La primera vez que tomó una vida no fue un accidente. Le había costado trabajo investigar en el pasado pero, lo había logrado. Tenía un posible nombre, un apellido e incluso una ubicación de su objetivo. Recién había cumplido 17 años cuando dió el primer paso sólido. Deseaba torturar tranquilamente con su arma favorita al primero mas no podía alertar a sus enemigos escondidos.
La noche cubría Baela como un fino manto cuando el hijo perdido regresó a casa. A paso firme su sangre elfo corrió por sus venas y los guardas intrigados por su presencia intentaron detener su paso. Vestía el negro y la insignia de escamas color fuego en su corazón. Llevaba el cabello largo, color negro como su difunto padre y la mirada dura como el hombre que lo creo.
- ¿Quiés es usted? - preguntó un elfo al verle dirigirse con fuertes pasos hacia ellos - ¡Identifíquese!
- Chanyeol, Príncipe Heredero de los Elfos y Rey de los Dragones – dijo con voz dura dejando estupefactos a los guardias del Portón - ¿Debería decirle al Elfo Líder que no dejaron pasar a su nieto?
- No, Su Gracia. - bajaron las armas e inclinaron la cabeza en señal de respeto – Dísculpeme Su gracia.
Los soldados se apartaron abriéndole el paso y él continuó su camino hacia la Casa Mayor. La diferencia entre ambos lugares era notable. Dónde en el Reino Baelia la vegetación abundaba en todas partes y la alegría rondaba cada rincón de la ciudad, la casa de los elfos era un lugar más bien congelado en el Tiempo. No pretendía juzgar un lugar en el que estaría poco tiempo pero, esperaba con honestidad que la mañana lo mejorase. Encontró la Casa Mayor y caminó hacia ella con un nudo en la garganta. Este era el lugar de su madre y, el único que aún se sentía así. Chanyeol podía oler la esencia de rosa mosqueta que envolvía a su madre en primavera y se le apretujó el corazón. Podría aprovechar esta extraña visita para recordarle y aprender un poco más del lado que rechazó.
Tocó la puerta dos veces y un cuerpo menudo se estrelló contra él por detrás. El impacto lo tomó por sorpresa e inmediatamente sus sentidos se activaron. Giró rápidamente y, además de acoger el pequeño cuerpo que lo había chocado, enfocó la vista entre la oscuridad. Dos contra uno no era un número ventajoso para que sucediera una pelea y mucho menos si la persona era de un tamaño y proporciones inferiores.
- Ah.... - uno de ellos observó a Chanyeo con mirada desafiante y una ceja arqueada - ¿Puedes por favor darnos a nuestro amigo? Tenemos un asunto que tratar con él.
Chanyeol observó a los hombres con escepticismo y negó.
- No lo creo
- Mira, no queremos problemas contigo, extraño. Danos a la palomita y nos volvemos por nuestro camino sin tratarte muy mal.
Chanyeo miró al chico que abrazaba y sintió su miedo a través de su ropa. Quiso saber si estaba bien así que intentó transmitirle seguridad lo más que pudo. Llevó su mirada a los dos hombres que los observaban con disgusto y supo la razón de la persecusión casi inmediatamente. Alzó su mano e hizo un círculo de fuego alrededor de los dos hombres asustandoles lo suficiente. Sin embargo, el líder gruñó y apuntó al jovencito.
- ¡Es un marica! No sé porqué lo defiendes pero no..
A Chanyeol habían pocas cosas que lograban irritarlo. Podías ser el hijo de puta más deshonroso de los reinos siempre que respetaras su posición aunque no lo conocieras. Pero lo que más le cabreaba era que subestimaran su inteligencia por salir de una situación. Apretó el círculo de fuego y soltó al muchacho. Se acercó a los elfos paso a paso a medida que apretaba mas lo que los sujetaba.
- Detesto cuando intentan engañarme porque son lo suficientemente débiles para detenerme – agarró del cabello al hablador y le gruñó enseñando sus colmillos – ¿Y sabes que les hago a quién trata de persuadirme? Lo quemo vivo, lentamente para que aprenda a no meterse con quién no puede.
- Tú no tienes poder aquí...
- Oh, de hecho lo tengo – rió con desprecio y apretó más fuerte su mano – Soy el nieto de tu líder.
Sus ojos se tornaron del color sangre y su iris cambió al de la serpiente. Loeyhra estaba en la superficie mas no deseaba manchar su cuerpo con esa sangre sucia. El círculo de fuego aumentó y envolvió a ambos elfos hasta consumirlos y quemarlos a fuego vivo mientras Chanyeol y su otra mitad, disfrutaban de la vista y del olor agradable de la carne cocinada. Suspiró chasqueando los dedos para borrar las cenizas y retomó su lugar analizando al joven que salvó.
Era menudo, su cabello llegaba a media espalda y era color negro como el suyo. Sus manos no paraban de temblar y no levantaba la vista para nadie.
- Supongo que debería preguntar tu nombre – el chico dió un pequeño salto al escuchar la voz profunda – Soy Chanyeol.
- Kyungsoo – habló en voz baja y sin mirarle – Gracias por ayudarme.
- No me gustan los abusos y, menos con quienes aparentan debilidad – Kyungsoo alzó la vista y parpadeo – Imagino que en la noche no puedes usar tus poderes o no debes hacerlo pero, sé que en tí habita un poder bastante grande. Ten una buena noche.
Rodó los ojos mirando la puerta cerrada. Retrocedió unos pasos y captando una ventana en su costado, dió un salto alto subiendo al balcón, y abriendo la ventana entró a la residencia dónde el elfo mayor vivía. Abrió la ventana y se coló dentro dejando a su pequeño rescate afuera. Chasqueó las velas encendiendo cada una de ellas dentro de la habitación observándolo todo a su alrededor. Era un lugar bastante simple, lleno de fotografías viejas y pinturas de acuarela. Una cama con dosel pegada a la pared y un escritorio que se usaba lleno de pinturas y otros utensilios. El olor a tierra mojada y flores silvestres formaban parte del lugar y tenía todo su sistema revuelto.
Meneó la cabeza ante la sutil idea de quién pudiera ser el portador de aquel olor, cuando la puerta se abrió de par en par y no pudo camuflarse rápidamente. El verde y el negro chocaron como dos mundos diferentes mientras los motores del cuerpo agilizaron su paso. El recién llegado era perfecto, un rostro casi divino hecho para él, con aquel olor particular que lo atraía como un imán. Ambos parpadearon mientras la realización de lo que significaban para cada uno se asentaba como la verdad de las palabras.
- ¿Quién eres tú? - fue la pregunta que colgó en el aire cuando finalmente su segunda sangre despertó y el intruso desapareció en la oscuridad de la noche. El jovenzuelo tragó saliva y observó el lugar. Dónde antes su pareja estaba de pie, ahora iluminaba la brillante luna que había salido por primera vez en años.
N/A: Me acabo de dar cuenta de que no les puse al Chanyeol o al Baekhyun de esta historia así que les dejo a Yeollie en la multimedia para que disfruten como se ve.
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Two Moons: Kingdom [ChanBaek] (Terminada)
FantasyEra algo etéreo. La manera genuina en la que se miraban tras las cortinas con las coronas de espinas sobre la cabeza y las manos fielmente entrelazadas mientras a sus espaldas aquel lugar malvado ardía bajo las llamas del fuego de Loeyhra. A Chanye...