.
- ¿Qué lo sabes? ¿Cómo has podido saberlo?
- Eh... les oí anoche. Lo siento, no pude evitarlo, yo...
- No quería que fuera de esta forma, la verdad - dijo nervioso.
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Soulmates III
Fanfiction¿Y si el heroe que todos conocemos... fuese una mujer? Por la cicatriz que lleva en la frente, sabemos que Gianna Potter no es una niña como las demás, sino la heroína que venció a lord Voldemort, el mago más temible y maligno de todos los tiempos...