Baekhyun miró su reflejo en el espejo del sastre en la tienda y sonrió. Su rostro había retomado un color saludable y sus mejillas se habían puesto regordetas otra vez. El tiempo que llevaba en palacio y alimentándose de la comida de Minseok, el chef del palacio que adoraba ver sus mejillas llenas de pan y dulces, además del descanso activo comenzaban a devolverle la vida. Aeri había resultado ser un amor de persona y, como había prometido, le presentó a Chanyeol a las elfos que se escondían en el trabajo de palacio. Todas coincidían en la misma historia lo que hizo a ambos sospechar pero decidieron tomar acciones después.
- Todo listo, mi príncipe – dijo el sastre y enrolló su larga cinta devuelta al bolsillo – El traje le sentará espectacular.
Era otra cosa que había cambiado. Aunque el ser el segundo hijo del clan Byun le hacía técnicamente alguien de la realeza, su vinculación con Chanyeol la acentuaba. Los trabajadores de palacio con los que interactuaba le llamaban "Mi príncipe" y sus mejillas se tornaban del color de los cerezos más maduros del reino para la diversión de todos.
- Gracias a usted, señor Yang – agradeció el joven con un suave gesto – Recuerde hacer el de mi doncella más holgado.
- Sí, mi príncipe.
El banquete real sería en dos días. El consejo de Chanyeol estuvo muy dispuesto a la invitación para conocer al nuevo futuro príncipe consorte, algo de lo que el alto estaba muy orgulloso, y por todo el palacio y la ciudad se sentía el ánimo de felicidad. Baekhyun por su parte estaba de los nervios. Una parte suya deseaba con todas sus fuerzas ser aceptado por el pueblo y el consejo más que nada mientras la otra temía lo que pasaría ese día: había un traidor en el palacio y debían averiguar quién. Se montaron en el carruaje y fueron al segundo lugar del día: la pastelería.
Había un rumor de que una de las mujeres dragón* más fuerte del reino cocinaba los mejores pasteles de la ciudad. Baekhyun siendo quién era, le pidió a su doncella que le contara la veracidad de estos hechos, a lo que Aeri determinó que le enseñaría las grandes sitios del reino. Llevaban dos y Baek ya quería irse a casa.
El olor a pan recién horneado sacudió las fosas nasales de Baekhyun al punto de hacer a su estomágo gruñir. Bajaron del carruaje y entraron al paraíso. Panes, dulces, galletas y todo elemento de bollería adornaba el lugar. Las mesas estaban alineadas la una a la otra con dos sillas para cada una y adornos florales en el centro de las mesas. Se acomodaron en una de las mesas y esperaron pacientemente a que los atendieran por lo lleno del lugar. Pocos minutos más tarde, una joven se acercó a ellos. Su cabello negro era como el ébano y una sonrisa casi adorable e infantil los saludó con una mirada inocente.
- Buenas tardes, ¿puedo ayudarles en algo esta bella tarde? - preguntó con amabilidad – Mi nombre es Yerim y seré su camarera el día de hoy.
- Buenas tardes amable señorita, podría usted traernos la especialidad de la casa del día – Baekhyun pidió con la misma amabilidad – Y, ¿podría informarle a la dama Seulgi que le esperamos aquí?
- Por supuesto, señor – hizo una alegre reverencia y se dirigió a la cocina con las órdenes para entregar.
- Es usted tan amable siempre, mi Príncipe – dijo Aeri observandole - ¿Por qué?
- Todos merecemos ser tratados con amabilidad y respeto, Aeri. En mi tierra nunca me trataron con amabilidad, mi propia familia quiero decir, y eso me ha afectado un poco. Deseo ser amable con todos aunque por dento muera por maldecirle o decirle cosas ofensivas.
- No puede ser siempre así, ¿sabe?
- Loey me lo dice a veces, sí. Pero tampoco es algo que pueda cambiar en mi personalidad. - suspiró desviamdo la vista – Oh, es ella.
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Two Moons: Kingdom [ChanBaek] (Terminada)
FantasyEra algo etéreo. La manera genuina en la que se miraban tras las cortinas con las coronas de espinas sobre la cabeza y las manos fielmente entrelazadas mientras a sus espaldas aquel lugar malvado ardía bajo las llamas del fuego de Loeyhra. A Chanye...