¿Quiénes son ustedes?

Epílogo IV

Cuando estaba escribiendo el epílogo no creí que fuese a hacerlo en tantas partes, pero conforme iba terminando no me quedaba satisfecha con el hecho de colocarlo como más capítulos...  Porque para mí, es más un cierre, que un capítulo más.

¿Es extraño?

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Lo sabía, sabía que era un poco cobarde, pero no quería, al menos no de momento, toparse con alguien conocido, sentía muchos nervios aún. Pero lo que agradeció, fue haberse topado con una enfermera que lo guío al jardín del hospital.

— Vendré por usted un poco más tarde… solo lo deje salir porque dijo que lleva mucho tiempo encerrado. Le diré al doctor donde se encuentra para no causar problemas.

— Por favor no… - la enfermera lo vio con algo de seriedad por su respuesta. — Yo… realmente no tengo mucho que desperté y no quiero volver a sentirme encerrado.

Tyson le contó brevemente a la enfermera el cómo se sentía después de haber despertado, sabía que estaba mal no decirles a los doctores, pero no quería volver a tener el sentimiento de estar encerrado y sin poder moverse.

La enfermera soltó un suspiro y lo miro nuevamente antes de hablar. — Necesito leer tu expediente al menos, así sabre los cuidados que debes tener. ¿Sabes cuánto tiempo has dormido?

Tyson negó. — Te quedarás aquí, mientras veo tu historial. No le diré al doctor, pero si veo que empeoras o te comienzas a enfermar le diré.

— Gracias.

La enfermera lo dejó cerca de un árbol frondoso y se retiró para buscar el expediente. Tyson se lo agradeció, se puso de silla despacio para dejarse caer sobre el pasto.

— Espero que no haya sido mucho tiempo, realmente no recuerdo el día.

Poco a poco iba haciendo ejercicios, primero con los brazos y posteriormente con las piernas. La enfermera que lo ayudó llegó al pasar unas horas, que no tardó en hacer un examen rápido, lo cual lo dejaba un poco confundido.

— Estuviste en coma casi un mes…

De forma sencilla le explicó aquello que había salido en sus exámenes y como hasta hace poco había tenido una operación.

Algo sorprendido por todo lo que le habían dicho le hizo sujetarse el pecho en forma de protección.

— Puede ser impactante, pero creo que has tenido mucha suerte… ¿Entiendes por qué es necesario decirle al doctor?

Tyson asintió. — Aun así… ¿Me dejaría un poco de tiempo aquí afuera? Prometo no excederme con mis ejercicios. Y luego, regresaré a la habitación y podrá decirle al doctor que he despertado.

— Está bien… supongo que te has ganado esa recompensa por despertar. Iré por tu comida y algunas cosas para que puedas ejercitarte.

— Se lo agradezco.

Nuevamente quedó solo, con algo de miedo miró su pecho y vio la cicatriz que había quedado por la operación.

— “¿Sigue siendo suerte?”

Regresó a su calentamiento, ya podía sentir una mayor movilidad en las piernas, por lo que volvió a intentar dar algunos pasos. De esa forma pasó parte de la mañana, fuera del hospital, comiendo y descansando cuando se lo indicaba la enfermera que no lo dejaba a no ser que fuera por comida o alguna cosa que necesitara.

Sin percatarse que, dentro del hospital, se estaba dando una situación algo problemática. Resultado de que Miguel y Brooklyn habían ido a ver a Tyson después de su rehabilitación, pero al entrar vieron a un conserje limpiando la habitación.