Two Moons: Kingdom [ChanBaek] (Terminada)

Capítulo 11: Amenazas

Baekhyun siseó cuando el paño rozó sus heridas. Dolía como la mierda todo lo que había pasado pero había valido la pena. Baekhyun quería ser libre de alguna manera. Ser capaz de ver el mundo y de encontrar a su pareja en algún momento... Pero entrar a la oficina de su padre había sido un movimiento muy estúpido de su parte. Y aun así no se quejaba de su hallazgo.

Su padre era más que psicópata. Tenía planes horribles para los líderes elfo y todo su ser sentía naúseas de estar emparentado a alguien como él. Mas si ese era el precio de su libertad estaba más que dispuesto a hacer lo necesario para obtenerlo independientemente de las razones de Chanyeol.

- Estate tranquilo, por favor – siseó LuHan tras él con el rostro enfurruñado – Te dolerá más si te mueves.

El rubio asintió y trató de aguantar el dolor lo más que pudo. Sus pensamientos viajaron entonces lejos de su trauma y rememoran la tarde anterior. Sus mejillas se sonrojaron al recordar la forma tan peculiar en la que su cuerpo se amoldó al del líder de los dragones mientras compartían aquel beso que develó muchas cosas para él. La venda se había levantado y determinó la razón por la que se sentía tan bien alrededor del Rey de los Dragones y su inaudita curiosidad.

La puerta se abrió y el dueño de sus pensamientos entró a paso firme y seguro con su larga túnica arrastrandose por el suelo. Giró el rostro cuando Luhan se detuvo y se levantó ofreciendo una reverencia.

- Ya puedes irte, Luhan – el pelinegro asintió dándole una mirada larga a Bakehyun – Yo terminaré de curarlo.

Luhan caminó apresuradamente a la salida y cerró la puerta tras de sí. Baekhyun eligió ese momento para apoyarse en su codo y girarse para observar a su pareja quitarse el exceso de ropa del día.

- Me pregunto que le pasó a Luhan que no hizo ni un solo comentario sarcástico a mi alrededor – señaló Baekhyun – Hoy fue particularmente agradable.

- Luhan sabrá el tamaño de mis garras si vuelve a amenzarte de alguna forma – sentenció el Rey caminando hacia el joven en su cama – Girate. Quiero ver como han sanado.

- Me pregunto porqué han demorado tanto en cicatrizar esta vez – volvió a su posición anterior – Normalmente tardan uno o dos días.

- Ha pasado casi una semana... - observó y palpó la zona – Va mejor la verdad. Ya se han comenzado a formar las costras encima de los cortes.

- Vale. Bien.

Se giró y tomó asiento sin pegar la espalda a los almohadones quedando frente a frente con Chanyeol. El líder lucía preocupado pero su mirada era cálida y suave. A veces sentía que había entrado a un universo paralelo y recibido un regalo inesperado por su resiliencia.

- ¿Qué pasa? - preguntó Chanyeol con el ceño fruncido – Te vez preocupado por algo.

- Has decidido ya que harás con mi padre? - suspiró con preocupación – Sé que suena estúpido pero, realmente no quiero que le pase nada a los líderes.

- Baekhyun – miró al peliblanco y acarició su rostro – Incluso si decidiera hacer algo contra tu sangre, mi abuelo debería saberlo. No creo que incluso si intento exterminar a su segunda línea completa me perdone tan fácilmente.

- Pero eres el heredero...

- Hace años renuncié a ese título. Solo soy el rey de mis dragones. El día futuro cuando él ya no pueda reinar más, él prometió elegir alguien lo suficientemente bueno como para seguir reinando.

- Chanyeol, mi padre planea matar a los líderes y gobernar el mismo defendiendo las crueles formas en las que antes vivían los elfos fundadores. Por más que quieras no hacer nada tendrás que hacerlo si no queremos perder lo que hoy es la pacífica Tierra de Fhaler. Mi padre es sádico y tienes la prueba de que fue quién dió la orden para matar a tus padres. Ni siquiera...

La conversación fue interrumpida por los insistentes toques en la puerta. Jongin entró sosteniendo una carta amarrada al cuello de una paloma. La pobre ave no respiraba lamentablemente lo que causó el ceño fruncido de Chanyeol.

- Nos acaba de llegar esto, Majestad – habló el consejero apresuradmente – Entró por la ventana.

Chanyeol tomó la nota y la abrió rápidamente. El contenido erizó su piel y miró rápidamente a Baekhyun confundido.

- Parece que tu padre tiene un deseo de muerte repentina - chasqueó la lengua – Dice que mejor le doy a su segundo hijo o el mismo vendrá a tu rescate.

- Oh Dios Mío

- Majestad... ¿Preparamos la entrada del Castillo por una posible amenaza? - preguntó Jongin - ¿Seremos atacados ahora?

- Prepara bien a los arqueros. Avisa a nuestros soldados que mantengan la alerta ante un posible ataque y prepara a los nuevos dragones. No alertes al pueblo, no sabemos si es una amenaza vacía o no pero es mejor precaver que lamentarnos luego.

- Sí, Su Alteza.

El joven se retiró apresuradamente dejando a Baekhyun apuntó de un colapso. El rubio temblaba de solo pensar em aquel maldito hombre yendo a atacar a los dragones solo para que Baekhyun no hablara. Aunuqe la pregunta más importante no era esa.

- Hay un traidor entre mis dragones – gruñó Chanyeol – Odio que me traicionen.

- ¿Un traidor? Pero tu gente te adora...

- Tal vez – agregó – Pero el día que te rescaté no dejé ni una sola prueba de que estuve en tu recámara y nadie me vió volar. Loeyrha es muy buena ocultándose a pesar de lo grande que es. No hay otra explicación.

- ¿Qué hacemos entonces? Por favor no dejes que me lleve...

Chanyeol atrajo a Baekhyun con cuidado de no tocar sus heridas y besó su cuello calmando los nervios del pequeño elfo.

- Nunca vas a volver a ese sitio. Eres mío ahora, parte de mi clan hasta el día que decidas irte. Hasta entonces me perteneces.

- ¿Y si nunca quiero irme?

- Entonces acabemos con todos nuestros problemas y tengamos un feliz apareamiento pequeño elfo.