Capitulo 10. El mapa del merodeador

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POV Draco

- Por lo menos hemos visto a Potter perder. - decía Flint en la sala común tras el partido. Clavó sus ojos en Draco con severidad. - Ahora sabemos que no es invencible, así que ya lo sabes. Sin piedad. - le previno.

Pero Draco ni siquiera le escuchaba. Se limitó a asentir porque su cabeza le decía que debía hacerlo, pero su mente reproducía una y otra vez la tormentosa caída de Potter de la escoba, mientras Diggory atrapaba la snitch. Había sido tan estúpidamente caballeroso que había pedido que se anulara y repitiera el partido, pero hasta Wood había aceptado la derrota. "Y ella también la aceptará, porque es una bendita santa".

- ¿Visteis como quedó tirada? - se burló Pansy. - Parecía una muñeca rota, pensé que se había matado. - Miró de reojo a Draco a su lado, que fruncía el ceño. Como si la idea de Potter muerta le atormentara. - ¿Qué te pasa a ti?

- ¿A mi? Nada. - gruñó. - Calculaba los puntos para poder ganar la copa este año. - Pansy asintió, pero enseguida se le borró la sonrisa, en cuanto Daphne se sentó al lado de Draco a hacerle carantoñas.

Pero el rubio ni se inmutó. Seguía pensando en Potter y en su caída, y en si estaría bien. Se levantó sin decirles nada y se dirigió a la puerta con intención de ir a la enfermería, hasta que encontró a Blaise por el Gran Comedor. Su amigo alzó una ceja en cuanto vio a dónde se dirigía.

- Está bien. Es Potter. Parece que este hecha de acero de duendes. Un poco pálida, pero será por los dementores. - le informó. - Se ha quedado con Ron y Hermione.

- En realidad me da lo mismo - mintió. - Además, ya tiene a su noviecito para que se preocupe por ella. - dijo con celos. Blaise aguantó una risita.

- Me iba a hacer el trabajo de Snape, ¿te vienes? - le ofreció. Él se encogió de hombros, siguiéndolo hasta la biblioteca.

- ¿A qué vendría esta chorrada de trabajo? - se preguntó en voz baja al cabo de unas horas.

- Gia me contó que en su clase replicaron. Y tienes que reconocer que tienen razón. - Draco gruñó. - ¿Hombres lobo, de repente?

- Conozco a Snape. No creo que haya sido al azar. - comentó, mirando las fases de la luna, y anotó un par de datos. Arrugó la frente al consultar el calendario. "La luna llena fue hace solo unos días", pensó. "Concretamente...". Blaise lo miró.

- ¿Pasa algo? - preguntó ante su cara de extrañeza.

- No. - respondió. - Nada.

***

- ¡LÁRGATE, IDIOTA! - bramó, empujándolo hacia el colegio. El ruido de una carrera los distrajo. Miraron hacia el bosque y vieron que Lupin se acercaba corriendo hacia ellos. Sin pensarlo dos veces, lo cogió del brazo, tirando de él, para huir hacia el colegio.

- ¡No me toques con tus sucias manos de mestiza, Potter! - cinco minutos después se arrepintió de esas palabras. Lupin fijó sus ojos en él. Gia trataba de mandarle hechizos con la mano, pero estaba tan asustada que no acertaba. Desesperada y viendo que cada vez se acercaba mas a él, Gia optó por empujarlo contra el suelo en el momento en que estaba a punto de lanzarse encima para despedazarlo, mientras le lanzaba un Expelliarmus. Lupin voló quince metros, golpeándose contra un árbol y quedando inconsciente. Durante un momento, solo se oyeron sus respiraciones agitadas.

- Vete de aquí. - le exigió Gia con voz temblorosa.

- Potter...

- ¡HE DICHO QUE TE LARGUES! - volvió a bramar. En sus ojos apareció un brillo ambarino que le dio tanto miedo que no se atrevió a cuestionarla. Impactado, se levantó temblando del suelo, sin apartarle la vista. El reflejo de la luna la iluminó mejor y entonces pudo darse cuenta de que se aferraba a su gemelo derecho, en el que había dos líneas ensangrentadas.

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