Malfoy no volvió a las aulas hasta última hora de la mañana del jueves, cuando compartían clase de Pociones con Slytherin. Entró con aire arrogante, con el brazo en cabestrillo y cubierto de vendajes, comportándose como si creyera que era un veterano de la Segunda Guerra Mundial.
- ¿Qué tal, Draco? - le dijo Pansy Parkinson, sonriendo como una tonta -. ¿Te duele mucho?
- Si - dijo con gesto de hombre valiente y en voz alta, buscando que Gia lo oyera. Gia vio como le guiñaba un ojo a Crabbe y Goyle cuando Pansy apartaba la vista.
- Sigue igual de idiota que siempre - le dijo Gia a Hermione. - Por lo que no es tan grave. - Hermione soltó una risita.
- Siéntate - le dijo Snape amablemente.
Aquel día elaboraban una nueva pócima: una solución para encoger. Malfoy colocó su caldero convenientemente al lado de Gia, para preparar los ingredientes en la misma mesa.
- Profesor - dijo Malfoy - necesitare ayuda para cortar las raíces de margarita, porque con el brazo así no puedo.
-Weasley, cortárselas tú - ordenó Snape, sin alzar la vista. Gia clavó el cuchillo de cortar en la mesa, provocando una marca. Una de las luces tintineó. Ron se puso como un tomate.
- No le pasa nada a tu brazo - le dijo a Malfoy entre dientes.
- Es verdad. - dijo Gia - El problema lo tiene en el cerebro. Pero eso no hay vendaje que lo cure.
Malfoy le dirigió una mirada desde el otro lado de la mesa.
- Ya has oído al profesor Snape, Weasley. Córtame las raíces.
Ron cogió el cuchillo, acercó las raíces de Malfoy y empezó a cortarlas mal, dejándolas todas de distintos tamaños.
- Profesor - dijo Malfoy, arrastrando las sílabas -, Weasley está estropeando mis raíces, señor.
Snape fue hacia la mesa, aproximó la nariz ganchuda a las raíces y dirigió a Ron una sonrisa desagradable, por debajo de su largo y grasiento pelo negro.
- Dele a Malfoy sus raíces y quédese usted con las de él, Weasley.
- Pero señor...
Ron había pasado el último cuarto de hora cortando raíces en trozos exactamente iguales.
- Ahora mismo - ordenó Snape, con su voz más peligrosa.
Ron cedió a Malfoy sus propias raíces y volvió a empuñar el cuchillo.
- Profesor, necesitaré que me pelen este higo seco - dijo Malfoy, con voz impregnada de risa maliciosa.
- Potter, pela el higo seco de Malfoy - dijo Snape, echándole a Gia una mirada. Gia soltó el cuchillo y se cruzó de brazos, mirándole fijamente.
- No - dijo con firmeza.
- Potter, pela el higo seco de Malfoy - repitió.
- He dicho que no. - repitió. - Que se quite el vendaje ese de pantomima que lleva y que lo pele él. O si necesita ayuda, seguro que Parkinson estará mas que encantada de lamerle los zapatos a Malfoy. Pero yo no pienso hacer nada por este imbécil - toda la clase se quedó mirándola asombrados, mientras Malfoy la miraba cargado de ira.
- Hazlo o te castigaré.
- Castígueme. - le retó. - El año pasado me desaparecieron los huesos del brazo y el lunes estaba en clase. Nadie hizo nada por mi, yo pude sola. Si eres lo bastante gallito para meterte con un hipogrifo porque eres tonto y no escuchas, es tu problema. - le acusó Gia a Malfoy. - Deja de comportarte como un crío y madura.
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Soulmates III
Fanfic¿Y si el heroe que todos conocemos... fuese una mujer? Por la cicatriz que lleva en la frente, sabemos que Gianna Potter no es una niña como las demás, sino la heroína que venció a lord Voldemort, el mago más temible y maligno de todos los tiempos...