Capítulo 23 La Boda

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El día de la boda real había finalmente llegado al Reino de Baelia y, la alegría podía sentirse en todos los baelianos. Restaban pocos días para la llegada del invierno, por lo que, las hojas de los árboles ya habían comenzado a caer al suelo y el fresco se sentía mucho más cerca. El encargado de hacer el traje de novio del Príncipe fue nuevamente el Sr. Yang mientras que Kang Seulgi y su hija llevarían el catering con pasteles y Minseok el resto de la comida como la ocasión en la que el Príncipe Baekhyun fue presentado.

Baekhyun estaba nervioso. En pocas horas pasaría de ser Príncipe a Rey Consorte de Baelia y, a pesar de que estaba muy seguro de que ese era el camino a seguir porque su corazón se lo decía, continuaba rodeandole cierta angustia que sería capaz de empañar el momento más feliz de su vida. Aeri y la pequeña Joy se encontraban en su recámara con la madre ayudando a peinar su cabello y la hija alegrando a Baekhyun con sus gorgojeos. Con un dedo en su naricita, se preguntó si su futuro hijo o hija sería tan hermoso y brillante como lo era su pequeña ahijada.

Sin embargo, sus pensamientos fueron volando hacia Kyungsoo. Este sería el día más importante de su vida y su mejor amigo no podría estar ahí con él. En parte era su culpa por no haberle solicitado antes a la Reina de los Elfos que su amigo viajara ni haberle dicho a Chanyeol que deseaba su presencia en la boda. Aún no habían tenido noticias de su padre y temía que el hombre usara a su amigo como venganza aunque no supiera a ciencia cierta si habían sido ellos dos.

- ¿Estás bien? - preguntó Aeri al mirarle observar a su pequeña – Pareces ido estos días.

- Han sido días movidos – suspiró – Es el día más importante de mi vida y mi mejor amigo no está aquí. Siempre pensé que ambos estaríamos en esos días pero, me doy cuenta de que cuando decidí abandonar toda la tortura en Fhaler, también lo dejé a él.

- Baekhyun – Aeri tomó asiento frente a él y observó su expresión agridulce – No creo ser yo quién diga esto pero, ese chico no forma parte de tu pasado sino de tu presente. Mientras conserves los momentos felices de ambos y sonrías al imaginar su expresión cuando hablen o cuando te suceda algo, estará siempre presente. Eso te lo puedo asegurar, querido príncipe.

- Gracias Aeri.

El reloj continuó su curso y, se vistió ayudado por otra doncella mientras Aeri daba de comer a Joy. Baekhyun agradecía tanto haberla encontrado y haberse atrevido a reclamarla como su amiga y doncella personal pues, a medida que el tiempo pasaba y sus pensamientos se entrelazaban el uno al otro, se daba a si mismo una palmada en la espalda por ello.

- ¿Cómo está mi futuro esposo? - preguntó a la doncella luego de vestirse – Gracias por tu ayuda.

- El rey está acompañado de su tío y del Sr. Sehun, su Majestad – contestó la joven e hizo una reverencia – Permiso para retirarme.

- Lo tienes.

Chanyeol solicitó que no se asomara en el balcón pues el pueblo podría verle y eso rompería la tradición pero él no pudo evitarlo. Asomó su cabeza discretamente por la ventana y jadeó de sorpresa al ver las hermosas decoraciones que se habían montado. El marrón, el blanco, el negro y el rojo eran los colores que más destacaban y agradeció al Cielo por enviarle a aquel reino cuya felicidad era más cálida que los mismos rayos del Sol.

Un suave toque en la puerta les hizo girarse y, al aceptar la presencia del nuevo invitado, Baekhyun sonrió cuando Jungwha apareció. La Reina de los elfos llevaba un vestido del mismo color de sus ojos y un tocado similar a la Corona que normalmente llevaba a eventos importantes en los que su presencia era requerida. Tras el fallecimiento del Rey y después de varios días recuperándose de la muerte trágica de su pareja, tomó el mando de los elfos con una brillante sonrisa y la mano aún más dura que su esposo. Su propio pueblo los habría traicionado y ella no se permitiría volver a confiar en alguien más a menos que fuera un dragón de su seguridad.

- ¡Te ves precioso querido! - aplaudió con alegría y los ojos brillantes – Ya empiezas a verte más como el consorte del Rey que el elfo inocente de hace unos años.

- Majestad – Baekhyun tomó su mano y le sonrió – Me hace muy feliz tenerla aquí. ¿Cómo está?

- Estoy mejor que hace un tiempo pero, no hablemos de cosas tristes ahora – acarició el rostro de Baekhyun y sacó de su bolsillo un broche entregándoselo – Este es mi regalo para tí.

Era un broche sencillo de color blanco con pequeñas filigranas de plata y con la forma del olivo representante de su pueblo. Baekhyun lo tomó en sus manos y luego el mismo lo colocó a un costado de su cabello, siendo este el único adorno en su cabello.

- Sé que mi Yunho estaría de acuerdo conmigo con que eres perfecto para mi nieto. Eres fuerte de mente y blando de corazón aunque no dudas ni un momento en aplastar a tus enemigos si ellos dañaran a tu familia. Gracias por hacer feliz a mi nieto y ser su compañero de vida por los años que vendrán, Baekhyun. - sus ojos se habían aguado al expresar cada palabra y el corazón de Baekhyun se apretujó al escucharle hablar con tanta emoción - Tú te has ganado mi bendición y la del Reino de Fhaler para tu casamiento con el Rey Regente de Baelia.

Baekhyun inclinó su rodilla y bajó la cabeza en reconocimiento. Se sentía como si su propia madre bendiciera su unión con alegría y él estaba más que satisfecho al recibirlo. Sus padres no eran importantes para ese día y, la reina era más que suficiente para llenar cualquier vacío que pudiese haber.

La campana del castillo sonó a todo volumen avisando a los baelianos que el momento había llegado. El pueblo se aglomeró a los alrededores del castillo para ver lo que pudieran del importante momento. Chanyeol iba de negro como siempre le había caracterizado. El traje de dos piezas y su larga túnica con el dragón rojo dibujado en la cola eran complementados con la Corona de Oro y escamas de dragón pequeñas rodeándolas. Baekhyun bajó a paso lento por las escaleras y el traje blanco era tan hermoso que el jadeó colectivo fue escuchado. Era como si un ángel hubiese bajado a la Tierra y los bendiciera con su presencia mas solo era un elfo enamorado de su pareja. El broche brillaba en su cabeza y la mano de la Reina en la suya era más que significativa.

- Estaba segura de que no querrías que se perdiera este momento – Baekhyun miró a la Reina con confusión – Él vino conmigo para acompañarte a tu felicidad, querido.

Do Kyungsoo vestido de verde y blanco le esperaba con una brillante sonrisa y la ilusión de volver a ver a su mejor amigo en sus ojos. Baekhyun sonrió de felicidad al verle y juraría que, si no fuera porque debía comportarse ante todos, ya habria corrido a abrazarle con lágrimas en los ojos.

- Amigo, tus deseos se han hecho realidad – habló luego de hacer una reverencia – Vamos a llevarte hacia el gigante.

- ¡Kyungsoo! - exclamó en voz baja – Estoy feliz de que estés aquí.

Baekhyun fue escoltado por la Reina a su derecha y por Kyungsoo en su izquierda. Caminaron al ritmo de la marcha nupcial de los dragones compuesta especialmente para ese día, y él disfrutó de la sensación. El castillo estaba lleno de personas incluyendo al Consejo. Chanyeol le esperaba al final del pasillo con una sonrisa que iluminó su alma y llenó su corazón aún más. ¡Qué hombre le había tocado para el resto de su vida! pensó en el momento en que sus manos se colocaron en las contrarias y no podían alejar la vista el uno del otro.

Junmyeon comenzó a hablar en Bulharin, la lengua antigua de los dragones y por suerte para Baekhyun, Chanyeol tradujó cada palabra en su mente para que supiera que se decía. Dijeron sus votos observándose a los ojos con todo el amor que se tenían desbordándose por el pecho y, el elfo juró solemnemente defender y reinar al lado de su pareja de la vida por los años que vedrían con la misma justicia y cariño que su Rey. Un beso suave y discreto selló el momento y el grito del pueblo fue más que suficiente para hacerlos sonereír.

- Gracias por recibirme – pronunció Baekhyun tomado de la mano de su pareja e hincó su rodilla en el suelo para recibir su corona – Te amo, Loey.

- Yo también te amo, pequeño elfo.

Junmyeon colocó en su cabeza la corona perteneciente a los consortes y anteriormente, perteneciente a su príncipe. Era algo etéreo. La manera genuina en la que se miraban tras las cortinas con las coronas de espinas sobre la cabeza y las manos fielmente entrelazadas jurándose amor eterno y una sensación de que la mejor parte de su relación estaba a punto de comenzar.












¡Se nos casaron! Este fue un momento emocionante de escribir para mí y más en estos días en los que mi mente ha estado fuera de mi cabeza. Two Moons tiene 1K de vistas y no puede hacerme más feliz

Two Moons: Kingdom [ChanBaek] (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora