Prólogo

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Hace mucho tiempo mi tío solía contarme una historia. Una leyenda de un dragón que se enamoró de un elfo mágico. El dragón era el dueño de uno de los lugares más hermosas de la Tierra del Aire: Baelia.
Este lugar era espléndido y por sus rincones corrían las cuerdas de vida de los dragones.

Un día, el dragón líder bajo a la Tierra de color verde esmeralda y encontró en un riachuelo, a un hermoso elfo. El joven tenía el cabello largo de color blanco hasta la espalda baja siendo un mechón de cabello negro impoluto sobre su frente lo que definía su rango. Era el heredero de los elfos: el Príncipe Caelum.

El dragón embelesado por la belleza de la criatura intentó esconder su gigante cuerpo entre la vegetación extensa. Aunque tuvo dificultad para lograrlo, pudo detallarle con tranquilidad. Sus orejas formaban una V al final y tenía diversos colgantes de varios colores brillantes; sus cejas eran bien pobladas y su nariz aguileña lo invitaba a rozarla con la suya marcandola con su olor. Ah, pero aquello que volvió loco al dragón fueron aquellos ojos azul celeste con motas doradas y blancas en su iris. Caelum era una verdadera belleza tallada por los Dioses y en su interior, guardaba receloso una personalidad hermosa que el dragón líder conocería luego.

Caelum sabía que una presencia lo vigilaba desde el bosque mas no vio ningún inconveniente en dejarle disfrutar de su presencia por un rato más. Hasta que la curiosidad fue demasiada y se giró lentamente hasta fijar sus ojos en los verdes iris de pupila vertical que, sorprendidos por ser descubiertos, cambiaron a un negro parecido al ónix. El elfo le sonrió y, con un ademan de su mano, le invitó a acercarse.
El dragón avergonzado se irguió en su enorme tamaño y como pudo avanzó hasta inclinarse ante el jovenzuelo.

- Hola - Caelum hablo con voz dulce - Soy Caelum, Príncipe Heredero de los Elfos de esta Tierra.

El dragón exhaló algo de humo en reconocimiento lo que causó una risa burbujeante en él. Caelum había escuchado hablar de los dragones pero nunca los había visto en cuerpo y alma. Le sorprendió lo hermosa que eran las criaturas nacidas de fuego y se exaltó cuando aquella enorme criatura proyectó en su mente un saludo.

Hola, su Alteza Real. Mi nombre es Khalifa y soy el Rey Dragón de Baelia. Si me permite, ¿puede su Gracia girarse cinco minutos? - Caelum asintió y se giró lentamente consternado por ese poder. Ni siquiera los elfos que tenían siglos tenían aquella habilidad telepática que él acababa de experimentar. Sin embargo lo que erizó su cuerpo fue la voz masculina atrayente que le habló - Ya puede girarse, Su Gracia.

Caelum se giró lentamente y, oh por todos los cielos, dónde antes había un enorme dragón negro como la noche estaba de pie el hombre más atractivo que él había visto. Era dos cabezas más altas que él, mirada oscura, labios carnosos y... Aquel ser era la perfección pura en dos piernas. El Príncipe de sonrojó cuando Khalifa alzó la ceja ante su boca abierta y su pequeño babeo.

- Disculpe la facha pero no pensé encontrar a nadie en el bosque hoy durante mi exploración - Caelum asintió y sonrió - ¿Sucede algo?

- Es la primera vez que presencio la transformación de un dragón e interactúo con uno, por lo que, sugiero me disculpe por mi anterior comportamiento.

- Llámeme Khal y lo olvidaré - el Rey Dragón extendió su mano y estrechó la del elfo sintiendo una corriente eléctrica - ¿Cómo te llamo?

- Soy Cael.

A partir de esa tarde, cada dos lunas se reunían en el mismo lugar a conversar y compartir historias de sus reinos. Los dragones y elfos eran tan diferentes que, si alguna vez alguien los veía juntos riendo, comentarían que era una locura y nadie lo creería. Dónde los elfos usaban las noches para estudiar y aprender de la Madre Naturaleza los dragones lo usaban para danzar alrededor del fuego tribal. Cuando la luna llena decidía bendecir a sus hijos en la noche de verano, los dragones solían escoger ese momento para explorar el mundo y quizás buscar una pareja. Lo único que tenían en común ambos mundos era que, a pesar de sus diferencias, se apareaban de por vida. La pareja del Rey Dragón era considerada Diosa Regente de su mundo mientras que en los elfos era la premisa de que la abundancia llegaría a las familias.

Pero como en todas las historias, el amor surgió entre ambas criaturas nacidas de diferentes elementos. Khal declaró su amor una noche de luna llena y, con gran alegría, Cael lo aceptó como una de las joyas más preciosas del mundo. Besó los labios de su amado con cariño y se entregaron a la pasión de sus cuerpos mientras la luna atestiguaba la pureza y fortaleza de ese amor.

Los dragones aceptaron a su Diosa con el corazón en el pecho y los elfos, aunque al principio estuvieron indignados y consternados, supieron abrir su mundo a las criaturas de fuego.

La luna siguió su ciclo y para cuando la doceava luna estuvo en el cielo brillante, el primogénito heredero de ambos mundos saludó al mundo con un grito de pulmón. Era una criatura gorda de ojos pequeños y celestes como su madre y puños cerrados como su padre.

Lo llamaron Caherum.

Sin embargo, la maldad siempre aflora en los corazones latentes. Una noche un elfo oscuro enviado por alguien de alto rango, visitó la cabaña de su Príncipe Heredero. Se escabulló mientras la hermosa pareja dormía junto a su bebé y alzando una daga de diamantina azul apuñaló a aquel de su sangre y cortó la garganta del Rey Dragón. Mas cuando intentaba hacer lo propio con él bebé, el dragón que dormía dentro de él se despertó y en alerta prendió fuego a la casa. El elfo gritó en desesperación pero era demasiado tarde. La casa entera se prendió en llamas y, exceptuando a los nacidos del fuego y a la madre del bebé, todo se redujo a las más escarlatas cenizas. 

Aquella fue la última noche que la luna se vió llena.

El heredero fue entregado a los dragones entonces para que fuera criado allí con ellos. Sin embargo, los nacidos del fuego nunca perdonaron la traición del elfo. Se recluyeron en lo alto de la montaña y prohibieron a todos sus coterraneos bajar a aquel lugar que trajo la desgracia a su líder.

Eso había ocurrido casi quinientos años atrás. Pero los dragones somos seres de buena memoria y yo, corro hoy la misma suerte de mis padres. Enamorarse del hijo del asesino de tu padre es una herida dolorosa y algo difícil de sobrellevar pero, nada podrá borrar mi objetivo de la mente. Quemaré aquella parte de mi sangre que no protegió a mi madre con todos dentro de ser posible.







¡Hola bellezas! Empezamos con está hermosa historia Chanbaek que tendrá un poco de todo. Está historia forma parte del Jekyll Fest creado por la hermosa Victoria CB, a la que agradezco por impulsarme a crear historias en honor a los otros hombres de mi vida.

Pero primero, hagamos unas previas aclaraciones:

1- Los nombres reales de artistas utilizados en esta historia NO ME PERTENECEN. El contenido de la misma, lugares, sitios y hechos SI ME PERTENECEN por lo que, queda prohibida su adaptación/copia/reproducción fuera de la plataforma de Wattpad.

2- Está historia contiene contenido homosexual (hombrexhombre) (MM para las más sofisticadas), embarazos masculinos, escenas de muerte bastante explícitas y +18. Se recomienda discreción. Si no te gusta este contenido o tipo de historias, te sugiero no lo leas.

3- Tendrá una duración consistente de 11 a 13 Capitulos completos publicados a partir del 18 de abril hasta el 30 del propio mes (Si Diosito y San Siwon lo permiten).

Sin más que decir,

¡Que la disfruten!

Two Moons: Kingdom [ChanBaek] (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora