- ¡Esto no era parte del plan! - Luhan golpeó en la mesa - ¡Por tu irresposabilidad me están buscando!
El reloj de arena había sido volteado una vez más. Se habían dejado demasiados cabos sueltos en el entremedio y ahora, después de todo su esfuerzo, Luhan estaba siendo perseguido. Desde el descubrimiento del envenamiento de Baekhyun, trató de pasar lo más desapercibido posible. Sin embargo, aquella conversación de Junmyeon y Chanyeol le alertó de sobremanera. Ya no le llamaban para las reuniones en el Consejo y no había sido invitado personalmente a la cena de presentación del maldito elfo usurpador.
- Ví mi oportunidad y la tomé, dragón – respondió Minhyun con calma – Deberías saber que es así como funciona el mundo.
- ¡Eres un imbécil!
- Cuida tus palabras – le apuntó con el dedo – Estás en mi territorio personal.
- ¿Crees que no sé que tu objetivo principal es matar a tu propio hijo? Eres tan débil como mi padre lo fue alguna vez.
Byun Minhyun sonrió y negó a la vez. Se decía que los dragones eran seres inteligentes pero al parecer, este dragón era una total pérdida de tiempo. Que quería la cabeza de su hijo colgada en la entrada de Fhaler era cierto. Sin embargo, sabía que ganaría más poder si ganaba su confianza y luego lo encerraba. Un dragón no podía estar sin su pareja y los elfos morían del dolor.
- Tráeme a Baekhyun, dragón – pronunció – Quiero a mi hijo vivo.
- Chanyeol nunca dejará...
- Entonces mátalo – confirmó con veneno – Reclama el poder que te pertenece desde hace siglos y tráeme a la puta de mi hijo.
Luhan asintió y cubrió su cabeza con el gorro negro. Sería su última misión contactando con esa basura, de eso estaba seguro pero era demasiado tarde para arrepentirse. Utilizó sus escondrijos para colarse en el palacio y, subió a su antigua habitación escóndiendose. Un grito de dolor se filtró por las paredes y sus ojos se cerraron automáticamente. Él lo sentía, realmente lo hacía. Compadecía a la Reina de los elfos por el sufrimiento que le había causado pero no podía detenerse ahora. Su familia llevaba muchos años en este trabajo sucio. Lamentablemente, a él le había tocado asumir los errores de su progenitor.
- Pensé que nunca regresarías – el tío de Chanyeol estaba de pie en medio de la habitación con las manos a la espalda - Arrastrándote a tu ratonera.
- Supongo que no debería sorprenderme que esté aquí – se despojó de su capa y le enfrentó – Ni siquiera preguntaré como entró aquí.
- Tengo acceso a todo el castillo muchacho – sonrió para si mismo – Más del que tu has descubierto pero, debo admitir que estoy orgulloso de tí. Utilizar los pasajes para reunirte con el elfo debe ser gratificante.
Se le heló la sangre. Aquel dragón era demasiado fuerte para luchar contra él y era imposible huir de la habitación. Junmyeon achicó los ojos analizándole. Cada rasgo facial le recordaba a alguien muy conocido y su actitud infantil era demasiado para su paciencia.
- ¿Qué quieres? - preguntó Luhan al sentir un peso en sus hombros que le hizo arrodillarse y le cortó la respiración – Detente... por favor...
- El día que me deshice de tu padre te advertí que si cometías un error en este palacio eras dragón muerto, Xi Luhan. Hoy te aseguro de que si vuelves a tocar a Park Baekhyun una vez más, no quedará pedazo de la tierra dónde Chanyeol no te encuentre y no te mate.
Luhan tragó saliva e intentó liberarse pero era imposible.
- No me subestimes, rata. Dominé este reino por años para que Chanyeol los liderará con justicia para que vengan tú y ese despreciable elfo a arruinarlo – Junmyeon escupió en sus rodillas y lo pegó al techo – Espera con cautela tu turno, Luhan.
Su cuerpo cayó al suelo con un estruendo y la puerta se cerró tras Junmyeon. Luhan contó hasta cinco mientras intentaba recuperar el aire. Apretó su puño conteniendo su molestia y se levantó en ira. Junmyeon nunca le había tratado con respeto; era infame como por ser hijo de Xi era visto como un posible problema en el Consejo. Pero la advertencia sería escuchada. Él no pensaba quedarse en Baelia ni un minuto más aunque la orden del elfo Byun golpease su mente.
Tenía que hacer algo rápido.
Empacó en un baúl sus pertenencias más queridas y las selló con un hechizo familiar. Usó la poca fuerza que le quedaba para esconderlo en el pasadizo que usaría para huir y en un momento, olisqueó la presencia de Baekhyun en un lugar cercano. Sonrió para sí mismo tomando su daga más discreta y aún envuelto en ira salió a su búsqueda.
Todo era su culpa. Si él no hubiese informado que Baekhyun existía quizás Chanyeol se hubiese abstenido de buscarle, enamorarle y hacerle un hueco en el lugar que Luhan con tanto esfuerzo se ganó en el Consejo como su mano derecha. Baekhyun era una plaga que él mismo exterminaría esa tarde. Lo localizó entrando a la biblioteca en soledad. Espero con cautela que la puerta se cerrara y segundos más tarde, se coló dentro con una sola cosa en mente: matar.
La biblioteca de palacio solía ser su lugar favorito del Reino, por lo que conocía de memoria cada rincón pequeño que podía usar a su favor. Las luces se apagaron a medida que Baekhyun caminaba mientras él se movía entre las sombras. En una escena bastante tétrica, Baekhyun encontró una estantería perfecta y mientras intentaba alcanzar el libro más alto, Luhan se acercó lo suficiente hasta bajar la daga y clavarla en su hombro.
El rubio giró el rostro con una sonrisa y empujó con el codo al traidor. El cuerpo rígido golpeó la estantería trasera con fuerza y cayó encima de todo con un gemido. Baekhyun tomó la filosa daga y la sacó rabiando de dolor. Luhan le miró sorprendido, no había criatura viva que su daga tocase que no muriera casi en el acto.
- Realmente eres un incordio, plaga – escupió Luhan con furia – ¡Deberías haber muerto cuando naciste!
- Créeme que mi propio padre me ha dicho eso más veces de las que desearía haber escuchado – respondió el elfo con indiferecia – Tú, por el contrario, me das tanta lástima.
Baekhyun no solía ser alguien de armas, las detestaba de hecho, pero quizás era algo que tenía dentro cuando lanzó la daga y la clavó cerca de la ventana.
- ¿Te mandó mi padre a matarme? Estoy seguro que sí, él jamás se ensuciaría las manos con mi persona.
- No sigo mando de nadie – se levantó arreglando su ropa preparado para atacarle – Te desprecio tanto, Byun Baekhyun.
- ¿Por qué Luhan? - preguntó Baekhyun frunció el ceño – Apenas me conoces. ¿O acaso hay algo que yo no sé?
Luhan negó alejando esos pensamientos y volvió a la carga. Empujó a Baekhyun e intentó agarrarle mas este lo esquivó varias veces. Bailaban una danza rítmica de evación pero mientras la herida del elfo dolía, con su energía llamó a su otra mitad con urgencia. Baekhyun estaba pálido y su ropa se tornó completamente sangrienta.
La puerta de la biblioteca fue abierta de repente y Luhan sintió el alma abandonar su cuerpo. Chanyeol caminaba hacia ellos mitad humano mitad dragón con el iris serpentino listo para matarlo. Intentó huir por la ventana pero, Baekhyun bloqueó su cuerpo con un suspiro de aire frío. El dragón tomó a su pareja levantándola del suelo y con sus dos manos teniendo especial cuidado en no dañar lo que sangraba.
- Esto dolerá un poco – habló la voz ronca de Chanyeol en el oído de Baekhyun y el híbrido, lamió la herida suavemente escuchando el quejido de su pareja. - Vamos te llevaré a salvo.
Luhan gruñó estancado en el lugar sin poder moverse y Chanyeol volteó a verle.
- Xi Luhan, eres condenado a muerte por alta traición al Rey y al Príncipe – pronunció Chanyeol – Serás incinerado en el aire y tus pertenencias por siempre desterradas del reino. Espero que estés feliz con eso.
- Solo lamento no haberlo matado antes – enunció con veneno – Mi familia no me dejará morir.
- Eso ya lo veremos – rió Baekhyun mientras los guardias entraban al lugar – Que tengas una buena muerte, hermanastro.
No pressure. Disfruten que solo quedan 3 finalmente (suspira de alivio)
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Two Moons: Kingdom [ChanBaek] (Terminada)
ФэнтезиEra algo etéreo. La manera genuina en la que se miraban tras las cortinas con las coronas de espinas sobre la cabeza y las manos fielmente entrelazadas mientras a sus espaldas aquel lugar malvado ardía bajo las llamas del fuego de Loeyhra. A Chanye...