-11. Todo está bien

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Hoy sí que fue un día extraño. ¡Papá regresó! Aunque cuando llegó estaba bastante sucio y lleno de mugre y sangre de monstruos. Estoy feliz, pero al mismo tiempo... no lo sé, es raro. La ratita y yo tuvimos que llevarlo con la tía Prunia para que se compusiera.

Papá nos contó que una momia se encontraba en el fondo del castillo, y esa cosa provocó toda la catástrofe. Parece que papá tendrá que encontrarla para acabar con todo, ojalá poder ayudarlo.

¡Volvió con un brazo metálico que le da poderes especiales! ¡¡Es tan asombroso!! Parece que un tal "Rauru" se lo dio mientras le explicaba cosas.

Lamentablemente no llegó con la tía Zelda, no sabe qué fue de ella, y la ratita está triste por eso. Papá le prometió encontrarla.

Hablando de la ratita, ha estado comportándose muy extraño. Cuando tía Prunia nos mandó hasta la base del castillo para avisarle a Hozlar que se retire, él se le quedó viendo al castillo un montón de tiempo. Me preguntó si no vi nada extraño y le dije que no.

Le pregunté si vio algo, pero me dijo que no sabe, que no está seguro de lo que vio. Es raro. Pero en fin, ahora él está conmigo en casa de mamá.

Papá nos trajo aquí una vez se repuso. Le quise decir que era la oportunidad perfecta para que me enseñara a combatir, pero se negó... Ojalá pudiera entender que soy una aliada muy valiosa, como su hija, sería todo perfecto. Como en la Operación Moldora, cuando tuvo a su equipo a la hora de pelear contra el Mega Guardián. Algo así de épico.

Y bueno... qué más podría contar...

Parece que papá se fue a realizar pruebas en santuarios, y no volvió. Así que la ratita se quedó a dormir en mi habitación. Ahí lo miré mientras preparaba su cama al otro extremo de mi cuarto, sigue bastante raro desde que se le quedó viendo al castillo, es como si tuviera miedo de algo.

Cuando se quedó en pijama, fue directo a la lámpara para apagar la luz, pero rápidamente se lo impedí. Odio dormir a oscuras, no es que tenga miedo ni nada, es solo que así no podría ver venir a mis enemigos.

...

Si pudieras estar desde afuera del laboratorio de Prunia, no podrías escuchar los gemidos de placer saliendo de la boca de ambos, pues la lluvia y los truenos actuaban como el amortiguador perfecto. Pero ya dentro, era una historia totalmente diferente. La mesa crujía y se mecía de un lado a otro conforme Link le daba esas poderosas embestidas a la pelvis de Prunia.

No había poder en la tierra que los detuviera. La bella científica hundía sus uñas con mucha fuerza en la espalda de Link, y tenía sus dos piernas envueltas alrededor de su cintura, como si trata de impedir que el héroe escapara; que cada vez que sentía esos centímetros salir de ella, aunque sea por escasos milisegundos, hiciera su propio esfuerzo para volverlo a meter hasta el fondo y sentir cómo chocaba con sus paredes internas, y se deslizaba con total libertad.

-Aaahhhnnngg... Liink... más, más... dame máaas... ahng. -le imploraba Prunia al oído de Link.

Para ese momento, Link ya le había casi arrancado su blusa sin mangas, y dejaba que sus pequeños senos se balancearan dentro de su sostén de tela rojo. Mientras que sus medias rojas colgaban de uno solo de sus tobillos.

-Ah... Agh... Gha... -soltaba Link queriendo besar el cuello de su querida.

Eran sonidos bastante grotescos, sonidos viscosos cada que entraba, salía y golpeteaban sus pelvis. Link estaba envuelto en placer, pues a pesar de que Prunia lo tenía totalmente envuelto con brazos y piernas, sentía como sus labios vaginales le apretaban el miembro, manteniéndolo adentro, casi como si fuera succionado.

Recuerdo de un amor [#3] - Link y Apaya - Zelda TOTK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora